Cierra tu Corazón

Capitulo 9: Al bosque

El día siguiente continúa sin muchos cambios. Uno que otro coqueteo entre Melissa y Aldren, una charla acerca de como les ha ido en sus vidas a Isaías y a Melissa y como ha cambiado todo desde que eran pequeños; resulta que Isaías y Melissa eran amigos cuando eran más pequeños, y cerca de esta casa fue donde cada uno encontró su brazalete, aunque sólo el de los deseos y los celos, pero no me quieren dar a conocer el como Isaías obtuvo el del amor, cuando preguntan me cambian de tema.

-¿Te parece buena idea Bec? -me pregunta Melissa, quien parece que me estuvo hablando por un buen tiempo.

-Ah, si, claro, me parece bien -Le digo, esperando que la respuesta que estuviera esperando fuera esa.

-¡Esta bien! Esta decidido, en la tarde iremos al bosque en busca de más brazaletes o algo que nos de más información acerca de ellos. -Dice Melissa algo emocionada.

-¿Y quien sabe? Tal vez nos lleguemos a dividir por accidente y me quede a solas en el solitario bosque con mi Aldrensito - ¡¿Aldrensito?! Ya se pasó de la raya esta vez. Disculpa Aldren por lo que haré. Hago mi brazalete brillar, pero no logro entrar en Aldren, siento una gran energía impidiéndomelo, ¿este es el poder de cerrar el corazón?

-Bueno chicos, prepárense para irnos, agarren sus cosas y vayamos a los bosques a encontrar respuestas.

Aldren y yo entramos a nuestra alcoba. El parece algo feliz, pero no lo demuestra mucho, ha de ser por que su corazón está cerrado.

No puedo dejar que Aldren y Melissa continúen esta relación, no parece mala para el, pero no quiero que se enamore de ella, al menos no para su primer amor, bueno, es mi hermano y debo aceptar que el sabe por que, simplemente..

-No! Por favor no lo ha.. -Es Melissa! Aldren sale corriendo de la habitación a la sala, yo le sigo. No lo hubiera echo, lo que vi ahí, no lo tuve que haber visto.

Mi hermano se inca al lado del cuerpo de Melissa, quien yace muerta en el suelo en medio de un gran charco de sangre, procedente de su cuello y estómago, observo el cuchillo con la que la mataron al lado de su mano y noto que ya no tiene su brazalete.

-Rebecca, debemos irnos de acá, vamos al bosque, debemos obtener información ¡corre!- Dice mi hermano quien se levanta del suelo.

Salgo corriendo con mi hermano de la casa. Ahora que lo pienso, no he visto a Isaías, oh no, Isaías la mató.