Capitulo 10: Los guerreros Z llegan a Saddala

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"ATENCIÓN ESTE CAPITULO PUEDE TENER CONTENIDO SEXUAL, PALABRAS GROSERAS ENTRE OTROS, POR FAVOR LEER BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD"
El orgullo de un Príncipe:
Capítulo 10: Los guerreros Z llegan a Saddala / Neoki descubre la máquina del tiempo.

"-Aquí están- dijo Kliember al llegar junto a ellas- ¿Puedo unirme?- solicitó- Hazlo, pero no seas rudo con ella- señalo Saike, tenía miedo de que pudiera herir a Ouji.- No te preocupes, la trataré bien- sonrió torcidamente.
Así pasaron el día, Bulma mejorando de apoco, ya no era la misma mujer que había dejado la tierra. Estaba aprendiendo cosas nuevas y le gustaba".
-Haz mejorado bastante Ouji- Le dijo Saike a Bulma en un descanso- Si bueno, para como golpeabas ayer si has hecho tu parte- Decía Kliember algo adolorido con un golpe de Bulma que le había llegado directo a la cara. Pero aun te falta fuerza, ¿Por qué no usas todo tu poder?, es decir ¡Vamos!, hagámoslo como súper sayayines, quizás así tengas más posibilidades- Sonrió arrogante Kliember. Saike abrió los ojos de par en par al escucharlo, Ouji aunque tratara nunca podría hacer eso, pero ¿Cómo hacer que el hijo del general olvidara eso?- ¡No!- soltó Saike sin disimular su preocupación- ella aún no está lista para eso- Te propongo algo- susurró Bulma hablándole a Kliember- Si me ganas lo hacemos como súper sayayin, sino debes asumir que soy mejor que tú- y seductoramente le guiñó un ojo. Kliember no dudaba de su fuerza, pero no le gustaba que aquella hembra se pusiera tan a su nivel- Esta bien acepto- remordiendo las palabras.
Bulma adoptó la posición de pelea que Saike le había enseñado. Kliember hizo lo propio y con una reverencia ambos se dispusieron a luchar. Bulma había aprendido, lo mejor era esperar el primer ataque y contraatacar en ese mismo momento. El guerrero ataco de frente, con todo su poder, su duro puño iba directo a la cara de Ouji, pero de repente ella se desvaneció en el aire, el sayayin casi perdió el equilibrio, pero de un salto quedo de nuevo en su posición inicial, pero no veía a su rival en ninguna parte, hasta que escucho- ¿Me buscabas?- Ouji estaba detrás de él, sentada en posición de loto mirándolo con la cara apoyada en ambas manos. Saike no pudo aguantar la risa, lo había ridiculizado una novata, que además, aunque él no lo sabía, era humana. Kliember las miró con odio y volvió a atacar a la ex peli azul- ¡Maldita!- gritó y estrelló su puño contra el suelo. Ouji había aprendido que la mejor manera en que podía luchar era en el suelo, su cuerpo pequeño lo hacía especial para escabullirse y le daba la agilidad necesaria para arrastrarse bajo o por el lado de sus oponentes sin ser tocada, en cambio ellos eran una masa de músculos, que aunque rápidos no respondían bien a los cambios de altura y sus movimientos se volvían torpes y lentos. Bulma sabía que debía hacer, con un golpe certero golpeó la rodilla del sayayin haciéndolo caer, de un momento a otro la terrícola estaba parada junto a él con un pie sobre su pecho- ¿Y?- le sonrió- Estoy esperando...- Kliember la miró confundido- Soy mejor que tú. ¿No?- Saike aplaudía desde el suelo, reía a más no poder, nunca imagino ver un espectáculo así, de pronto sintió su cara húmeda, ¿Qué era eso? ¿Lágrimas?, pero ella no estaba adolorida ni llena de rabia, entonces recordó: "-¿Por qué lloras ahora?- Pregunto intrigada Saike, no podía ser que aun así hubiera algo mal- Lloro de felicidad Saike". Había respondido Ouji, entonces eso era, por eso se sentía bien estar junto a esa humana llena de problemas y valentía, ella la hacía feliz, sin duda Ouji era alguien especial.- Vamos Kliember, no seas un mal perdedor- concluyó Saike con sus últimas risas, Ouji le extendió la mano al guerrero sayayin- Ah como digas- Se limitó a decir y de un salto se paró y dio la reverencia final- Debo irme, mi padre regresa con el Rey, ustedes deberían hacer lo mismo.
Ambas se quedaron solas en las arenas de entrenamiento sin decirse nada, hasta que Bulma se dio cuenta que Saike la miraba-¿Qué ocurre?- Preguntó una sonriente Bulma- Gracias- Respondió Saike- Gracias por sacarme de la tortura a la que llamaba vida, por saber que puedo ser más- La sayayina tomo la mano vendada de Bulma y con cuidado la dejo libre de la tela apoyándola en su frente- Gracias por enseñarme la felicidad- le susurró. Bulma no sabía que decir, ella nunca había hecho eso, ella solo la había tratado como su igual- Cariño, no debes agradecerme nada, yo solo he hecho que me ayudes, te he hecho trasnochar y trabajar- Te equivocas- La interrumpió Saike- Tú me diste comida y agua, me diste abrigo, me enseñaste, me enseñaste el universo entero y me diste una familia- Bulma comprendió, los simples gestos que había tenido con la sayayina habían repercutido en ella hasta lo más hondo, por eso nunca la abandonaría. Sayayina y terrícola se sonrieron y caminaron de vuelta al castillo.
-Necesito hablar contigo- le ordeno Neoki a Bulma apenas había puesto un pie en palacio. Cuando Bulma lo vio se asustó, su traje estaba rojo, pero no el rojo usual, sino era un rojo chorreante de sangre- Acompáñame- Le dijo y le extendió su mano. Bulma lo rechazó. El rey la guio hasta su habitación y una vez ahí cerró la puerta tras de sí.- ¿Qué quieres?- Bulma no se sentía cómoda estando en la habitación de Neoki a solas con él, pero no tenía más opciones, además desde que había empezado a entrenar se sentía más segura, por lo menos podía darle batalla si él se proponía hacerle algo- Quiero mi máquina del tiempo- Dirás mi máquina- le contradijo Bulma- Porque yo la creé, es mi invención- Neoki sonrió maliciosamente-Quiero verla- Continuó- Tráela, ahora-Y cayendo sobre una silla esperó que Bulma saliera, pero no lo hizo- Ten- respondió Ouji y tirando la capsula al suelo apareció ante él una gigantesca máquina de un color amarillo brillante. Neoki no dijo nada en varios minutos, solo se levantó y la toco, anduvo alrededor de ella viendo cada centímetro del armatoste hasta convencerse de que era real- Quiero probarla- le inquirió con los ojos llameantes en curiosidad- Imposible- aseguró la terrícola- No tiene combustible-. Neoki sintió que aquella maquina se había vuelto de pronto una roca inservible- ¿Qué? ¿Por qué no lo dijiste antes?- No preguntaste- contestó despreocupada Bulma- Como consigo el combustible- Neoki se acercó a Bulma intimidándola, pero la ex peli azul no retrocedió.- No se consigue, se crea y no tengo las instrucciones para hacerlo, cuando me trajiste acá se te olvidó robarme los planos del combustible junto con los de la máquina- Dijo sarcásticamente Bulma, su última frase le había dolido al Rey- Pues tú la inventaste, crea el combustible de nuevo- Si, puedo hacerlo pero necesito materiales y tiempo, no recuerdo como se hacía- Un golpe voló directo a la cara de Bulma, pero ella lo esquivo por poco, el entrenamiento le sentaba bien- ¡Necesito la maquina funcionando ahora, así que más te vale que lo recuerdes maldición¡- Gritaba Neoki mas que molesto- No puedo, oblígame todo lo que quieras pero no recuerdo como lo hacía- Gritaba de vuelta Bulma. Afuera los guardias se miraban anonadados, nunca habían conocido a nadie que le gritara al rey y saliera vivo o al menos sin todos los huesos rotos.-¡Eres una maldita! ¡Solo haces esto para retrasarme!¡Guardias! traigan a la otra inútil- Gritó asomando la cabeza fuera de la habitación, todos obedecieron. Bulma se apresuró y en ese momento encapsuló de nuevo la máquina y en un movimiento rápido la colocó bajo su pie- No hagas ninguna estupidez- Neoki se volvió hacia ella- Si haces algo que yo no quiera, la destruyo- Y cargando parte de su peso en ella la capsula crujió- No tendrás capsula, ni ingeniera, ni nada, así que te recomiendo que no hagas nada estúpido- Neoki palideció, no sabía cómo esa terrícola siempre conseguía tomar ventaja sobre él, en cuanto tuviera la máquina del tiempo si no la hacía su compañera, la mataría de la forma más dolorosa posible, ella pagaría por todo eso-¿Qué haces?- preguntó más calmado Neoki -Escoge- grito Bulma- No lo harás- sonrió torcidamente Neoki- Pruébame- Lo desafió Ouji.
-Aquí está la otra hembra Sr.- Gritaron los guardias desde fuera una vez que estuvieron ahí- ya no la necesito- hablo calmadamente Neoki desde dentro de la habitación.
Adentro Bulma aún tenía el pie sobre la capsula pero Neoki habló- Esta bien, te perdonaré solo porque hoy gane la lealtad de todo el universo, vencí los 4 planetas restantes que habían proclamado su lealtad hacia Zeno Sama-. A Bulma no le interesaba eso, solo quería salir de ahí- Le pediré a los guardias lo que necesite para comenzar con el combustible- Neoki la tomo del brazo- Espera, ¿Haz cambiado de opinión?- Pregunto el rey-¿Con respecto a qué?- lo confronto Ouji- A entregarte a mi- Bulma abrió los ojos y guardó silencio, con delicadeza se soltó del amarre de los dedos de Neoki y le dijo- ¿Y tú? ¿Has cambiado de opinión?- El rey la miró contrariado-Sobre asesinar a Zeno Sama- concluyó Ouji cerrando la puerta tras de sí.
Bulma se dirigió a su habitación, a continuar con la rutina que había decidido vivir mientras estuviera allí. Pidió agua y comida, pero esta vez no probó nada de lo que le llevaron a pesar de las súplicas de Saike- ¿Cuánto tiempo llevo aquí?-  Pregunto Bulma cansadamente- 17 días- contesto Saike. Ouji se paró y lavo su cuerpo, de a poco veía como había empezado a cambiar, se alimentaba poco así que había perdido aún más peso, pero había empezado a ganar masa muscular, su piel antes blanca ahora era de un color oliva. La primera vez que quiso salir debió someterse a una serie de cambios, habían empezado con su piel, pusieron parches en sus ojos y con la ayuda de Saike se desnudó para entrar a una cámara que teñiría su piel con la ayuda de tinturas producidas por las hembras de la comunidad, cada tres días debía repetir el tratamiento. Su pelo había sufrido el mismo cambio, lo único que no habían podido quitarle era el color de sus ojos, no sabían cómo hacerlo y Bulma no les iba a dar ideas aunque se lo pidieran. Limpio las heridas de sus piernas y las de sus brazos, luego pasó un paño por su cara y su cuello y sintió aquel bulto que la acompañaba subcutáneamente y que tanto dolor podía provocarle, era el rastreador que le habían obligado a usar en caso de salir del castillo, cuando se lo habían puesto había sido como una descarga eléctrica. Ahora ya casi no lo sentía.
Se vistió y se dirigió dónde estaba Saike, des-encapsuló el juguete de Bra, su rastreador subcutáneo le había dado una idea, podía sacar el rastreador del juguete de Bra y guardarlo en alguna parte de su traje, así siempre estaría junto a ella, sacó el rastreador del juguete y lo engancho en la parte interior de su traje, donde debía estar su corazón en una muestra de sentimentalismo puro. Cuando hubo acabado se quedó mirando la entrada de luz, habían pasado 17 días y aún estaba ahí, Bra quizás ya la había olvidado, Trunks seguramente había cambiado y Vegeta debía estar entrenando, lo que más miedo le daba, es que estaba acostumbrándose a estar ahí. Sin demasiado animo tomo el scooter y lo colocó en su ojo derecho,  una luz roja se encendió, un pequeño triangulo  destello en el scooter haciendo caer de la silla a Bulma- ¿Qué ocurre Ouji? ¿Estás bien?- Preguntó la sayayina- Son ellos Saike, son ellos, estoy segura, deben ser ellos, ¡Dios! No se olvidaron de mí, ellos vinieron a buscarme, nos iremos Saike, ¡Nos iremos a mi universo!- lloraba una emocionada Bulma en el pecho de Saike. Esa noche Bulma durmió con una sonrisa en los labios y esperanza en su corazón.
Al amanecer Bulma ya no pudo seguir durmiendo, pidió a los guardias materiales para comenzar a hacer experimentos en busca del combustible de la máquina del tiempo, era aún temprano cuando le dijo a Saike- Vámonos, debemos buscarlos- Por un momento Saike pensó que Ouji se había vuelto loca, pero aun así la siguió- ¿Hoy no quieres entrenar?- No- dijo Bulma- Debemos buscarlos, mientras más luego los hallemos, más rápido nos iremos de aquí- Dijo sonriéndole Bulma- Esta bien- fue la corta respuesta de Saike, a pesar de todo, ella no era tan optimista.
-¡Vamos, vamos!- Incitaba Bulma a Saike deben estar por llegar, justo al frente, como 6 kilómetros hacia adentro, quizás si nos apresuramos podamos llegar donde ellos- Saike la tomo del brazo fuertemente y le tomó la nuca, justo donde estaba su rastreador. Bulma la miró, se había olvidado del rastreador, había olvidado que era una prisionera y se había dejado llevar por la emoción. Cayó de rodillas al suelo y lloró- No puede ser, ¿Por qué? ¿Por qué?- gimoteaba Bulma, había estado tan cerca. De pronto con decisión en su mirada tomó a Saike de su traje- Sácalo- La sayayina abrió los ojos, no podía ser que le pidiera eso- Arráncalo y ya, sé que puedes, con tus dientes, los dientes de los sayayines soy afilados, puedes hacerlo, lo aguantaré... Por favor- susurraba Bulma- No entiendes- Saike se arrodilló junto a ella- No puedo, si lo hago podría matarte- Aquella hembra sayayin temía por lo que pudiera pasarle a Bulma- Es demasiado el riesgo- Las palabras de Saike hirieron a Bulma, pero la entendió, si ella muriera la culparían y lo más probable es que Saike fuera asesinada por el rey. Aunque no fuera esa la razón de Saike.
-Mataré a ese desgraciado yo misma si no puedo irme de aquí- dijo Bulma secándose las lágrimas con la manga e su traje- Lo juro- Y caminando de vuelta hacia las arenas de entrenamiento se dispusieron a entrenar. Allí las esperaba Kliember, dispuesto a tener una revancha frente a Ouji, esta vez ella no ganaría.

-Hemos llegado a Saddala- informo Wiss, satisfecho por cómo había transcurrido el viaje. Vegeta quedó impresionado, el planeta era igual al que él había conocido en algún momento, en su primera infancia, donde quiera que veía solo eran kilómetros de tierra rojiza, quebradas y peñascos que quebraban la planidad de la visión. Por un momento no pudo decir nada, no había pensado cuanto lo afectaría eso, ver más sayayines, en un planeta parecido al suyo. Recordaba cuanto había deseado en su momento volver a su planeta, pedirle a Shenglong que lo reconstruyera y volviera a la vida a todos los sayayines. Wiss notó esto y acercándose a los guerreros les dijo- Escuchen, lo más probable es que a la Sra. Bulma la tengan encerrada en alguna parte del castillo, así que no pueden llegar y traerla de vuelta, lo primero que deben hacer es mezclarse entre todos ellos y por favor no se vayan a poner a luchar con ellos, eso solo les traerá problemas- ¡Escuchaste Goku!- dijo el Sr. Bills golpeándolo en la cabeza- ¡Ayayayi ayayayi!- se lamentaba Goku- Si Sr. Bills pero debe admitir que sería emocionante...-¡Cállate!- volvió a golpearlo el dios de la destrucción- Esta bien, está bien, ya entendí -Decía Goku más que adolorido.
-Bien entonces se dividirán, deben pasar desapercibidos, traten de llegar lo más lejos posible sin exponerse, cuando descubramos dónde la tienen podremos ir y rescatarla entre todos, pero sólo cuando sepamos donde esta y que nadie correrá peligro- Concluyó Wiss. Los guerreros se dispusieron a ir por distintos caminos, excepto Vegeta que aún no se convencía de dejar a Trunks ir solo- Joven Trunks, tú te quedas aquí, serás nuestra arma secreta, si nadie puede encontrarla te pondremos junto a los jóvenes guerreros que van a su iniciación, la mayoría de ellos entrena en castillo, serás nuestro infiltrado- le sonrió Wiss. El príncipe Vegeta no entendía si lo hacía por el o en verdad tenía planeado eso, pero sin importar por qué con un movimiento de cabeza le hizo saber a Wiss que le agradecía ese gesto. Así, sin más se fue en dirección recta, hacia donde estaba el castillo, 7 kilómetros hacia adelante.
-¡Papá, papá! Tengo el rastreador- había gritado Trunks, pero ya era muy tarde- No te preocupes, de seguro no lo necesitaran- Mintió Wiss. El sabía que Bulma probablemente ya no lucia como antes, pero no se lo había dicho a  los guerreros, si luciera como la humana que era probablemente, ya la hubieran matado los demás sayayines o se hubieran revelado contra el rey. Aun así tenía la esperanza de que alguien la viera, o la reconociera. Se Quedaron el Sr. Bills, Trunks y el donde habían aterrizado, el niño fue a buscar algo de madera para hacer una pequeña fogata, el Sr. Bills le pidió a su ángel que creara una tienda para poder tirarse a dormir una vez que cayera la noche y que preparara algo de comida. El ángel solo movió el báculo y apareció ante él una gran tienda de color tierra, dentro había camas tanto para los guerreros como para ellos y junto con Trunks comenzó a preparar la cena.
Los guerreros recorrieron los alrededores de Saddala, pasaron por sus calles y sus ferias, casi no veían sayayines mujeres, por lo que cada vez que veían alguna se les acercaban y preguntaban por las demás, todas respondían lo mismo: "En el castillo atendiendo al Rey". Llegaron a las arenas de entrenamiento y se sorprendieron al ver a dos sayayinas peleando entre ellas, una era notoriamente más alta, ágil y fuerte que la otra, pero la más pequeña sabía defenderse, Goku quedó impresionado al verlas, hasta se sintió tentado a participar hasta que vio que otro sayayin estaba junto a ellas, además eso podía distraerlo de buscar a Bulma. Lo que más les llamó la atención a los guerreros de esta pelea, era que la más pequeña tenía unos ojos azules como el cielo, que a todos les hizo recordar lo que andaban buscando, pero sin más se dieron media vuelta y siguieron buscando por los alrededores. Vegeta aterrizó a casi dos kilómetros del castillo y comenzó a caminar por los alrededores, la estatura era símbolo de poder y el resultaba ser convenientemente alto en ese cuerpo, por lo que muchos ni siquiera lo miraban y Vegeta hacía lo propio, solo se detenía si veía a alguna mujer que pudiera parecerse a Bulma, si no era así seguía de largo, ni siquiera se detenía a preguntar o responder nada. Casi al caer la noche llegó a las arenas de entrenamiento, no tenía idea pero el día que usualmente duraba 24 horas para él, en Saddala duraba solo 12 por lo que su búsqueda se acortaba 12 horas completas. Entonces vió a dos sayayinas, una de ellas tenía los ojos azules, tan azules como los que él amaba. Con un calor en su pecho se acercó, pero al ver lo que estaban haciendo su sangre se volvió hielo. Ambas sayayinas estaban peleando entre sí, la pequeña que se parecía a Bulma tenía su mismo cuerpo, esos pechos pronunciados, esa cintura diminuta,  esos brazos ligeros, esos  ojos, pero no era ella, su tez era de un color oliva,  y su pelo de color negro, su cuerpo tenía un evidente tono muscular por entrenar, sus piernas estaban llenas de pequeñas heridas y manchas moradas verdosas por los golpes, al igual que su mejilla izquierda algo hinchada. Ella no podía ser Bulma, aunque Vegeta asumía que aquella sayayina, para no tener fuerza, era bastante buena esquivando los golpes, además de que cada vez que lograba golpear a alguien, este o caía al suelo o soltaba un quejido. Sin quererlo le sonrió. Cuando se dio cuenta que la noche estaba sobre ellos, los guerreros volvieron al lugar donde habían aterrizado. Todos sin buenas noticias, nadie había encontrado a Bulma pero todos se habían impresionado con la destreza de una pequeña sin fuerza que luchaba contra otra con mucho más poder, la pequeña tenía los ojos azules. Entonces Wiss en un grito ahogado por su desesperación les dijo- ¡Ella es Bulma!- los guerreros, Trunks y hasta el Sr. Bills quedaron impresionados. –Bulma no lucirá como todos la recordamos, así como ustedes no lucen como ella los recuerda, lo más probable es que hayan cambiado su aspecto físico para poder pasarla por otra sayayina y así no poner en riesgo el reinado de Neoki ni la vida de Bulma- todos los guerreros habían visto esos ojos, que les habían resultado tan familiares, se sentían unos tontos, no podía ser que habiéndola tenido tan cerca no la hubieran reconocido- Mañana la buscarán con el radar y confirmaran si es ella o no- Habló el Sr. Bills- Si es ella iremos a buscarla, pero si no tendrán que seguir merodeando- Concluyo y dándose media vuelta entro a la tienda a seguir durmiendo luego de una abundante cena. Los demás guerreros lo siguieron, solo quedaron Wiss y Vegeta- No es ella- Dijo Vegeta encarando al ángel. Wiss le sonrió- ¿Por qué dices eso Vegeta?- -Esta hembra, esta sayayina, estaba entrenando de igual a igual con otra más fuerte y rápida que ella- Wiss se puso delante de vegeta y con una chispa de seguridad en sus ojos le dijo- ¿Y por eso crees que no es ella? ¿Acaso ella no ha podido cambiar en todo este tiempo? Para ella acá han pasado 18 días- Vegeta se sobresaltó, 18 días era mucho tiempo- Dime Vegeta ¿De verdad crees que no es ella? ¿O solo te asusta que haya cambiado tanto?- Wiss tenía razón, él había visto esos ojos y podría haber jurado que era ella, pero en cuanto la vio tan diferente descartó la idea, ni siquiera se lo cuestionó- Bulma ha golpeado al Sr. Bills, ella tiene el coraje para hacer lo que se proponga, y si se propuso entrenar para sobrevivir ten por seguro que será la mejor de su clase- y dándose media vuelta entró a la tienda, dejando al Príncipe luchar contra sí mismo.

Espero que este cap. Les haya gustado :3
Próximo capítulo: Vegeta conoce a Ouji.

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