Capítulo V

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Como lo habían pedido (sólo una persona, pero ahí está), en la multimedia tenemos a Jared Padalecki, quien por cierto es un actor. No me gusta casi nunca inventar personajes para los fics, siento que queda más usar personajes existentes y darles una personalidad porque este mundillo de los fanfics está cargado de referencias al rock, etc., y a mi me gusta meter mis referencias personales a ver si alguien las atrapa.

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Durante el receso Jimmy tomó su celular para averiguar cómo se encontraba Robert por culpa del idiota de Jared. La imagen del rubio volando por el aire fue graciosa por menos de algunos segundos, antes de caer.

—Vi lo que pasó ¿Estás bien?

—Sí, sólo fue el mareo de la caída— respondió sin tardar demasiado.

—Me alegro. Nos vemos mañana.

—Hasta mañana.

Robert sonrió al ver que Jimmy se preocupaba por él. Muy en el fondo sabía que no podía tener una relación real con él, pero ya sabemos cómo es la adolescencia, el aún tenía esperanza.

Caminando por el pasillo, Jimmy buscaba a Jared; observó con detenimiento tratando de encontrar esa enorme cabeza castaña.

—Tú— dijo al verlo, por fin. Jared giró y sonrió al encontrarse con sus ojos verdes.

—¿Qué sucede, primor?— preguntó con una sonrisa coqueta.

—Dime que mis ojos están fallando y no dejaste caer a Robert al suelo mientras lo lanzabas al aire— pidió molesto. Un jugador que estaba detrás de Jared escuchó su conversación.

—¿Qué te pasa, hermano? Si no quiere ir contigo al baile podría ir conmigo y tú me lo estás matando— comentó el sujeto casi riendo. Jimmy observó a Jared con enojo.

—Fue un accidente— sólo dijo.

—No sé qué hacer contigo— suspiró molesto.

—Cógetelo— murmuró el mismo jugador desde la espalda de Jared y sus amigos rieron. Jimmy mostró un semblante molesto antes de irse. Padalecki golpeó el brazo de su amigo en señal de reclamo. No había mucho que hacer; Jimmy lo dejó de pie en el lugar cuando decidió que no valía la pena perder el tiempo con él.

Al día siguiente Jimmy estaba seguro de que este era uno de sus últimos recursos; 40 libras comenzaban a parecer poco dinero a comparación con el martirio de soportar a Jared.

El jugador se acercó a Robert, en el pasillo, como Jimmy le había indicado. Con un par de flores ocultas en su espalda caminó despacio hacia el rubio que sacó un libro de su casillero.

—Hola, Robert— dijo Jimmy al auricular para que Jared repitiera.

Plant lo observó y en su rostro apareció una mueca irritada, azotó la puertecilla de su casillero, listo para alejarse. Jared no sabía que hacer, por lo que aguardó a la instrucción de Jimmy.

—Espera, por favor— suplicó.

El rubio se detuvo y suspiró con fuerza.

—¿Qué quieres, ahora?— inquirió colocando una mano en su propia cadera.

—Quiero disculparme por todo— repitió Jared las palabras que no parecían convencer al animador.

—Tus disculpas vacías no me reconfortan— aseguró Robert.

—Sé que he sido un completo idiota contigo, pero eso es porque no sé cómo comportarme cuando estoy en tu presencia, es como si algo en ti me debilitara— dijo Jimmy, cuando Jared lo pronunció el semblante de Robert cambió y el pelinegro sonrió al verlo en la pantalla de su celular; había comenzado a sonreír y Jimmy pensó que se veía hermoso, pero borró ese pensamiento para concentrarse— Te traje unas flores, porque sé que te encantan— contó y Jared, atento, las extendió a Robert que las tomó despacio como si no supiera de qué manera reaccionar. Eran unas bergenias púrpura, hermosas.

Jimbert - Whole lotta loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora