"Confesiones"
El domingo por la noche habíamos llegado muy tarde a Londres, por lo que rechacé su invitación a pasar por su casa antes de llegar a la mía.
—Espero que hayas pasado un buen fin de semana —me dijo una vez que haya aparcado frente mi casa.
—No te preocupes por ello, la he pasado más que bien.
—Ahora solo queda esperar los resultados.
Sí, solo faltaba eso. Era lo que más nerviosa me tenía y en lo que menos quería pensar. Así que preferí cambiar de tema y por fin despedirme.
—Nos vemos mañana en el instituto —informé y él asintió.
—Te pasaré a buscar.
—No hace falta, te queda muy de trasmano.
—Claro que pasaré a buscar a mi novia —dijo y en un instante se arrepintió de lo que había dicho.
Tenía ganas de reírme, porque era difícil estar juntos y no ponerle etiquetas a esto. Era como si fuésemos libres de hacer lo que quisiéramos, era como tener una "relación abierta". Y por más que no me haya propuesto ser su novia, realmente no me agradaba la idea de que anduviera con otras chicas mientras estaba conmigo.
Pero, ¿cómo decírselo?
—Si así es como quieres llamarlo, está bien —le dije y él tomó mi mano.
—¿Es en serio? —preguntó ilusionado.
—Sólo digo que es difícil no llamarle de alguna manera a esto. Además, ¿esto es una relación abierta? Porque juro que no me gusta la idea de que... —no tuve tiempo de seguir parloteando.
Su boca se unió con la mía y en un instante sentí lo que había sentido en el hotel cuando estábamos juntos. Sin embargo, me seguía faltando algo.
—No me agrada la idea de estar con alguien más si estoy contigo —sonreí.
—Entonces estamos en la misma página.
—Claro que sí.
Me bajé del coche para recoger mi maleta y Matthew me acompañó hasta la puerta de mi casa. Se despidió con un largo beso dejándome con una sonrisa de tonta en el rostro. Esperaba no tener que encontrarme con mis padres cuando entrara, pero al parecer y para mi fortuna, ellos ya estaban durmiendo.
Preparé todas mis cosas para enfrentar un terrible lunes luego de tener un excelente fin de semana.
Cuando me desperté al otro día, bajé a desayunar y vi que ninguno de mis padres estaba en casa, lo que me sorprendió. Estaba segura de que ayer se encontraban en casa, pero de todas maneras nunca había revisado.
Cuando fui hasta su habitación, esta se encontraba vacía y no pude evitar pensar lo peor. Sin embargo, un alivio inmediato recorrió todo mi cuerpo cuando vi una nota sobre su cama.
"Los dos nos quedamos en el hotel de los Collins, no te preocupes por nosotros. Te amamos.
-Mamá y Papá"
Pensé que se me estaba haciendo tarde y comencé a preparar el café a las apuradas, sin mencionar que casi me quemé con la tostadora caliente cuando estaba haciendo las tostadas. Un mensaje hizo vibrar mi teléfono.
MATTHEW: En diez minutos pasaré por tu casa, llévame café.
MATTHEW: Porfis.
Me calmé. Había olvidado por completo que él me pasaría a buscar, por lo que si me hubiese ido a la parada del colectivo él no encontraría nadie en casa. Así que, lo menos que podía hacer por él ahora, era llevarle un café. Aquello era nada comparado a todo lo que había hecho por mí este último tiempo, incluido el fin de semana en Oxford.
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Me enamoré del Niño Rico | editando
Dla nastolatków[EDITANDO] Sommer Clarkson y Kai Mcfall han sido amigos desde que los dos tienen uso de razón. Matthew y Jane Collins son hermanos, pero hay algo que los hace muy diferentes. Nadie esperaba ver cómo dos personas, más que nada adolescentes, tuvier...