I

257 25 4
                                    

La sensación de ser observada no se va, el miedo sustituye a la felicidad que sentía al ver a mi madre con su nuevo esposo en la pista que tengo frente a mí.

Me llevo a la boca una copa de champaña y la tomo de un trago. Miro detrás de mí por talvez decimocuarta vez en la noche y como en las veces anteriores solo me encuentro con el oscuro bosque siendo iluminado solamente por guirnaldas, el pequeño estante rodeado de rosas y piedras y el puente que este tiene le termina de dar un toque romántico. Agudizo la vista y me parece haber visto un ligero movimiento. Miro una ultima vez a mi mamá y al notar que sigue en el hombro de Carlos mientras terminan su primer vals como marido y mujer me levanto lentamente para no llamar la atención de los que aun siguen en la mesa.

Cuando empiezo a caminar hacia el bosque una mano me rodea el brazo, rápidamente me doy una vuelta y golpeo el estómago de la persona. Este se dobla de dolor y cuando le veo el rostro me apresuro a ayudarlo.

—¿Qué te pasa? —pregunta molesto sin aire.

—¿A mí?, para empezar, ¿Cómo se te ocurre tomarme distraída?

James me mira furioso y se incorpora.

—Tu madre quiere que baile con ella mientras mi padre baila contigo.

Y se va en su malditamente hermoso traje azul. Miro una última vez el bosque y levanto un poco el vestido para no tropezar mientras me dirijo a la pista de baile.

La pista parece de cristal, esta en la mitad de la carpa. Veo a mi madre y esta riendo con su ahora esposo. Al verme mi preocupación desaparece. Esta radiante. Su vestido es color perla y con mangas de encaje, en la parte superior es recto por completo y esta sin tiras. Es un vestido que ciñe el cuerpo que trabaja cada martes y viernes en el gimnasio que esta a tres calles de casa. Su ondulado y negro cabello se encuentra recogido; dejando ver su pequeña nariz recta, sus pómulos marcados, lo ovalado de su rostro y los delgados labios. Sus ojos son azul eléctrico y al igual que yo tenemos la piel bronceada. Mi madre es de estatura promedio, pero con sus tacones sus piernas lucen más bajo ese vestido.

Carlos es castaño y el smoking le marca algunos músculos. Porque si, el también tiene el cuerpo trabajado. Sus ojos son pardos y su piel morena clara, tiene la mandíbula ligeramente fuerte que a veces luce una barba que al parecer pone a mi mamá. Su nariz es recta y los labios un poco carnosos, cejas pobladas y pómulos marcados de una manera delicada y seductora. Ellos se conocieron cuando corrían por el parque principal y un señor se atravesó entre ellos, el puesto de manzanas del que el hombre era dueño hizo tropezar a mamá; ella cayo arriba de Carlos, pero no solo eso, también el carrito en un pie. Estuvo enyesado no sé cuántos días, pero mi mamá de lo culpable que se sentía lo iba a visitar. Se enamoraron y fin de la historia de amors.

Cuando llegamos frente a ellos Carlos suelta la cintura de mi mamá y me extiende la mano para que la tome. Lo hago y veo a James hacer lo mismo con mi madre. Nos anuncian y las luces se apagan, siendo todos iluminado por la luz lunar y la de las velas. Miro a mi alrededor mientras empezamos a bailar y algunos sonríen, viendo este baile familiar.

—Te ves muy bonita Noah. —dice Carlos. Lo miro y sonrió cortésmente.

—Gracias, aunque los tacones me están matando.

—Lo mismo me dijo tu madre. —se ríe negando con la cabeza, mira sobre mi y no es necesario girar a ver para saber que esa mirada enamorada y llena de adoración es dirigida a mi madre.

La primera parte del baile termina y se que ahora debo bailar con James, pero antes le digo a Carlos: —cuídala bien en la luna de miel. En todos los sentidos que aun no quiero hermanos menores.

Y se ríe mientras mi madre se coloca a lado de él. Este la vuelve a tomar de la cintura e inicia el baile. James coloca una mano en mi espalda mientras que la otra se entrelaza con la mía. Mi mano libre la pongo en su hombro, e iniciamos el baile. En la misma posición en la que baile con Carlos.

James es igual de castaño, pero este heredo -según mamá­- los ojos de su madre. Son color avellano y al igual que su padre es alto. Tiene las cejas pobladas y las pestañas rizadas, envidio eso. Es de complexión delgada y por lo que siento y he visto cuando vamos al mar de igual forma trabaja su cuerpo. Yo el único ejercicio que hago es el de levantarme de la cama y caminar a la preparatoria. Y eso ya es ganancia.

—¿Qué ibas a hacer en el bosque? —me pregunta.

La relación que tengo con James es extrañamente bien; por momentos nos olvidamos del uno del otro y por otros nos acordamos de más. Nos molestamos mucho. Creo que parecemos hermanos realmente.

—Iba a aprovechar que tengo vestido rojo para hacerla de caperucita. En el jardín de niños no me dieron el papel.

James rueda los ojos y clava su mirada a nuestros padres, hago lo mismo y sonrió.

—¿Si sabes a donde la piensa llevar mi papá verdad? —dice después de un rato. Niego y lo veo. —la llevara a Grecia.

—¡Ay no me jodas! —me quejo. James se ríe y asiente, de acuerdo.

Grecia solo significa una cosa, esa luna de miel se va a prolongar o mamá se va a obsesionar con el lugar (mas), tanto que puede convencer a su esposo de que vayamos a vivir allí. Y no es que no me guste la idea, pero... me gusta vivir aquí. Es un pueblo muy bonito y tranquilo.

El baile termina y mientras los demás invitados se levantan para bailar yo vuelvo a la mesa, levantando nuevamente el vestido para que no se enrede entre mis piernas. Las luces siguen apagadas, pero tengo que admitir que se ve romántico esto de las velas, la organizadora se lució. La busco con la mirada y esta se encuentra de pie asintiendo mientras tiene un intercomunicador en el oído. La veo hablar por este y al instante la fuente de chocolate se enciende. De un momento a otro un montón de niños corren a él, y yo estuviera entre ellos, pero no me gusta el chocolate, bueno, en realidad me gusta, pero soy alérgica.

Miro a mi madre bailar, a James coquetear con una prima, tíos aprovechando el alcohol gratis, tías regañándolos o uniéndoles, primos con sus celulares o coqueteando y varias primas viendo a algunos amigos invitados de James. Lo cierto es que yo no tengo amigos, o bueno, tengo conocidos, pero no les podría llamar amigos. No confió por completo en ellos, y más si son únicamente hombres. Creo que no confió por completo ni en mi novio.

Me hago el cabello hacia un lado para peinármelo y me tenso al sentir una respiración en el cuello recién descubierto. Me giro rápidamente, pero todo esta oscuro y no hay nada, ni una sombra o ligero movimiento.

—Tal vez ha sido el viento... —murmuro para mi misma.

ººº

Espero les haya gustado el primer capitulo y se queden  a leer mas :3, también es mi novela de suspenso/misterio y espero no decepcionar a nadie ni nada por el estilo. Gracias por leerme :b

 Gracias por leerme :b

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Esto es amor. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora