Tres días, hace tres días Ámbar y Emilia no hablaban, los chicos del Jam & Roller y el Blake estaban extrañados, antes eran inseparables ahora ya no. Todo se había esfumado. Pero exactamente dos personas estaba contentas por aquel distanciamiento; Luna Valente y Matteo Balsano. El último había empezado a sospechar por los para nada disimulados celos de ambas y la química entre ellas.
Luna estaba decidida a invitar nuevamente a Emilia a patinar, y ésta vez nadie las interrumpiría. La buscó en cada esquina del Jam & Roller, hasta llegar a la pista y ahí la vió ensayando con Ámbar, Simón, Matteo, Jim y Ramiro, había olvidado que hoy tendrían entrenamiento. La vista de los chicos se fijó en ella haciendo que Juliana dejara de decir lo que sea que estaba hablando y volteara, y Luna le regaló a la entrenadora una sonrisa nerviosa.
—Lunita, ¿se te ofrece algo?— preguntó Ámbar con una sonrisa falsa
—Yo... quería saber si podía ver el entrenamiento— jugó con sus dedos nerviosa
—Por supesto que sí, Luna— sonrió Juliana amablemente a la castaña, Luna asintió y se sentó en la banca de la primera fila mirando a Emilia, la rubia también la miró pero al momento apartó su mirada —Bien chicos, quiero que hagan lo que les decía anteriormente en parejas ¿ok?— los seis asistieron —Ámbar y Simon, Jim y Ramiro, y Emilia y Matteo— los dos últimos se miraron amenazantes
Primero pasaron Ámbar y Simón, como siempre tenían una conexión impecable. Mucha conexión, pensaron Emilia y Matteo que se notaba a kilómetros que estaban celosos. Después pasaron Jim y Ramiro, igualmente lo hicieron increíble ya que eran de los mejores patinadores del Roller, por algo estaban en el equipo, pero se les notaba algo nerviosos cuando terminaron cerca y todos sabían porqué; era obvio que se gustaban, pero ninguno de los dos se atrevía a declararse. Y por último Emilia y Matteo.
Fueron al centro de la pista listos para empezar cuando Emilia siente que Matteo, quien está tras de ella gracias al paso, le susurra algo. —Sé tu secreto
—No sé de qué hablas— le susurró igual, y empezaron la coreografía
—¿Segura que no?— preguntó mientras bailaban
—Matteo, estamos patinando— evadió el tema y la mirada notoriamente nerviosa, hicieron un túnel y cuando Emilia se levantó quedando frente al italiano volvió a susurrarle
—Sé que te gusta Ámbar— Emilia se tensó, Ámbar frunció el ceño ya que notó la acción de la ojicafé
—N-No es verdad— Matteo sonrió con burla y cinismo
—Tartamudear no te ayuda— siguieron bailando para llegar a la pose final —¿De verdad crees que Ámbar estaría con una chica?— Emilia tragó duro sin saber que decir, Matteo le dio una vuelta y la atrajo hacia él como parte final de la coreografía —Sólo aléjate de ella, princesita— la mexicana lo empujó levemente apartandolo de ella y miró a Juliana con atención
—Chicos, lo hicieron muy bien, sólo que para la próxima no estén hablando de cualquier tontería— miró a Matteo y Emilia, ésta tenía por primera vez la mirada clavada en el suelo y el italiano una sonrisa triunfante en su rostro —Es todo por hoy, los veo el lunes
Emilia salió rápidamente de la pista y Ámbar quería seguirla pero Simón la detuvo tomándola de la mano —Bonita, seguro quiere estar sola— Ámbar asintió y salieron juntos en dirección a los lockers, Ramiro se quedó dando vueltas por la pista y Jim hablando con Juliana, Matteo iba saliendo cuando Luna lo interceptó
—¿Qué le dijiste a Emilia?— preguntó molesta mientras cruzaba los brazos
—¿Desde cuándo te preocupas por Emilia?— otra sonrisa burlona se asomó en sus labios
—Desde hace mucho, ahora responde mi pregunta— Matteo miró de reojo el techo mientras suspiraba con irritación
—No le dije nada, ¿contenta?— se iba pero la mexicana lo volvió a interceptar
—No me engañas, Matteo, hace un momento estaba bien y después de patinar contigo se puso mal, y todos nos dimos cuenta que le estabas diciendo quién sabe qué
—Ay, Lunita...— rió y Luna frunció el ceño desconcertada —Ésa preocupación por Emilia no es normal, es la misma preocupación que yo tenía por ti
Luna negó mirándolo con incredulidad —¿Sabes a quién me recuerdas? Al antiguo Matteo
—¿Quién sabe? Posiblemente volvió, ¿me ayudas a planearle una fiesta de bienvenida?— preguntó irónico y salió del lugar pasando junto a una afectada Luna, pensó que lo había cambiado pero se equivocó
Ámbar y Simón entraron a los lockers tomados de la mano, todos los que pasaban junto a ellos los veían con ternura, para ser sinceros... ésa relación se esperaba, la manera en la que Simón veía a Ámbar no era una mirada de amigos pero nadie se preguntó; ¿cómo veía Ámbar a Simón? Y Emilia sabía ésa respuesta.
Como un juguete.
—No sé, Simón, me preocupa qué cosa le haya dicho el idiota de Matteo— continuó hablando Ámbar con preocupación
—Seguramente está bien, Emilia se nota que es fuerte— la animó para que ya no se sintiera preocupada
—No la conoces como yo— negó mirando el suelo, ella sabía que Emilia se mostraba fuerte pero por dentro era un jarrón de vidrio... como ella
Entraron a los lockers y oyeron unos gritos que provenían del otro lado. Ámbar reconoció las voces y sonrió satisfecha, esto le subiría el ánimo a Emilia cuando la viera.
—¡Debes creerme! ¡Yo no envié éste mensaje!— gritó preocupada y asustada, no quería terminar su relación con el chico
—¿Me vas a mentir en la cara, Nina? Hay pruebas, me enviaste un mensaje diciendo que me engañabas
—Pero no es verdad— suspiró tratando de calmarse —Benicio, perdí mi celular unos minutos y tal vez ésa persona te envió eso para que terminaramos, no podemos darle la satisfacción de mostrarle que lo logró
—Lamento decirte que la tendrá, porque no voy a permitir que te burles de mí, cuando tengas pruebas de que alguien más envió esto, me buscas— salió y al ver a Ámbar y Simón allí parados les dió una mirada molesta a ambos y terminó de salir, Nina simplemente los miró apenada y también salió
—Wow, ¿tú crees que lo que diga Benicio es verdad y Nina lo está engañando?— preguntó Ámbar asombrada, como la perfecta actriz que era le salió increíble la cara de incredulidad y sorpresa que convenció a Simón
—No lo creo, Nina no es así— negó frunciendo el ceño, y por un largo tiempo se quedó mirando a la rubia mientras ésta última se empezaba a incomodar con la mirada de Simón encima
—¿Por qué no..?
—¿Tú serías capaz de engañarme?— preguntó de la nada cortando a Ámbar y haciendo que se quedara en shock, ahí parada petrificada con los ojos muy abiertos, no lo había engañado ni verbal ni sexualmente con alguien pero tan sólo el mentirle diciendo que lo amaba y no era cosa de una noche contaba como engaño —Agh, que idiota, no debí preguntar eso
—No, Simón...
—Sé que serías incapaz de eso— Ámbar sonrió nerviosa y se dio vuelta dirigiéndose rápidamente a su locker
Simón era su juguete, pero ahora no quería herirlo
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Blondies Don't Cry [Ambilia]
RomancePreparense aquí van dos rubias con sed de venganza [ Primer lugar en los Lunáticos Awards 2018 ]