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El castaño chasqueó su lengua en una expresión de molestia al tener a dos enfermeras robustas bloqueándole la pasada hacia a una de las salas.

—Oh, ¡Taehyungie! —saludó una de ellas al percatarse de su presencia—. ¿Cómo estás? ¿Has recibido las llamadas de mi hija? —cuestionó con confianza la mujer de mayor de edad.

TaeHyung evitó poner los ojos en blanco, sabiendo que realmente aquella señora quería que su hija saliese con él al verlo como un muchacho responsable y preocupado por su familia.

—Disculpe, no he estado muy pendiente de mi teléfono —se excusó, tratando de mantenerse sereno y aguantar un poco sus ganas de entrar de una vez a la habitación—. Y con permiso, por favor, necesito pasar. Me han llamadado de urgencias informándome de que mi abuela se encuentra muy mal —explicó enseguida.

—¡Cierto! —exclamó la segunda enfermera—. Joven Kim, su abuela ha estado sufriendo últimamente intensos dolores en la boca del estómago y una mayor pérdida del apetito, además de que esta mañana ha tenido vomitos frecuentes —informó la mujer, entregándole unos papeles al chico—. Necesitamos que su madre firme esto, se le harán unos análisis nuevos a su abuela.

Asintió, recibiendo aquellos papeles para luego ser dejado solo por las enfermeras. Tragó saliva, asintiendo para sí mismo y tomando fuerzas antes de entrar a la habitación donde se encontraba su querida y amada abuela, y allí estaba, recostada sobre la camilla, con una expresión de calma en su rostro, tratando de ocultar como siempre la fatiga y dolor físico que sentía, recibiendo a su nieto con una cálida sonrisa.

—Mi TaeHyung, ¿cómo es que cada vez te veo más grande? —cuestionó la anciana sin dejas de mostrar su amplia sonrisa.

El nombrado le devolvió la sonrisa, riéndose levemente y acercándose a la mujer mayor para depositar un dulce beso en su frente, tal como lo hacía ella cuando él era un niño.

—A penas nos vimos ayer —dijo, aun riendo leve y sentándose en la silla que daba a frente a la cama de su abuela—. ¿Cómo estás? Y por favor, no me mientas que ya me han dicho que has estado mal —habló suave, tomando la mano de la mujer y posando su mejilla sobre la palma de la misma sin hacer demasiado peso.

Su abuela asintió, frunciendo un poco su ceño al ver la cara entristecida y preocupada de su nieto. Comenzó a acariciar su mejilla.

—Sí, me he sentido algo mal, pero no hay de qué preocuparse. Como siempre ellos me harán nuevos estudios y se encargarán de cuidarme, aunque claro, nadie me cuida mejor que mi lindo nieto —habló, rompiendo su sonrisa un momento al comenzar a toser, volvió a hablar a penas la tos paró—. Mi Tae, ya sabes que no es necesario que me vengas a ver tan seguido, eres un chico joven, salir a comer helado con tus amigos después de la escuela no te vendría mal —dijo manteniendo el cariño en su voz.

TaeHyung se acurrucó más contra la mano de su abuela, besando la misma antes de reincorporarse. Miraba aquellos pequeños y cansados ojos, los cuales brillaban como siempre. ¿Cómo le explicaría que sus "amigos" no eran más que personas con las que pasaba el rato haciendo cosas no muy buenas que digamos? Él realmente se enforzaba en no decepcionar a su abuela, mostrándole siempre sus buenas calificaciones al igual que siempre mostrándose educado y formal con todo el hospital sólo para que su abuela pudiera sentirse bien ante los comentarios chismosos de todas las enfermeras, trabajadores y pacientes de aquel lugar, y es que aquel mismo ya era su hogar.

Call Me Daddy ➳TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora