15.

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- ¿Qué haces? - le preguntó Maxwell sentándose a su lado en la mesa. Su novia estaba escribiendo algunas cosas en papel mientras leía en su laptop, pensó que estaba preparando alguna clase.

- Estoy escribiendo - respondió sin verlo. Maxwell miró el reloj de su muñeca.

- Casi a las diez - dijo dirigiendo su mirada a ella, totalmente concentrada en lo que hacía. Sabrina estaba escribiendo a mano cada detalle y cada cosa que pudiera ayudarla a ayudar a Christina Darcy, su ahora amante - porque ya... - el sonido del celular de su novia lo interrumpió. Sabrina se detuvo para tomar su celular y sonreír al creer saber quién era.

- Hola - saludó sin dejar de sonreír llevando su mano a su mejilla. Maxwell frunció el ceño confundido ¿Quién hacía sonreír a su novia a tal hora teniéndolo a él a un lado?

- Hola Sabrina - saludó aun una animada Christina al otro lado de la línea - sé que es tarde, lo siento. Pensé que no responderías, quería darte las buenas noches -

- Claro que sí. Es tarde - respondió un poco preocupada por ella - ¿Cómo te fue? ¿Ya cenaste? - preguntó mientras se levantaba colocando su celular entre su hombro y mejilla. Maxwell vio cómo Sabrina cerraba su laptop y tomaba sus papeles para acomodarlo todo en sus brazos antes de despedirse de él como pudo con su mano y caminar hacia la habitación.

Maxwell tomó el papel que su novia había olvidado en la mesa, y solo podía sentirse molesto al leer el nombre Christina en el. Lo arrugó formando una esfera y lo lanzó con fuerza al suelo. Harto, cansado, furioso.

- Me fue bien, acabo de llegar a casa - sonrió mientras se fijaba repetidas veces que nadie la estuviera observando desde afuera para luego pedirle explicaciones - aunque no estoy en casa, estoy en la cabina telefónica. Acabo de llegar del trabajo - Sabrina se sorprendió, eran muchas horas al día y Christina no parecía cansada. Cansancio significa irrespeto - sabes que tengo citas a diferentes horas e informes que hacer, generalmente siempre tengo trabajo - suspiró al recordar quién estaba al tanto de eso, la misma persona que vigilaba cada paso que daba - excepto cuando vas a verme - sonrió. Sabrina asintió dirigiéndose a la cama para sentarse sobre ella.

- Cuando salgo del hospital regreso a casa - dijo sonriendo y Christina no podía dejar de hacerlo, a pesar de que no había comenzado a preparar la cena - ayudo a Ethan a terminar sus deberes y preparo las clases del día siguiente, a veces preparo la cena o Maxwell la trae - rió un poco.

- Tu novio - dijo un poco incómoda, quizá celosa. Christina había dejado de sentir celos con los años, dejando de sentir en general, como si de una maquina se tratase; pero al conocer a Sabrina esas emociones volvieron a hacer presencia en su vida.

- Ya hablamos de eso - rió suavemente - yo solo estoy esperando por ti - respondió sinceramente, quizá siendo egoísta. Sabrina sabía que al menos Maxwell no merecía ser engañado, pero de igual manera no estaba haciendo mucho para evitarlo.

- Lo sé - suspiró tomando el teléfono con ambas manos, sintiendo lo frío que estaba. En cualquier momento podría comenzar a nevar o a llover, pero Christina Darcy no podía llevar guantes en sus manos y la razón era porque al usarlos cubría su anillo de casada y provocaba la omisión del hecho de su matrimonio, y eso era algo que su esposo, Jacob Darcy, simplemente no podía permitir - es solo que... -

- Christina - la chica escuchó su nombre en la voz que la hacía temblar, no de buena manera y no en buenos momentos. La voz de Jacob atravesó la cabina telefónica, sin poder entender qué hacía su esposa afuera tan tarde. Vio su bolso colgando de su brazo, clara señal de que ni siquiera había comenzado la cena, automáticamente su ceño se frunció.

- Me tengo que ir - le dijo casi en un susurro, preocupando de inmediato a Sabrina - te quiero mucho - y eso fue lo último que Sabrina escuchó, pues Christina había cortado la llamada.

Christina Darcy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora