10. Reflexiones de Reina [Pov's Ámbar]

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¿Esto es amor?

Ésa pregunta... No podía sacar ésa pregunta de mi cabeza. Hace unas horas le había admitido a Delfina que sentía celos de Luna y Emilia, eso fue un gran paso. Pero era verdad, sentía celos... muchos celos, le había pedido a Emilia que conquistara a Luna y le rompiera el corazón sólo para hacer ése movimiento secreto que Emilia no sabía y exterminar a ésa chiquita de mi vida para siempre, pensé que podría dominar mis sentimientos al verlas juntas pero no fue así. Emilia sólo me contaba lo increíble que le iba conquistando a Lunita y yo sólo me mordía la lengua para no gritarle que parara.

“Tenías razón, Ámbar, ésa chica es demasiado fácil... para estar como quiere” el vaso con limonada que tenía en mis manos resbaló y se quebró en el suelo de mi habitación

Después de eso le había pedido lo más amable que pude a Emilia que se fuera y como soy Ámbar Smith, lo más amable que pude fue a gritos. Aún recuerdo su cara cuando salió, me veía como si estuviera demente y tal vez está en lo cierto, posiblemente si estoy demente, analicemos;

Estoy de novia con un chico tierno y sexy, y me empieza a gustar mi mejor amiga.

Mi madrina se llega a enterar y estoy frita, sobre todo que ya me había dado un indicio que no le gustaba para nada ése tipo de relaciones.

“El otro día escuché a los Valente hablar... sobre Luna” quise rodar los ojos, pero me lo reprocharía “Aparentemente a la hija de los Valente le gustan las chicas, ¿puedes creerlo? Que pecado, no quiero que te acerques mucho a ella”

“Si antes no me acercaba, ahora menos lo haré” afirmé segura, pero no sabía que cinco días me daría cuenta de los sentimientos que tendría hacia Emilia

Mi celular empezó a sonar como por décima tercera vez y cubrí mi cara con la almohada ¡Tragame Tierra! Simón me llamaba otra vez, la verdad ya no sé si él es muy insistente o yo estoy muy cortante. Tomé el celular y lo puse en silencio, y debí pensarlo antes, así no lo oiría. Sabía que era el momento, mañana apenas viera a Simón cortaría con él, no llegué a mi objetivo con él, saben a lo que me refiero, pero no quiero ilusionarlo, es la primera vez que siento pena por un chico. Simón merece una estatua en el centro de Buenos Aires.

Sentí dos toques en la puerta y del otro lado estaba Amanda diciendo que era hora de cenar. Pero no me quedaba de otra que bajar ya que si no iba mi madrina me daría un sermón sobre la educación al día siguiente, ya que su padre, el Señor Alfredo, estaba de visita, había llegado hace unos días y nos llevábamos muy bien, era un hombre muy divertido y ocurrente, la verdad no entendía como Sharon pudo salir tan amargada y con tantas jaquecas, lo cual no es normal, debería ir a un médico ésa mujer.

Comí y durante la cena decidí pasar el postre ya que me había cansado todo lo que había patinado volviendo del Roller, pero antes de salir del comedor mi madrina dijo que tenía que hablar muy seriamente conmigo al día siguiente. ¿Ahora qué había hecho? Me limité a preguntar con qué podría estar relacionado por el cansancio y simplemente asentí para ir a mi habitación a dormir. Estaba tomando un relajante baño de burbujas cuando la música clásica de mi celular para y es reemplazada por el tono de llamada entrante, lo tomó después de asegurarme que tenía la mano seca y lo primero que pienso es que era Simón, pero no... era Emilia.

“¿Aló?” pregunté poniendo el celular en mi oreja

Ámbar ¿te sientes mejor? ¿ya no estás histérica como hace rato?

“Sí, Emilia, sobre eso, perdón... Me puse a pensar unas cosas sobre Simón y estaba un poco sencible”

¿Sobre Simón? ¿Qué cosas?

“Mañana te cuento ¿si? Ahorita estoy terminando de darme un baño para irme a dormir”

De acuerdo, buenas noches, nos vemos mañana

“Igual” oí un sonoro beso del otro lado de la línea y colgó

Salí del baño y me fui directo a la cama para acostarme. Sentía que mañana iba a ser un pésimo día, primero hablaría con mi madrina, después con Simón, y después con Emilia, eso sería fuerte. Y entre tantos pensamientos caí en un profundo sueño.

***

Ya estaba lista. Vestida, peinada, maquillada. La verdad no sabía como romper delicadamente una relación, a los chicos de una noche les decía directo que simplemente jugué con ellos, pero Simón es un caso aparte, él fue una relación formal, de dos semanas pero relación al final. Y la última y única relación formal que tuve fue Matteo, con el cual terminé a gritos y no me importaba si lo hería ya que él me había herido primero.

Estaba apunto de salir cuando mi madrina entró a la habitación con una cara que parecía de funeral, ella casi nunca entraba a mi habitación, sólo cuando quería hablar algo seriamente privado sino hablabamos en el comedor o en el living, así que deduje que era algo privado. Me invitó a sentarme en la cama junto a ella y ahí empecé a preocuparme, ¿qué demonios estaba pasando? ¿qué estaba tramando Sharon Benson?

Empezó a hablar de cosas que no le encontré sentido alguno, sobre un incendio en la mansión, su hermana Lily, su esposo Bernie y su hija Sol y como murieron trágicamente, ésa historia ya la sabía pero derepente tomó un giro inesperado cuando dijo que enrealidad Sol no estaba muerta, y la verdad me confundí y no sé porqué pero mi corazón empezó a palpitar fuertemente, y después entendí porqué. Todos ésos malos presentimiento cobraron sentido, todo era un aviso, una advertencia que algo pasaría, algo que cambiaría mi vida y cuando dijo ésas cuatro y tan cortas pero importantes palabras;

“Vos sos Sol Benson” mi mundo se desmoronó

Blondies Don't Cry [Ambilia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora