Narra Gaia
Tengo que correr. Soy más rápida. Soy menos fuerte. Tengo que huir. El no puede alcanzarme, o estaré arruinada. Mi familia lo estará. ¿Por qué él nos hace esto? Él no puede, no debería. Sigo corriendo. Me duelen las piernas, la cabeza y el pecho. Mis pulmones arden, llevo como dos horas corriendo, escapando, pero no sé de qué. Tal vez si lo sé, y solo no lo quiero aceptar. No miro hacia atrás, porque sé que él estará ahí, observándome, cazándome. En cualquier parte a la que vaya, él estará ahí. ¿Qué, acaso ustedes no comprenden? Tengo miedo, no, más bien, estoy aterrada.
Sigo corriendo, un ruido, un grito, dolor, pero de un pronto a otro todo a mi alrededor desaparece. ¿Dónde estoy? Una sala, algunos sillones y una alfombra manchada de algo fresco. Un hombre baja por las escaleras del frente, hago ademán de esconderme, pero no me ve, me ignora. No, no me ignora, él no me puede ver. Me relajo por algunos segundos hasta que me doy cuenta de que trae un cuchillo, se acerca a una silueta del otro lado de la sala que no había notado antes, está tirada en el suelo. Por el amor de Dios. ¡Está muerta! ¡Es una chica! ¡Soy yo!
Me despierto llorando, fuerte, desesperadamente. Mi pecho se sacude y al cabo de pocos segundos inicia a darme hipo. Mi madre llega corriendo.
Narra ___
Son las 8:31 de la mañana. Es una mañana bonita y fresca. Niall ya fue abajo para preparar el desayuno, pero yo he decidido quedarme un rato en la cama.
Escucho un ruido del otro lado de la habitación, pero no dentro de la nuestra si no del otro lado de la pared y a continuación un llanto. ¡Gaia!
Me levanto lo más rápido posible y corro a su habitación.
– ¡Gaia! ¡Gaia! ¿Qué ocurre? – pregunto. Lloraba, lloraba desesperadamente, no se detenía, lo único que hacía era abrazarme y como respuesta yo hacía lo mismo mientras acariciaba su espalda. – Tranquila, fue solo un sueño. – yo decía estas palabras pero Gaia negaba con la cabeza. – Ya, ya, tranquila, ahora estoy aquí. – volví a repetir. Gaia se fue calmando poco a poco y luego se secó las lágrimas y fue al baño de su habitación.
– ¿Qué ocurre? – preguntó Niall entrando a la habitación.
– Es Gaia, tuvo una pesadilla.
Algunas horas después.
Narra Gaia
La verdad me avergüenzo bastante de haber llorado al despertarme después de una pesadilla. Pero tengo que confesar que me ha asustado bastante. Si quiero que mis padres me traten un poco más seriamente pienso que debería dejar de lado este tipo de cosas. Son las dos de la tarde después del almuerzo, me parece una buena hora para comenzar... pero, ¿a qué? No sé.
Mi teléfono comenzó a zumbar. ¡Rayos! Lo había olvidado.
–Hola, Jess. – respondí al teléfono después de algunos minutos.
– Hey. Gaia, ¿no vas a venir? – preguntó Jess al otro lado de la línea.
– Si, claro. Solo que lo olvidé. – dije y luego reí un poco apenada. – Pero tranquila, llego en quince.
– ¿Segura? ¿No quieres que vayamos por ti? – preguntó dudosa.
– No, no. Descuida, ya llego. – dije y colgué. Tal vez fue un poco, bueno, muy grosero de mi parte pero no los quería hacer esperar.
Llevaba una ropa presentable entonces solo tomé un bolso, eché el celular dentro y luego la billetera. Bajé las escaleras corriendo y abrí la puerta. Estaba a punto de salir cuando mi padre me llamó:
– ¿Qué crees que estás haciendo? – dijo extrañado.
– Sí, lo siento. Voy al mall. ¿Puedo ir cierto? ¿Sí? ¡Gracias! – Hice ademán de irme pero me volvió a llamar.
– Gaia... – dijo en tono de advertencia. – Además, ¿desde cuándo vas caminando? – preguntó en tono burlón y dudoso.
– ¡Papá! Me están esperando. Iré con ellos. – mentí.
– ¿Está ahí afuera? – pregunto de nuevo.
– ¡Sí! Ahora me voy. ¡Ciao! ¡Te quiero! – cerré la puerta y eché a correr para que no tuviera oportunidad de volver a llamarme. Escuché su "¡Ten cuidado!" Algunos segundos después de que se cerrara la puerta y eso me recordó al loco que andaba suelto por ahí paseándose en frente a mi casa y eso me asustó aún más así que eché a correr un poco más rápido. El centro comercial no se encontraba tan lejos a decir verdad, pero caminando habría durado justo unos quince minutos. ¿Por qué rayos mentí? Pues claro que lo sabía, no era una pregunta. Yo tenía perfectamente la respuesta, y esta era que quería llegar allá por mi cuenta y no porque mi padre me llevó. Quería demostrarles tanto a mis padres como a mis amigos que podía caminar algunos kilómetros yo sola.
Justo después de pensar eso, una mano tomó mi brazo y como reflejo levanté mi puño y lo lancé con toda mi fuerza contra la cara de... ¡Alex!
– ¡Oh Dios mío! ¡Alex, eres un imbécil! ¡Tienes que dejar de hacer eso! – chillé poniendo una mano en mi frente y la otra en el hombro de Alex que ahora se sostenía la nariz y la parte superior de la boca.
– ¿Te has vuelto loca? ¿Desde cuándo lanzas puñetazos? ¡Estás demente! – dijo dolorido.
– ¡Lo siento! ¡En verdad! Pero pensé que eras... Nada, perdón. Y, ¿qué haces aquí? – pregunté extrañada.
– Es que Jess me mandó a tu casa para que no te vinieras sola, pero tu padre me dijo que ya te habías ido y me preguntó que si nosotros no estábamos conti...
– ¿Qué has hecho qué? ¿Fuiste a mi casa? ¿Hablaste con mi padre? ¿Qué? ¡Dios, me van a matar! – dije alterada. – ¿Sabes qué? Camina, nos vamos al Centro Comercial ya. Oye, ¿y cómo llegaste tan rápido aquí? – pregunté confundida.
– Em, yo no estaba en el mall, estaba en mi casa. Jess me llamó al celular para que pasara por ti.
– Seguro... Mm, Gaia, ¿ocurre algo que me quieras contar? – preguntó Alex mientras que yo caminaba con prisa delante de él.
– No, no. ¿Por qué?
Alex rió – ¿Estás de broma cierto? Casi te da un paro ayer en la fiesta, hoy me lanzas un puñetazo en medio de la cara... No sé, o tal vez solo te has vuelto loca... – dijo burlón.
– Ya cállate y sigue caminando.
Llegamos bastante rápido y al hacerlo todos los demás festejaron dramáticamente para hacernos notar que nos estuvieron esperando aburridamente. Estuve pensando mitad de la tarde que haría mi padre al llegar a casa. No había contestado ninguna de sus llamadas y que se diera cuenta de que le había mentido habría sido terrible.
Tarde de un domingo, relajada, linda, y completamente "normal". Porque claro, ahora la nueva tendencia es sentirse observada... ¿no?
*Hola, lindas. Como bien se habrán dado cuenta, la novela no se basa en rayita, espero que eso no sea un problema para ustedes ya que tendría que darle un giro bastante grande si quieren el cambio de personaje principal. Ustedes eligen. Necesito más de 5 comentarios y 15 votos para seguir con el siguiente capítulo, (que ya está escrito y guardado). Espero sus comentarios y sus votos. Besos.
Pd: primer comentario > dedicatoria de este capítulo.
Pd2: si no hay 15 votos y 10 comentarios por parte de ustedes no subo el siguiente capítulo.*
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Happily Segunda Temporada
Teen FictionTal vez el título no es el más adecuado para esta segunda parte, pero, ¿cree alguien aquí en los finales felices? ¿Qué harías tú si tu hija es seguida por voces susurradas, asustada con llamadas de desconocidos y hasta molestada con cartas dejadas...