Harry Potter y los Blade Breakers

Capítulo Siete: Trámites, Insignias y un Boggart

Disclamer: J. K. Rowling y Takao Aoki, son dueños de Harry Potter y Beyblade, respectivamente. Yo hago este fic sin ánimo de lucro, como medio de entretenimiento y ocio.

Trámites, Insignias y un Boggart

Últimamente, Aneshka se despertaba más temprano de lo usual. A pesar de que la casa era tétrica, sentía algo que le llamara a ella, como si quisiera que ese algo, o alguien le encontrase lo antes posible. Había intentado sin éxito subir a las habitaciones de los últimos pisos, pues era sorprendida por Kreacher o por la misma Señora Weasley que la obligaba a ir al comedor a desayunar. El día de hoy no había sido la excepción. Subía las escaleras cuando una voz hizo que se sobresaltara de golpe:

—No sabías que estabas despierta —le manifestó, cruzando sus brazos. Su mirada se desvió hacia los pisos superiores—. ¿Qué buscas?

—Sí, me aburro estar en cama. Nada, te lo juro —le mintió, lo que provocó que Kai alzará una ceja de incredulidad.

—No deberías ser tan curiosa. Sabes lo que te pasó la última vez.

—Sí, mi encuentro con el abuelo —bufó, mientras se reunía con él—. Es algo innato en mí, una virtud o un defecto, dependiendo por el cristal que se vea.

—En mi opinión, lo segundo —mencionó, bajando las escaleras con ella—. Siempre te metes en problemas.

—Sólo me pasa cuando estoy contigo —le dijo—. ¿Tú tampoco podías dormir?

—En absoluto. En mi caso es la hora que usualmente me levanto —suspiró—. Aunque debo admitir que extraño entrenar. Es imposible hacerlo aquí, sin el temor de romper o provocar que tu tía abuela empiece a gritar de nueva cuenta. Sin mencionar que criaturas puedan aparecernos —bufó.

—Al menos ya has tenido experiencia práctica de verlos que sólo leerlos de mi libro —sonrió animada—. Admiro a Newt Scamander. He pensado si me dedico a la magizoología. Es excitante perderse por los rincones del mundo, hallando nuevas especies y estudiarlas.

—Esperando que esa curiosidad no te llegue a dar un daño permanente —le expresó.

—Eso fue cruel —hizo un mohín.

— ¿Es la carrera que harás terminando la escuela? —le preguntó.

—Me gusta mucho, pero aún estoy indecisa —se sinceró—. Aunque definitivamente no me atrae puestos políticos, es lo único que diré.

—Viendo a los ineptos que llegan al poder en tu país no me sorprende —la chica soltó una risa por lo bajo—. ¿Sabes si seguiremos limpiando hoy? —susurró, caminando despacio por el paragüero de pata de troll.

—Es lo más probable —le contestó, yendo hacia la cocina—. Queda mucho que hacer. Kreacher definitivamente no ha hecho su trabajo en esta década. Sin mencionar todo lo macabro que ocultaba mi familia en esta casona.

—No lo dudo, y las plagas no son de lo mejor —ingresaron a la cocina, en dónde encontraron a la señora Weasley, con Rei y Max ayudándole con el desayuno.

—Buenos días, chicos —estaba poniendo una tetera en el fuego—. Ya iba a ir a despertarlos. Tenemos mucho que hacer. Espero que Alastor llegue hoy, dado ese escritorio me tiene mucho con pendiente —observó al de cabellos bicolores—. Kai, querido, ¿te puedo pedir un favor? ¿Despertarías a Ron y a Harry? —el chico asintió, regresando a las habitaciones.

— ¿Quiere que le ayude a poner la mesa, señora Weasley? —se ofreció la muchacha.

—Por supuesto, querida.