These Four Walls [Zerrie] 《Z.M. & P.E.》 ||Short Story|| ✔

Capítulo 6

Un mes pasó, Zayn salió del hospital.

Ahora, sentado en su casa, estaba escribiendo en su diario negro con retoques dorados.

"Hola Perrie, me siento triste, más de lo normal, siento que la soledad me cautiva más.

Lameto no haberte escrito en mucho tiempo pero no tenía nada que contarte, pues solo he llorado.

Ni las sábanas ni la almohada conservan ya tu olor y siento como estás desapareciendo en la memoria de todos.

Aún me siguen diciendo que te olvide, que rehaga mi vida, pero no puedo, nadie, ni aunque fuera una supermodelo, se compararía a ti, porque eres incomparable.

Mejor dicho, eras.

Escuché una canción, si, ahora no hago otra cosa, he perdido el trabajo y vivo de mis padres, decepcionante, pero al menos no estas aquí para ver mi deterioro.

En fin, la canción decía algo en ingles muy importante ahora, y era así;

'I drove by all the places we use to hange, gettin' wastin', I though 'bout our last kiss, how it feel, the way you tasted.
[...]
And the dreams you left behind you didn't need them, like every single wish we ever made. I wish that I could wake up with Amnesia, and forget about the stupid little things, like the way it fell to fall asleep next to you, and the memories I never can't scape, 'cos I'm not find at all.
[...]
If today I wake up with you right beside me, like all of this way just some straigh dream, I'll hold you close that I ever been before, and you never slip away, and you never hear me say...'

Triste, ¿eh?

Bueno, me despido para siempre, en un rato estaré contigo, pero ya en el otro lado.

No lo intentes impedir y sobre todo, no me odies por lo que voy ha hacer.

Adiós."

Cerró el diario negro y de dirigió al suyo azul antiguo, para abrirlo y empezar a leerlo, páginas llenas de felicidad, de amor, de Perrie.

Bajó a la cocina, tome una cerrilla y la prendió, la colocó debajo del diario y observó como el cuero empezaba a arder.

Lo colocó en la pila y, cuando terminó de arder, entonces le echó agua.

Fue hacía el baño y agarré una cuchilla, solo un corte profundo vertical y su muñeca estaba sangrando a borbotones, cayó al suelo y observó detenidamente la sangre correr por todo el lugar, manchando su ropa y el suelo del baño.

Sonrió, por fin.

Nadie lo sabría, y si lo hacen él ya estaría muy lejos como para que me puedan decir algo.

Mis ojos se empezaron a cerrar, mientras que empezaba a dejar de respirar.

— Adiós, mundo cruel.

Susurró, mientras sus ojos entrecerrados se centraban en la luz del baño y estos se cerraban para siempre.