Capitulo 1: Un llanto sin descanso

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La angustia se podía ver en mi rostro, puertas a dentro estaba padre junto con el doctor Cervantes. Nana estaba al lado mía, me sujetaba la mano compartiendo preocupación. Nana lleva ya 20 años trabajando con nosotros es una anciana muy dulce y amable. Es baja, de largo pelo canoso  recogido por un moño y viste de negro desde que enviudó. Es para mí como una madre, desde que madre falleció ella y padre se han encargado de mí, en cambio, María lo hacia aparentar.

Nana está al borde de la desesperación, pero aún así siempre se mantiene firme, es una mujer digna de admirar. Cuando al fin la puerta de  la habitación de padre se abrió me levanté de un salto para ir a verle pero antes de que pudiera ver nada salió el doctor Cervantes.

-¿Cómo está padre?- Le pregunté con esperanza.

- Esperanza... Cariño necesito hablar con Nana, ¿Te puedes ir?- Me dijo el doctor Cervantes sin inmutar ni un musculo de la cara. Lo cual me hacía estar más nerviosa pues sus ojos le delataban. Padre había empeorado estoy segura, pero aún así tenía que comportarme como una señorita, así que miré a Nana, ella me beso la mano, me la soltó y me retiré a mi habitación.

Al cabo de minutos Nana abrió la puerta de mi habitación. Al verla entrar no me pude aguantar el impulso de abalanzarme sobre ella, pero justo cuando fui a preguntarle sobre el estado de padre, me miró a las ojos y me dijo: - Esperanza... ¿Sabes que Dios necesita ángeles, y no demonios verdad...?- Al terminar la pregunta miró al suelo, su rostro no era el de siempre, yo, ya me temía lo peor.

-Nana, ¿Qué quieres decir?- Pregunté en mi amarga inocencia, sabía la respuesta pero no quería aceptarla... Pero a Nana no le hizo falta responder. Esa mujer a la que llevaba viendo sonreír, dar la cara, luchar y ser siempre fuerte, esa mujer que nunca había derramado una lágrima durante tantos años, estaba llorando, y, lloraba desconsoladamente. Mi corazón estaba hecho añicos, tenía un nudo en la garganta no lo podía creer...

- Nana...- Le llame la atención mientras me acercaba a ella para abrazarla y darle un beso en la mejilla.

- Anda, puedes retirarte, pareces cansada. Ya has terminado tu servicio por hoy. ¿Vale?- Le dije mientras le secaba las lágrimas.

Yo en ese momento no sé que me pasaba, no era capaz de llorar, solo sentí muerte en vida.

Nada más retirarse Nana corrí al cuarto de padre, a verlo. Todo esto era demasiado para mí. Al entrar comprobé que mis ojos no me engañaban, los frote con fuerza, noté mis manos empapadas, estaba llorando. Caí redonda al suelo, y, al despertar estaba en brazos de Nana, no paraba de llorar y llorar mientras repetía mi nombre.

- Na... Nana... Tran... Tranquila... Ya estoy bien, ¿Vale? Solo ha sido un pequeño bajón... - Le dije mientras me levantaba. Notaba la debilidad de mi cuerpo y encima le estaba dando más disgustos a Nana.

Nana al fin sonrió y me abrazó con fuerza, notaba como la energía fluía mejor me sentía segura y cómoda.

- ¿Dónde está María?- Pregunté extrañada.

- Esperanza... Pues está hablando sobre tu custodia y la herencia... - Me respondió Nana triste.

Han pasado 7 meses desde la muerte de padre y 6 desde que María despidió a Nana por defenderme, ya que ella ya no se escondía para pegarme y Nana no lo iba a permitir.

Hoy, me ha dado la última bofetada. Yo, harta se la he devuelto, si padre ya no está no tengo por que seguir guardando respeto. Ella, al ver que no me iba a dejar pegar más me ha cogido la mano y me la puesto encima de las ascuas, el dolor de la quemadura hacía que no pudiese ni reaccionar. Notaba como poco a poco la piel se iba separando del músculo y consumiéndose. Al fin me ha soltado la mano. Y con las mismas le he dado una le he golpeado con un hierro que había en la chimenea en la cabeza y he corrido a mi cuarto a por mis cosas, he hecho la maleta, cogido mis ahorros y robado algunas monedas más de oro. Todo esto es mío cuando sea más fuerte y encuentre a Nana todo volverá a mí, anda te con ojo María.

Estoy en el pueblo, es la primera vez que lo veo, voy en busca de un sitio donde dormir.

A todos nos devora el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora