Harry Potter y los Blade Breakers

Capítulo seis: Grimmuald Place

Disclamer: J. K. Rowling y Takao Aoki, son dueños de Harry Potter y Beyblade, respectivamente. Yo hago este fic sin ánimo de lucro, como medio de entretenimiento y ocio.

Grimmuald Place

Los gestos del pelirrojo se tranquilizaron al escuchar que era pariente de la castaña. Aun así, tanto para Harry cómo para Hermione, era extraño, y demasiada casualidad que los famosos Blade Breakers estuviesen en este momento en la misma habitación que ellos. Sin mencionar que ignoraban que los cinco chicos fuesen magos cómo ellos. El pelinegro los observaba, recordando el sueño que tuvo hace unos días en Privet Drive.

—Entonces sí se referían a ellos —pensó Harry—. Pero, ¿por qué tuve esa visión de ellos?

—Espera, Tyson ¿es verdad lo que acaba de decir ella? —preguntó Max, igual o más sorprendido por aquella noticia.

—Sí, ella es mi prima segunda. Nuestros padres son primos hermanos por parte de nuestros abuelos. Aunque la última vez que nos vimos teníamos nueve y once años —respondió a su amigo. Después se dirigió a la castaña—. Sabía que Hermione había ido a un internado en Escocia, pero no imaginaba que eras bruja —se cruzó los brazos.

—No podía contárselos tanto a Hiro cómo a ti mi situación. Yo lo siento, aunque tampoco me expresaste que eras un mago. Creí que eras un muggle.

—Bueno, es una larga historia —soltó una risa nerviosa, rascando su nuca. Observaba de reojo a sus amigos, pidiendo ayuda en caso que se le saliera información de más.

— ¡Apuesto a que provienes del Mahoutokoro! ¿Cómo es la enseñanza? —preguntó, emocionada.

—Yo en tu lugar, no esperaría que Tyson te hiciera una descripción completa de la escuela —intervino Kai—. A diferencia de ti, la inteligencia de él brilla con su ausencia —los dos Granger le fulminaron con la mirada.

—Eso fue cruel, Kai —murmuró el chico de la gorra.

—Concuerdo con Tyson —la chica le observó detenidamente. El ruso sólo alzó la ceja—. ¿Black, él es tu familiar, verdad?

—En efecto, Kai Hiwatari es mi primo —respondió, de manera brusca—. Una coincidencia que ambas tengamos a dos de los mejores beyluchadores del mundo en nuestras respectivas familias.

—Aun así, ¿qué haces aquí, Hermione? —Cuestionó el japonés—. De todas las brujas de Reino Unido, es demasiada casualidad que nos encontráramos en este sitio que parece la casa de un psicópata.

—Es lo mismo que yo me pregunto. Deberías estar mejor en Japón que aquí —bufó—. Sé que el Ministerio Inglés está ocultando todo lo relacionado con Quién-tú-sabes, pero no creí que fuese tan idiota de permitir que magos extranjeros ingresen a nuestro país así.

—Es lógico, Tyson —interrumpió la joven Black—. Durante mi estancia escolar fui testigo de cómo ellos tres forjaron una amistad. Así que la Orden ha tomado sus precauciones, por lo que es mejor que esté en el Cuartel a que con su familia, por si Voldemort quisiera usarla de señuelo para atraer a Potter —las muecas de Ron cómo Hermione no se hicieron esperar—. Por Dios, ¿en serio, Granger, Weasley? —miró hacia el cielo, para negar después con la cabeza.

—Eso lo intuí desde que ambos me mandaron cartas. Que se encontraban en un sitio, los dos juntos, comprobándolo finalmente —manifestó irritado el pelinegro de los ojos verdes a sus dos amigos—. Comprendo que Aneshka regrese a Hogwarts. Sin embargo no comprendo por qué los Blade Breakers deben estar aquí —terció el joven de ojos verdes.