– ¡No puedo creer que hayas hecho algo así, Gaia! ¿Acaso no estás consciente de lo peligroso que es? – repitió mi madre por milésima vez. Nunca me voy a librar de esta.
– Sí… lo siento. – dije también por milésima y un vez.
– ¡No me interesa que lo sientas! ¡Me interesa que lo entiendas! ¡Dios! – dijo alterada. Y sí que lo estaba, de hecho nunca la había visto así.
– Sí… lo entiendo, entonces.
– Gaia, ¿te estás burlando de mí a caso? – dijo entrecerrando los ojos.
– No… – Mi madre se quedó un rato sentada en mi cama con la cabeza entre las manos.
El celular zumbó… Maldito, justo ahora tenía que ponerse a sonar el hijo de su…
– Dámelo. – la voz “calmada” y “controlada” de mi padre interrumpió mi pensamiento.
– Es que lo que…– repliqué pero volvió a interrumpirme.
– Dámelo. – ese tono era el peor y no iba a dejar que me lo repitiera una tercera vez, así que tomé el celular, lo apagué y se lo di de mala gana.
Mi padre tomó el celular, abrió mi armario, sacó una caja de zapatos vacía y echó mi celular ahí dentro.
– Echa todo lo demás. – dijo con el mismo tono “calmado”.
– ¿Qué? – pregunté confundida.
Mi padre observó mi escritorio al otro lado de la habitación que se encontraba lleno de objetos electrónicos; tipo mi laptop, audífonos, iPod, cámara fotográfica…; y con una mano sosteniendo la caja y la otra tomando los objetos, los metió todos dentro de mi ahora enemiga la caja de Nike. Nunca había hecho algo similar antes así que me sorprendí bastante. Para entonces mi madre ya se había marchado de mi cuarto y mi padre volvió a hablar:
–Quiero que dejes en esta caja cualquier cosa que te distraiga de tu estudio futuro y continuo durante estos dos meses, o sea, el resto que queda de clases.
Abrí los ojos como platos. – ¿Bromeas? – pregunté sin poder creerlo.
– Pruébame. – dijo mi padre enfadado. Se alejó y antes de que pudiera cerrar la puerta hablé para retarlo.
– Bueno, al menos este secuestro de cosas electrónicas me ayudará con mi vida social, gracias. – dije orgullosa y sonreí satisfecha.
Oops, había logrado perfectamente enfadarlo ya que se devolvió y me miró. – Vida social la que tendrás con tu libro de historia y matemática, ¡no vas a salir de aquí hasta que lleguen las vacaciones! – Tomó a mi enemiga Nike y se fue cerrando la puerta.
Mierda, ¿por qué no aprendo a cerrar la boca? Esta sí que la había cagado. Y como eran las nueve de la noche y no tenía nada que hacer, me puse mi pijama y acerqué mi mano para tomar el celular que… que mi padre se había llevado, claro. Miré la mesita de noche y en vez de mi celular había un papel doblado. Lo tomé, lo abrí y comencé a leer.
“Deberías de tener cuidado, avisa a papá siempre que sales sola.
–Z”
¿Z? ¿Y este quién demonios se creía? ¿El Zorro? Hice una bola el maldito papel y lo tiré por la ventana. Estaba tan enojada que ni siquiera me asusté. Simplemente me quedé dormida, primero despacio y después de golpe.
La alarma comenzó a sonar… ¿QUÉ? Como para mejorarlo todo, nótese el sarcasmo, el lunes había llegado. ¡Hola, clases! ¡Hola, tortura! Me levanté como zombi y me dirigí al baño.
Al salir del baño, ya lista para desayunar, noté que había una carta arrugada sobre mi almohada. Tenía que ser una broma… La abrí y comencé a leer.
“Deberías de tener cuidado, avisa a papá siempre que sales sola.
–Z
No creo que sea correcto que llenes tu hermoso jardín con papeles, ¿cierto?”.
Esto ya era demasiado. Bajé las escaleras corriendo y llorando para buscar a mi padre. Estaba hablando con mamá y en cuanto me vieron, los dos se pusieron de pie con caras confundidas.
– ¡Es de él! Papá ¡Él la dejó en mi habitación anoche y luego esta mañana! – dije llorando sin poder entender nada de el porque me ocurría esto.
*Hola. Gracias a todas por los votos y bellos comentarios que han dejado. Deben perdonarme si de vez en cuando hay algún error en alguna palabra pero hago lo posible revisándolo para que quede perfecto para mis lectoras perfectas. <3
Pd: 15votos y subo el siguiente capítulo.
Pd2: Seguiré dedicando capítulos, pero esta vez será por un comentario (del capt. anterior) elegido al azar.*
ESTÁS LEYENDO
Happily Segunda Temporada
Ficção AdolescenteTal vez el título no es el más adecuado para esta segunda parte, pero, ¿cree alguien aquí en los finales felices? ¿Qué harías tú si tu hija es seguida por voces susurradas, asustada con llamadas de desconocidos y hasta molestada con cartas dejadas...