Narra Carina
El teléfono de Jake todavía daba ocupado cuando le llamé por tercera vez mientras terminaba de limpiar la cocina. Aquella conferencia que estaba teniendo empezaba a durar demasiado. La casa estaba hecha un desastre después de la fiesta, nadie en su sano juicio podría vivir allí. Iba a dejarle el baño y el salón a mi padre, él era quien quiso celebrar la fiesta, no yo.
Cuando por fin terminé de aclimatar la cocina lo suficiente como para poder adentrarme en ella sin sentir miedo solo quedaba media hora para que tuviese que volver a la casa de Luca para cuidar de Dylan. Corrí escaleras arriba a mi habitación tan rápido como si un perro rabioso me hubiese mordido en el trasero. Los siguientes cinco minutos los pasé con la cabeza dentro de mi armario.
Yo nunca hacia estas cosas. Juro y perjuro que no sabía qué me estaba pasando. De pronto tenía la urgencia de encontrar un conjunto bonito. Pero no era solo eso. Quería que Luca me encontrase bonito. Solté un gruñido de frustración y tiré la camiseta que tenía en las manos hacia el otro lado de la habitación.
Luca me había cambiado. Mucho. No sabía si para bien o para mal. Lo único cierto era que desde el momento en el que le conocí todo en mi mundo, ya sea por casualidad o no, se había transformado. Mi madre se fue a cuidar de mi abuela y llegó mi padre a casa. Me había convertido en canguro de un niño pequeño. Había teñido mi pelo de color rubio y usado maquillaje. Incluso mi personalidad se había vuelto más fuerte. Juro que jamás había sido tan contestona y defensora de mí ser como ahora.
Y, por supuesto, también estaban las mariposas en el estómago. Esos condenados y metafóricos bichitos con alas que se agitaban en mi interior cada vez que me acordaba de Luca.
¡Y yo no conseguía encontrar una maldita camiseta para hoy!
Agarré mi teléfono y marqué el número de Rocky. Esto era una urgencia en toda regla.
La llamada me llevó más tiempo del que tenía pensado. Por supuesto mi amiga necesitaba saber por qué era de repente tan importante para mí encontrar un buen atuendo para hacer de canguro, así que me vi explicándola con todo lujo de detalles lo que había sucedido con Luca la noche anterior.
—Le gustas —Sentenció Rocky cuando acabé de contarla toda la historia—. Dios, soy a mejor, yo lo sabía desde el principio.
—Pensé que tú eras más pro Jaden.
—No exactamente. Yo siempre he sido pro-chicos. Hasta ahí todo bien. Solo que después de lo que me has contado me he decantado por Luca. ¡Tía, que toca la guitarra y canta! Es perfecto para ti.
—Por como lo haces sonar más bien parece que le quieres para ti —Me burlé, pero ella me hizo callar con una pedorreta a través de la línea—. Igualmente estoy nerviosa, no tengo muy claro que pasará hoy.
—Apuesto lo que quieras a que se declara.
—Raquel…
No era que la idea de Luca declarándose se me antojara mala. Mas bien todo lo contrario. Las mariposas de mi estómago aletearon con más fuerza sólo de pensarlo. Raquel continuó hablando al otro lado de la línea cuando mi móvil pitó avisando de un mensaje de llamada perdida de Jake. Vaya, por fin había terminado la conferencia. Pero algo peor que el infierno relampagueó frente a mis ojos.
—No, no, no…
¿Por qué a mí?
—Cari, ¿qué ocurre? —Me preguntó Rocky levemente molesta porque la hubiese interrumpido mientras hablaba.
—Tengo cinco minutos para prepararme antes de llegar a casa de Luca. No llegaré a tiempo.
Ella captó el mensaje a la primera.
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Tu + Yo = Imposible ©
Teen FictionLuca y Carina son dos personas totalmente diferentes. Él nunca pensó que podría enamorarse de ella. A ella jamás se le pasó por la cabeza que pudiese fijarse en un chico como él. Mientras ella es una adolescente cabezota, mandona y seguidora de las...