Capítulo 1

598 29 10
                                    


"Collins"

Era temprano por la mañana. Me despedí de mamá y papá antes de irme a la estación de autobuses para irme al instituto. Me senté en la sala de pasajeros esperando pacientemente a que llegue mi mejor amigo, Kai, y el colectivo 110.

La verdad era que no me sentía con muchas ganas de asistir a clases. Ayer había llegado tarde del trabajo y, cuando quise hacer los deberes, me quedé dormida encima de los apuntes.

Mi día a día era bastante arduo. Simplemente consistía en ir al instituto, volver, ir al famoso restaurante de comida rápida del payaso a trabajar y volver para realizar los deberes, los cuales, la mayoría, no se llegaban a terminar porque el cansancio me ganaba de mano y caía rendida.

—Hola pequeña —saludó Kai.

Nunca me iba al instituto sin él. No me importaba llegar tarde, porque mis días sin él no eran días, y tampoco estaba segura de poder soportarlo sin mi mejor amigo al lado.

—Hola grandulón —sonreí cuando me abrazó. Hacía frío y él siempre se encontraba cálido— ¿Has hecho los deberes de química?

—No —ríe, sabiendo que preguntaba porque tampoco los había hecho— Saltémonos la clase y vayamos a dormir un rato a la sala de usos múltiples.

—Me parece un buen plan.

Nos subimos al autobús que acababa de llegar sentándonos en los mismos lugares de siempre y nos colocamos los audífonos, como de costumbre.

Al llegar, me colocó los brazos por encima de los hombros y yo miré mi celular que había vibrado. Era una imagen que había mandado mi papá, una de esas cadenas que no tenían mucho sentido.

—Tengo clase de literatura, nos vemos más tarde —Kai asintió, entonces supe que no me estaba prestando mucha atención así que sólo me fui.

Yo era una persona invisible a los ojos de London Secondary School. No resaltaba porque no tenía el dinero que tenía la mayoría del cuerpo estudiantil, yo me encontraba allí por una beca. Pero me sentía a gusto siendo invisible, nunca me metía en problemas y a mí me gustaba el pequeño mundo que habíamos formado Kai y yo.

Era perfecto.

Sin embargo, desgraciadamente siempre me tocaba clases con el mayor idiota, engreído y molesto de la secundaria. Matthew Collins.

Él no sabía cuándo parar y, aunque ya me había acostumbrado hace mucho a sus bromas pesadas e insinuaciones de mi presunta pobreza, no tenía en cuenta que dolían sus comentarios hipócritas. Antes era amable conmigo, pero cuando comenzó la secundaria, y después de un año sin vernos, se enteró del trabajo de mi padre cuando lo vio construyendo una casa cerca de la suya. También se había enterado del desempleo de mi mamá, quien se pasaba en mi casa limpiando y esperando a que yo llegara para pedirme su opinión sobre su currículum vitae.

Era lamentable que hubiera gente que se burlara de la situación que estaba atravesando otras personas, pero yo me sentía agradecida por lo poco que tenía.

Y ahí estaba él cuando llegué a clase de Literatura. Sentado en el fondo junto a sus amigos y miembros del equipo de Lacrosse de la escuela, los Blue Devils. Un nombre penoso, ya que Matthew, su capitán, había pensado en él. Además, teniendo en cuenta que el equipo era realmente bueno en lo que hacía, el nombre no le hacía ningún juicio.

Matthew Collins era un cretino.

—¡Eh, chica Mc Donalds! ¿Te dio el tiempo de hacer los deberes con tanto trabajo? —me gritó riéndose.

Me enamoré del Niño Rico | editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora