Mi dulce anhelo.

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*Narra Samuel*

Me desperté muy temprano, ya quería ver a Guillermo, últimamente su presencia era la alegría de mi día a día.

Con el paso de estos días me di cuenta que me gusta Guillermo y que le quería, estuve pensando en confesarle mis sentimientos pero no quería que me rechazara y que me dejara. Yo no le conocía, ni el a mi por lo que seguramente me rechazaría o me creyera un loco. Pero es que sí conocieran a Guillermo, estoy seguro que caerían rendidos(as) a sus pies, el era una persona perfecta, aunque yo al principio le hice la vida imposible, el jamás se rindió y me demostró que yo estaba muy equivocado sobre su persona.

Pero junto con el viene un pequeño problema, su compañero y posiblemente algo más que amigo, el Dr. Alejandro, el trata a Guillermo de una manera especial, le trata como sí fueran pareja y lo peor es que Guillermo nunca reacciona por lo que no estoy seguro sí tienen alguna relación secreta.

Tal vez todo sea mi imaginación, tal vez ni siquiera sean homosexuales y eso me entristece más por que significa que yo no tengo ni una oportunidad con Guillermo.

Sin darme cuenta el tiempo pasaba y Guillermo no había llegado, el siempre llegaba temprano y hoy no había dado ni una señal de vida.

Me empece a preocupar y una idea retorcida cruzo por mi mente, tal vez Guillermo se había aburrido de mi y ya nunca más vendría, con tan sólo pensar eso me daban unas ganas terribles de llorar pero no lo iba a ser porque todo era mi culpa, por ser un invalido, el se merecía a alguien mejor, alguien que cuidara de el, no a alguien como yo.

-¿Qué pasa Samuel?- escuche su voz de repente, lo que provocó que saltará de susto.

-Nada- no le iba a contar lo que había pensado de el.

Cuando lo voltee a ver me di cuenta que tenía sus pequeños ojos enrojecidos al igual que su nariz, como sí hubiera estado llorando.

-¿Cómo te sientes hoy?- dijo mientras me revisaba como siempre hacia.

-Bien ¿y tu?-

-Supongo que bien-

-¿Y eso?- supongo que le paso algo y por eso llego tarde.

-Hay algo que me hizo sentir mal hace rato pero eso no importa- eso me empezaba a preocupar por que parecía algo serio.

-Puedes confiar en mi-

-Lo sé pero no quiero pensar en eso- como quisiera ayudarlo, no me gusta verlo mal

-Entonces, está bien- no insistí más para no incomodarlo pero yo quería saber que era lo que lo estaba dañando.

-Te quería proponer algo- dijo un poco más alegre.

-¿El que?-

-Eh estado pensando en ti y creo que estas listo para comenzar la rehabilitación- yo no quería, tenía miedo de que me dijeran que eso no me serviría y me quedaría así para siempre.

-Sí tu lo crees conveniente, yo me esforzare todo lo que pueda- lo haría sólo por el, por tener una oportunidad de entrar en su vida.

El me abrazo muy fuerte, me gustaba tenerlo cerca de mi pero era una lástima no poder tenerlo como a mi me gustaría.

Me di cuenta que empezaba a mover su cara hasta estar a mi altura, era el momento perfecto para un beso pero yo simplemente no quería arruinarlo. Me dí cuenta que estaba acercando sus labios a los míos ¿será que el siente lo mismo que yo? Supongo que no y esto lo estoy soñando.

Nuestros labios estaban a punto de tocarse, yo cerré mis ojos, sí este era un sueño, yo lo aprovecharía al máximo. Y al fin nuestros labios se unieron, eso que tanto quería estaba sucediendo, al fin estábamos juntos. Sus labios me encantaban, encajaban perfectamente con los míos, había válido la espera.

Estuvimos así por un tiempo hasta que nos tuvimos que separar.

-Yo...- intentó hablar pero yo no quería escuchar, tal vez me diría que había sido un error y yo no podría soportarlo.

-No hay problema, por mi puedes hacerlo las veces que quieras- dije y lo volví a besar.

No dejaría que se separara de mi, no ahora.

-No sabes como quería hacer esto desde hace mucho- era real ¡y el sentía lo mismo! Esto era perfecto.

-Yo también pero tenía miedo- admití.

- Y yo, se supone que esto no está bien, tu eres mi paciente-

-Será nuestro secreto- y me beso de nuevo.

Estuvimos así por un buen rato, pasamos toda la tarde juntos. El se acostó conmigo pasó su brazo por mi cintura y me acerco a el. Me encantaba poder estar con el.

Me estuvo platicando de todo lo que tendrías que hacer para que yo pudiera volver a caminar.

Todo ese día fue perfecto pero llego un momento en el que sentí que alguien nos observaba, pero supongo que era mi imaginación.

Al final del día, el se fue y yo me quede sólo en la habitación pero con nuevas enseñanzas de la vida.

Me enseñaste un mundo nuevo, me enseñaste a ser amado, me enseñaste a confiar, a prestar mi alma a ti, a no dudar ni un segundo cuando el miedo iba a por mi... Y por esa razón lucharé.

Algo asombrosamente inesperado ~ WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora