Parte 6 La ladrona de almas

21 1 0
                                    


Tirada allí entre los escombros, con la boca entreabierta y los ojos cubiertos de polvo pudo ver cómo Modzilla se iba paso a paso de la gran ciudad, en terremotante y ruidosa retirada. Pudo ver cómo Peter yacía a su lado, abrazado a ella y con miedo. Tuvo el placer de  verlo por unos segundos con apariencia de indefenso, pero tan pronto se puso de pie ya estaba nuevamente en su estado normal, petulante,  insoportable; como si hubiera derribado al gigante Zilla con sus propias manos! Oh, por los santos cielos! Recóncholis! Qué tipo petulante ...

Me miró con su inocente brillo en los ojos, amándome casi, y me dijo:

- Levántate! No ves que estoy aquí para protegerte!

- Si, claro - le respondí, para que no comenzara a ofenderse y atacara inmediatamente.

-Recuerdas a la escritora aquella? Hablaba de Modzilla, un día, y te explicaba el procedimiento que usaba para robarse partes de novelas y vidas enteras, con lo cual se robaba las almas!!! La recuerdas?

- Por cierto que la recuerdo, era bastante aterradora, aunque no tanto como Modzilla. Qué habrá sido de su destino? Ya era rica, y estaba creando más fortuna. Era perversa, elegiría sus víctimas al azar? Aprendiste de ella a ser tan perverso a veces?

- Noooo, soy engreído pero no he robado almas jamás ni narración alguna, aunque tu puedas decir lo contrario.

En realidad Penélope sabía cuánto se parecía él a esa escritora maldita, demasiado tal vez. Y sacudiéndose la polvareda de las medias de nylon, volvió en sí  o pasó nuevamente por el bucle, no estaría segura de ello. Lo cierto es que le quedó grabado el rostro de la escritora sin alma, de la ladrona de vidas, como si la hubiese visto en el último segundo antes de entrar en el agujero de gusano, y como en un efecto de flash, en un abrir y cerrar de ojos, sólo podía ver su rostro inerme e inexpresivo, como si tal cosa, como si nada hubiera pasado, como si jamás robara historias de vida ni almas perdidas.  Podría estar loca tal vez, luego de robar se iba junto a un viejo árbol en el bosque y gritaba de alegría, bailaba secretamente alrededor del antiguo y seco tronco. Festejaba, brindaba, incluso hacía fiestas y sesiones de fotos con periodistas. Pero al fin y al cabo era sólo una leyenda urbana, y cuentan por ahí que un día comenzó a perder su propia alma, cada vez que robaba y vendía partes de narraciones de vidas de otras personas, que eran sus víctimas, perdía partes de su propia historia de vida, partes de su propia alma, que caían en el seco pozo de agua para nunca más volver. Ella, muy ufana de cuántas proezas hacía no se daba cuenta de su propia perdición, incluso soñó un día que era un famoso escritor,  hombre de otros tiempos, un clásico .... De hecho soñó que nunca jamás nadie sabría que era simplemente una ladrona maldita, y que pasaría a la posteridad como un gran genio creador masculino!

Soñó.

Adorable era. Inolvidable. El toque más barroco de su cuadro era cuando corría a hacer el copyright de las vidas de otros, de ideas que no eran suyas, de almas robadas, y cuando regresaba se tomaba la gran fotografía final y al pie de la foto escribía con letra diligente y honesta: Copyright de Fulana-o de Tal.

Comenzó a tomar consciencia, de su inevitable destino, un día, cuando el collar de perlas de su tatarabuela se rompió súbitamente, caían una a una sobre el piso de madera, sonaban haciendo una extraña melodía. Caían de repente muchas perlas juntas, y luego, de nuevo la melodía aquella, rara, casi cósmica; como la música de la teoría de las esferas de Pitágoras ... Fue allí cuando comprendió que el universo tiene algunas leyes, no son muchas, incluso algunas pocas, y más aún, algún audaz matemático redujo todas a una sola. Pero, leyes al fin y al cabo, que cuando llegamos a este portal del universo en la vía Láctea, ya existían y continúan existiendo a nuestro pesar o con nuestro acuerdo. 

Uno de esos enunciados expresa justamente la situación de nuestra amiga escritora, ladrón de almas .... Sabrá él-ella acerca de éstos enunciados? Tal vez no lo sepa, o tal vez sabiéndolo incluso pretendió ignorarlos ... Quién sabe! Al fin de cuentas es sólo una leyenda urbana, ni siquiera sabremos su nombre, sus obras incluso se perdieron por completo desaparecieron por las catástrofes naturales del conmocionado siglo XXI . Peter, John y Penélope, pudieron presenciarlo luego de atravesar una serie de viajes en el tiempo. Pudieron. Ya les contaré sobre esto, más adelante, a su debido momento.

Sueños de una medium.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora