Narra Carina
Los siguientes días podría describirlos como los más felices desde que Jake se fue a la universidad y mi madre a cuidar a mi abuela. El rumor de que Luca y yo habíamos empezado a salir, según Rocky, se había extendido más rápido que la pólvora. No era algo que me llamase la atención, después de todo Luca había empezado a venir a buscarme cada mañana en su moto y me llevaba al instituto. Por las tardes me obligaba a asistir a la clase de baile donde mi madre me había hecho volver. Me había convertido en la profesora de un puñado de niñas de cinco y seis años ansiosas por poder mantenerse sobre sus dedos del pie.
Lo peor de todo era cuando Luca se quedaba a observar la clase. Me sentía extraña siendo observada por él mientras bailaba y enseñaba a bailar. Y al mismo tiempo era cuando más lo disfrutaba. Totalmente contradictorio, ¿verdad? Aunque lo mejor eran los besos. Cada uno parecía ser mejor que el anterior, aunque puede que eso se deba a la práctica. Y Luca era muy bueno besando.
El viernes por la tarde me llevó a tomar un batido después del instituto. Al día siguiente era mi cumpleaños y decía que quería ser el primero en celebrarlo. Lo que no me esperaba era encontrarme con una mesa llena de gente esperándonos.
—Pensé que te gustaría tener tu propia fiesta sin alcohol ni adolescentes borrachos vomitando en el jardín de tu casa —susurró en mi oído cuando me detuve de pleno en la puerta del bar y tomándome de la mano—. Vamos, no te van a comer.
La única cara conocida que vi en la mesa fue la de Rocky, quien no dudó en empezar a cantar “cumpleaños feliz” cuando en cuanto me vio. Empezaba a pensar que mi amiga carecía de vergüenza. Estaba sentada entre dos chicos rubios que reconocí como los amigos de Luca. Los gemelos Shawn y Alan si no me equivocaban. Y ambos parecían muy felices de estar a su lado.
—¡Feliz cumpleaños! —Me saludó otra voz cuando llegamos a la mesa.
Fue entonces cuando me percaté de Jaden. Estaba sentado de espaldas a mí y tenía un vaso de Dr. Pepper en la mano. Me alegre de verle allí, no se podía decir que yo era una persona con muchos amigos. De quien no me alegré demasiado fue de ver a Amy a su lado. Supongo que tenía que aceptarla, aunque fuese a la fuerza. Al fin y al cabo ahora ellos dos estaban saliendo al igual que Luca y yo.
—Felicidades —me dio una escueta felicitación Amy. A juzgar por su sonrisa y su expresión corporal se encontraba tan incómoda de estar allí como yo misma.
Ahogué un grito cuando Luca me abrazó por detrás, apoyando la cabeza en mi hombro y pasando sus brazos alrededor de mi cintura. Sus manos se anudaron a la altura de mi ombligo.
—Espero que no te haya molestado que me haya tomado la libertad de prepararte esta pequeña celebración —susurró cerca de mi oído, solo para mí.
Mi piel se erizó cuando depositó un beso en la curvatura de mi cuello. Shawn, Amy y Alan miraron hacia otro lado a propósito. Por el contrario Jaden ocultó una sonrisa y a Rocky poco la faltó para sacar una foto. Solo esperaba que no hiciera lo que sabía estaba a punto de hacer. Y lo hizo.
—Vamos, ¡daos un beso! —Prácticamente gritó en medio del bar.
Luca rió y sus carcajadas mandaron aire que chocó contra mi piel. Eso estaba bien, me gustaba esa sensación. Y a él no pareció para nada avergonzarle, más que nada porque no dudo en usar sus manos alrededor de mi cintura para girarme, ponerme cara a cara con él y besarme. Delante de todos nuestros amigos.
¿Acabo de considerar a Amy como mi amiga?
—¡Con lengua! —Escuché que volvía a gritar Rocky.
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Tu + Yo = Imposible ©
Ficțiune adolescențiLuca y Carina son dos personas totalmente diferentes. Él nunca pensó que podría enamorarse de ella. A ella jamás se le pasó por la cabeza que pudiese fijarse en un chico como él. Mientras ella es una adolescente cabezota, mandona y seguidora de las...