La Gemela de Izuku

37.

Había pasado un mes y medio desde el ataque a las prisiones Nilfheim y Duat. El ambiente por cualquier lugar era pesado y sin duda presagiaba muerte. La falta de acciones por parte de los villanos había incentivado a los héroes pro, que seguían en pie, a hacer múltiples grupos para cuidar a los ciudadanos y en especial a entrenar a todos los chicos de las academias. Pues era seguro que el día en que los villanos atacaran lo harían a las escuelas y sin previó aviso.

Los alumnos de las academias de élite como la UA o la Shiketsu ya habían superado los estándares que cualquier alumno podría tener. Incluso muchos alumnos estaban sobre el nivel de cientos de héroes pro. Sus entrenamientos habían sido extensos y arduos desde el ataque al Tartaros y el progreso era enorme. No cabía duda de que entre ellos estaba el próximo héroe numero uno y la mayoría de personas ya iniciaban a reconocer a ese chico. Empezaban a reconocer a Deku, el futuro héroe que poseía un espíritu y valor inquebrantables, el que más progresos había tenido y sobre todo que había decidido hacerle frente a su propia hermana. Y es que aunque solo tres personas lo sabían, Midoriya Izuku ya había logrado controlar el 65% de su poder.

Exactamente dos meses después del ataque a las prisiones, se podía sentir que el ambiente de muerte se hacía cada ves mayor, era como si toda ese energía que presagiaba cosas malas se estuviera juntando formando una capa enorme y pesada sobre la población, no solo de Japón sino que del mundo. Aquel día la mayoría de personas había hecho lo de siempre pero con un temor aun más grande, nadie lograba decirlo pero sin lugar a dudar ese era el día en que los villanos harían su ataque final.

Y tal como se sentía en el ambiente, justamente a las diez de la mañana las alarmas de todas las escuelas se encendieron al unisono. Alarmas que solo se encenderían en caso de un ataque de la Liga de Villanos.

Cerca de las nueve de la mañana los alumnos de la Academia UA habían terminado sus entrenamientos matutinos, había llegado la hora de almorzar pero nadie se había quitado sus trajes debido al pesado ambiente que se sentía. Todos estuvieron orgullosos de no haberse quitado sus trajes cuando las alarmas empezaron a sonar, y una fuerte explosión derrumbo las puertas de la academia dejando ver a cientos de Nomus y villanos, de los cuales un grupo pequeño sobresalía, un grupo conformado por cerca de diez personas. El grupo que había hecho a La Liga de villanos ser tan famosa.

POV Izumi

El día tan esperado llego en un abrir y cerrar de ojos. Desde días atrás Tomura había hecho un plan realmente impresionante, en teoría no tenía fallas pero al final de cuentas las cosas cambiaban en el campo de batalla. El plan a seguir era sencillo, en las mejores academias extranjeras atacarían aquellos miembros del país en cuestión y serían liderados por los villanos que se habían ganado algún elogió de Nii-san aparte de ser observados por los clones de Twice. El objetivo de ellos era infundir terror entre los héroes que quisieran pelear y provocar la rendición de todos aquellos que quisieran pelear. En concretó era provocar que nadie se opusiera a nosotros.

Por otro lado, aquí en Japón quienes atacarían a la escuela Shiketsu serían aquellos antiguos miembros de La Liga que fueron liberados del Tartaros, que en concreto eran los que atacaron el campamento hacía casi un año junto a Spinner, quien en teoría era el líder por ser el más cercano a nosotros. Su objetivo era el mismo que el resto, acabar con los héroes hasta que los alumnos y profesores se rindieran.

Por otra parte, nosotros nos encargaríamos de atacar a la UA, y aunque nuestro objetivo era el mismo había una ligera variación y era que teníamos que capturar a Izuku para quitarle el On For All o en caso extremo matarlo y hacer que ese poder que podía competir contra padre y ahora contra Nii-san desapareciera.

Esa era la razón por la que el día del ataque final, todos nos encontrábamos emocionados, la mayoría por que podrían matar algunos héroes y yo por que por fin iba a poder salir de la guarida después de dos meses. Estaba tan extrañamente emocionada y ansiosa que desperté a las siete de la mañana y prepare el desayuno para todos, cosa extraña pues Kurogiri siempre lo preparaba o en casos extremos nos decía que cada quien preparara su comida; al terminar de desayunar me di una ducha la cual relajo mis nervios, fue en ese momento que una especie de calor y añoranza invadió mis pensamientos, era una sensación de extrema tristeza así que siguiendo mi impulso empece a buscar algo en mis cajones, algo que no sabía que era hasta que lo encontré eso que tanto había querido encontrar era e collar de color blanco y rojo con una I en el centro. En un inició me sentí patética así que opte por tirarlo, pero no pude, así que simplemente me lo puse en el cuello para calmarme y empece a ponerme el traje que hacía diecisiete años perteneció a mi mamá.