11. LAST KISS, Taylor Swift

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Parecían bailarines representando la escena del balcón de Romeo y Julieta, deslizando sus pies y sus versos empalagosos a la par que honestos por toda la ciudad de Verona hasta llegar a la casa de ella. "Adiós" susurraban, adioses rozando el envés de sus orejas, cosquilleando en el tímpano.

"Adiós" con miradas juguetonas y de nuevo un "te quiero" con la cara descompuesta en nostalgia y amor.

Se abrazaron y sus corazones salieron de sus pechos para unirse también, un hilo invisible les había atado hace tiempo y se hacía cuerda para volverse a anudar.

El nudo marinero apretaba su respiración cada vez que se soltaban y se despedían. Cada vez.

Se querían tanto... ella le quiso tanto, él la amó tanto.

Ella cerraba la puerta de la verja, volviendo a casa a regañadientes y esa cuerda se tensaba y el nudo de alguna forma, subía a sus gargantas y quedaba en sus labios incapaces de no besarse. El nudo volvía a su corazón, ella subía las escaleras mientras se lanzaban besos desde la lejanía y él los cogía. Los cogía.

Ella bajaba de nuevo para besarle y besarle y volverle a besar. Ella subía de nuevo y los besos flotaban en el aire. Al final, no tenía más remedio que entrar a casa y él se iba. Él se iba.

Ella se quedaba observándole desde la ventana hasta que se hacía un puntito irreconocible, después, se tocaba el pecho y su mente decía su nombre con la más dulce de las voces.

Aquella noche ellos no pensaron que ese fuese a ser su último beso, no sabían que en menos de una semana el nudo se desharía en él, dejándola presa de su nombre en aquella boca de frambuesa y ella dejaría de tocarse el pecho al recordarle, apretaría sus labios tal y cómo él la apretaba al achucharse y, cada mañana, al salir de casa, miraría en busca de un beso que él no hubiese cogido porque se sentiría tan sola que necesitaría alguno. Necesita alguno...

Balada de una estrella al caer al marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora