La Gemela de Izuku

Especial De...

La joven de cabellos verdes y pecas se encontraba llorando sola en un columpio del parque, en su mente y corazón, la tristeza de no haber sido aceptada en una Academia la torturaba y carcomía  lentamente. En su mente no podía creer que con su habilidad no hubiese pasado los exámenes, esta bien ella era algo torpe y no muy atlética,  pero no su quirk era muy útil, y aunque le faltaba pulirlo un poco no dejaba de ser extraordinario.  Sus lagrimas no dejaban de salir mientras todos aquellos pensamientos hacían eco en su mente, y no fue hasta que una persona se sentó junto a ella, que regreso a la realidad. 

  — Son unos idiotas, ellos no pueden ver que tan perfecta eres para el papel de heroína ... Junko no estés triste, yo are lo que sea para que cumplamos nuestro sueño juntos —  decía un chico intentando consolar a la peli verde.  

  — Es fácil para ti decirlo Chizome, tu fuiste aceptado en una academia — contestó la chica, sin obtener respuesta. 

Era cierto, el chico de nombre Chizome Agakuro había sido aceptado en una escuela para héroes, a pesar de no ser una escuela famosa el había logrado más que su amiga, y eso que el quirk de el podía considerarse desagradable.  

  — Pero tu particularidad es mejor, ¿quien querría tener un kosei llamado Cuajo de Sangre? — volvió a decir el chico con una ligera sonrisa, provocando las risas de su amiga.  

  — Tienes razón, el mio es mejor... — respondió la chica con un pequeño toque de sarcasmo.—  Chizome.. ¿crees que si entreno podre ser un día alguien que ayude a las personas ?

  — Si.. pero debes esforzarte —  

Con esas palabras la chica tomo una decisión, ella ya no sería más la chica débil y miedosa que siempre había sido, ella sería alguien fuerte que protegería a su hermana y a sus padres. Y así lo hizo, durante meses ella empezó a entrenar arduamente, meses en los que su mejor amigo, Chizome cambio de una forma no tan buena. 

  — Este es mi ultimo año para entrar a una buena academia.. Chizome ¿que tienes? desde hace varias semanas te noto distinto —   preguntó la chica durante una platica diez meses después. 

  — ¿Que clase de heroína quieres ser Junko?—  

  — Una que salve a las personas, sin importar nada  — la chica no tenía dudas en contestar de esa forma, pues siempre lo había pensado así. 

  — Hay pocos héroes así... En la escuela todos quieren ser héroes solo por ser famosos o por el dinero.. esos asquerosos bastardos.. solo piensan de forma egoísta.. solo piensan en ellos.. quiero cambiar eso.. así que dejare la escuela. Si quieres puedo darte mi plaza  — las palabras del chico estaban cargadas de odio y veneno, exceptuando lo ultimo claro esta. 

  — Eso.. eso no puede ser cierto.. todos.. los que aspiramos a héroes deberíamos pensar en hacer cosas buenas — farfullo la chica sin poder creer aquellas palabras

  — Yo.. yo creí lo mismo Junko.. pero intentare cambiar eso.. no importa si tengo que dejar la escuela.. así que ¿que dices?¿quieres mi plaza? —

  — Gracias Chizome, pero quiero hacer esto por mi misma y entonces ambos restauraremos el verdadero significado de ser héroes   —  exclamo más alegre. 

Los meses volvieron a pasar de forma rápida y llego el día en que Junko tuviera que presentar nuevamente su examen.  Muy temprano salió de casa prometiendo a su hermana menor que haría su mejor esfuerzo, su hermana, como una forma de darle suerte, le dio una liga para cabello que ella se puso inmediatamente mientras murmuraba "esta ves lo haré bien, este es mi año". Algunos minutos después la chica llegó a la academia de héroes menos conocida y la única que había estado dispuesta a dejarla presentar su examen, ella se preparo poniéndose un traje deportivo y espero las indicaciones.