CAPITULO VI

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Mientras Adrián volvía a su país con sus compañeros, Hanna iva al país donde Adrián vivía con Delfina. Adrián llegó y empezó a averiguar sobre quien fué quien la secuestró. El derrepente recordó que Delfina nunca le dijo quien fué el asesino. Ahora, si mataban a Delfina, el nunca podrá saber quien es el asesino. Ellos compraron un par de subfusiles y otras armas. También rastraron el celular de Delfina. Ellos ya sabían su ubicación.
Mientras el equipo de Adrián se preparaba, el jefaso con sus empleados torturaban a Delfina. Tras largas horas de torturación y violación, ellos encerraron a Delfina en un cuarto oscuro. Mientras Delfina sufría y lloraba entre las cadenas, el equipo de Adrián iba en busca de ella.
Cuando llegaron empezaron a entrar por todas las entradas sigilosamente. Clooney, mientras estaba esperando dentro de la camioneta, escuchaba todo lo que pasaba allí dentro, ya que, él le puso una grabadora en el cuello para que se escuche lo que sucedía allí dentro. El equipo de Adrián pudo recuperar a Delfina y escaparse con ella.
Ellos festejaron comiendo en la vieja casa de Adrián. Ellos festejaban tranquilos hasta que sonó el timbre. Ahí, en la puerta, lo estaba esperando a Adrián la policía apuntandolo a la cabeza. Otra vez Adrián volvía a fallar y otra vez volvía a la prisión. Esta vez, ni Adrián ni Delfina sabían que hacer. A Adrián le quedaban diez y seis años tras las rejas de la prisión domiciliaria.
Adrián cumplía treinta y ocho años, y por desgracia, lo iba a tener que festejar con sus compañeros de cuarto. Ese día lo fueron a visitar todos sus amigos y su querida esposa, Delfina. Los meses pasaban.
Un día Delfina fué a visitar a Adrián a la prisión. Ellos conversaron y pasaron un muy buen rato juntos. Adrián ya no sería más triste durante los años que restaban en la prisión. Todos sus compañeros le preguntaba porque el estaría tan feliz, y el les respondía de que en pocos meses, él iba a ser padre por primera vez. A veces el se decepcionaba de que cuando su hijo nazca, el no pudiera verlo en libertad. Cada año que pase y su hijo se vuelva grande, sería una gran pena, ya que su padre vive tras las rejas y no pueda verlo libremente como si fuera un padre perfecto o pacífico que siempre le de consejos. Adrián tenía que volver a escapar, saber quien fué el asesino y ver por única vez a el y su familia en libertad. Mientras pasaba todo ese tiempo, Delfina recibía amenazas, pero ella sabía que el equipo de Adrián y ella la iban a proteger. Ellos no podían dejar las cosas así. Adrián era inosente y tenían que hacer su propia justicia, porque si nadie lo saca de la prisión, serán ellos quienes lo hagan. Sea a la fuerza o no. Esa noche ellos se prepararon para ir a buscarlo. Primero incendiaron la comisaría. Luego entraron por la puerta tracera con máscaras de oxigeno y una de sobra para Adrián. Ellos elijieron hacerlo de esta manera ya que los policías escaparían de la prisión y dejarían a los presos allí quemandose. Ellos pudieron falsear la cerradura de la celda de Adrián y sus compañeros. También abrieron las demás celdas para que los policías no sepan quien está relacionado con los presos de esa celda. Ellos volvieron a escapar haciendo la misma rutina de siempre. Ellos se quedaron en un hotel. Para no generar más escapes de prisión, desidieron darle un DNI falso a Adrián y le tinieron el pelo. Por fin ya la policía no se interpondrá en el caso.

Drama de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora