- Como ya sabéis, os he invitado aquí hoy para que pudierais conocer a mis invitados antes de que partan mañana por la mañana. Todos vosotros ya habíais oído de su presencia aquí y habíais inquirido sobre los motivos que los habían traído, sin embargo a tan solo unos pocos se os los había presentado antes. No obstante hay todavía otro motivo para que os haya llamado esta noche. Vosotros sois los máximos representantes de los principales gremios de la ciudad y –se metió la mano entre las vestiduras – os quiero pedir vuestro apoyo para entregar a nuestros amigos y aliados un Anillo de Elswen a cada uno.
Sacó la mano de debajo el vestido y al abrirla todos pudieron ver los tres anillos que tenía en la palma. Estaban hechos de una nudosa madera oscura que casi parecía una raíz y se enredaban sosteniendo una preciosa esmeralda en el centro. Se oyó un murmullo de aprobación.
- ¿Alguien se opone entonces? – todos hicieron que no con la cabeza.
El elfo que Túriel había presentado como Primer Guardián de nosequé se levantó captando todas las miradas, que a Suna le parecieron contener respeto e incluso un punto de miedo. A simple vista parecía un elfo como los demás, pero con un escrutinio algo más minunioso resultaba fácil ver que tenía un aspecto mucho más curtido que el resto, y su posado ceñudo y serio no era mera postura. Habló con voz neutra y profunda.
- La Fortaleza de Gorundul acepta esta concesión y añade su blasón. Tomaremos con orgullo el rol de padrí. Que los caminos de nuestras casas se acerquen todavía más en adelante.
Túriel asintió con la cabeza visiblemente complacido y le entregó los anillos al elfo que había al lado de Éslir.
- Elnor.
- Sí señor, inmediatamente señor – dijo el elfo nerviosamente y se apresuró a sacar unas pequeñas bolitas de plata que debía llevar en un bolsillo interior.
Suna se dio cuenta de que Túriel lo tenía todo preparado. Elnor encastó una de las bolitas en uno de los anillos y mientras apretaba con el dedo se le pusieron los ojos de un intenso color bronce. Un par de minutos después miraba su obra satisfecho. Repitió el proceso dos veces más. Al terminar devolvió los anillos a Túriel, quien se giró en su dirección.
- Estos son Anillos d Elswen, una vez os los pongáis nadie más que vosotros os los podrá quitar, y nadie más que vosotros se los podrá poner. Mientras los llevéis seréis considerados amigos de los elfos y dispondréis de libre entrada al bosque. Además os guiarán por el camino más directo hacia nuestra ciudad y hacia todas aquellas que os concedan su blasón, donde seréis bienvenidos, de momento la Fortaleza d Gorunul quien además tomará el cargo de padrí. Solo deberéis desearlo y, una vez dentro del bosque, veréis el camino.
Suna se esforzaba por mantener la compostura, ese era un gran y raro regalo. Los elfos les estaban dando un objeto de su artesanía mágica, ¡no solo eso sino que les serviría para tener acceso a su territorio! Giró la cabeza en dirección a a su padre y lo vio tan abrumado como ella se sentía. Al otro lado Nilus hacía cara de sorprendido, pero seguramente no entendía la magnitud de lo que les estaba sucediendo.
Túriel caminó unos pasos hacia atrás desde su silla y les indicó con la mano que se levantaran y se pusieran enfrente suyo. Éslir también se levantó y se puso al lado de Túriel. Quedaban en línea con la mesa, de forma que los que estaban sentados todavía los podían ver de perfil.
- Con este honor que os ofrecemos seréis considerados miembros de mi casa y los afillats de Gorundul. Obtendréis los derechos y deberes que eso conlleva. ¿Aceptáis?
Suna quería preguntar cuáles eran esos derechos y deberes, pero temía que si mostraba alguna duda se fuera a considerar como una ofensa, los elfos hilaban muy delgado con el protocolo y el respeto. Miró de reojo a su padre, quien tampoco dijo nada seguramente por el mismo motivo. Los tres inclinaron la cabeza afirmativamente.
Éslir cogió uno de los anillos de la mano de Túriel y le hizo un gesto a su padre para que se le acercara y eligiera un dedo. Él levantó la mano derecha dejando solo el dedo anular totalmente estirado. En esa mano todavía no llevaba ningún anillo, era en la izquierda donde llevaba su anillo de casado y el de madre en el dedo anular y el anillo de vigía en el pulgar, como era costumbre. Éslir le encajó el anillo en el dedo y le cerró la mano encima.
- Ahora te vincularé el anillo. – Dijo, y se le pusieron los ojos del característico color lila.
Una vez hubo terminado volvió a hacer lo mismo con ella, que desconcertada eligió el mismo dedo que su padre. Cuando le pusieron el anillo pudo sentir como los nudos de la madera se revolvían poco a poco hasta ajustársele perfectamente. Finalmente hizo lo mismo con Nilus, que también eligió el mismo dedo. Entonces Túriel volvió a hablar.
- Desde ahora y hasta que alguien desafíe esta concesión o la reina en persona la cancele, seréis considerados amigos del pueblo del bosque. Así mismo vuestras acciones cuando lo visitéis, para bien o para mal, quedaran ligadas a esta casa y representaran a nuestra amada ciudad.
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Quería disculparme por lo lento que he estado subiendo capítulos ultimamente... debido a motivos personales (trabajo 😧) no he podido subir partes tan a menudo como me hubiera gustado.
Peeero parece que eso ya terminó! Ademas con gusto puedo anunciar que esta histora ha ganado el primer puesto (😲) en la categoría De Todo de los premios LupiSacri2018 lo que me da mucha confianza y ganas de seguir! Así que muchas gracias LupiSacri2018!!
Espero que a tod@s los demás os esté gustando también! 😎
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Auri
FantasyNilus tenía una vida tranquila con su abuelo y sus hermanos. Digo que la tenía porque la perdió, o mejor dicho se la quitaron. Tras despertar medio aturdido en un bosque gigantesco y desconocido se encuentra atado de pies y manos y acusado de usar m...