CAPÍTULO XXXIV

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Ciara's POVS

La luz del sol que se filtraba por la ventana me trajo de vuelta de los brazos de Morfeo. Abrí los ojos lentamente para encontrarme con mi habitación iluminada, dada la intensidad de los rayos solares podía deducir que no eran más de las nueve de la mañana. Me acomodé lenta y silenciosamente tratando de no despertar al costal de papás que dormía a mi lado, aunque dado el estado en que se encontraba, parecía que ni un terremoto sería capaz de despertarlo.

Me coloqué mis sandalias junto con mi bata y salí a la sala camino a la cocina, en medio trayecto me encontré con Lula, quien al parecer ya había despertado pero no hacía más que mirar al suelo con la mirada perdida.

—Oh, Hola Lula...— Saludé tímidamente. —Hmm has dormido bien?— Intenté entablar conversación.

Como si saliera de un transe contestó. —Si, gracias por dejarme quedarme aqui, ha sido una gran ayuda.

—No te preocupes, eres amiga de Dante, y cualquiera de sus amigos es bienvenido aquí.

"Menos Enrique, no en estos momentos. No hasta que la marea se calme"— Pensé.

Lula habló sacándome de mis pensamientos.

—Si, lamentablemente solo su amiga...— Musitó tristemente. Como si lo que acabara de decir no fuese apropiado rápidamente trató de arreglarlo. —Lo siento, no he querido decir eso, es solo que...— Tomó una gran bocanada de aire mientras yo la miraba expectante. —Eres muy afortunada, no has tenido que buscar muy lejos o en cada rincón al amor de tu vida, siempre lo tuviste enfrente— Sus ojos se tornaron rojos, las lágrimas amenazaban con volver a asomar por sus tristes ventanas del alma. —En cambio yo, al igual que la mayoría de personas, hemos tenido que buscar el amor en cada desconocido, en cada lugar y situación, con la esperanza de no ser un alma solitaria y condenarnos a un destino vacío, en el que cada mañana, en lugar de despertar junto a ese alguien especial, tengas que recoger tus cosas, escapar de allí y tachar a alguien más de tu lista dándote cuenta de que no es quien buscabas— Secó aquella pequeña gota de agua que rodaba por sus mejillas.

—El hecho de que creciera junto a Dante no quiere decir que siempre supiera que él es el amor de mi vida— Me defendí. —Al igual que muchos tuve que pagar con corazones rotos, desastres amorosos y amores no correspondidos. Créeme cuando te digo que a pesar de que el amor de tu vida este a menos de 5 pasos de distancia solo son las situaciones, acontecimientos y el tiempo quienes se encargarán de hacértelo saber, pero si lo que buscas es un consejo...Sé paciente— Hablé con sinceridad. —Aveces por apurar las cosas nos metemos con gente con quien no debemos, e incluso arruinamos parejas o destrozamos corazones que no nos correspondía hacer, sufrimos relaciones tóxicas resignandonos a la idea de que no hay nadie más allí afuera, de que somos demasiado viejos para buscar un amor tan intenso como el de los jóvenes, pero créeme, solo el tiempo se encargara de poner las cosas en su lugar, no intentes forzarlo.

—Si tan solo eso lo hubiera sabido antes— Rompe en llanto.

La invito a tomar una taza de té con la esperanza de calmar sus nervios. Nos encontramos cinco minutos sin soltar palabra alguna. No se trata de un silencio incómodo, sino tranquilizador, pacífico. Lula se ha perdido una vez más en la inmensidad de sus sueños, no es hasta que articula una palabra que me doy cuenta de que no se encontraba dormida con los ojos abiertos.

—Fue una noche de Abril. Me encontraba sola en el departamento cuando alguien llamó a la puerta. Me sorprendí ya que no esperaba a nadie- Relató con melancolía en sus ojos. Me dediqué a escucharla en silencio.  —Resultó ser una de mis amigas, la misma que quería llevarme a una discoteca, según ella no le gustaba ver que mi juventud se desperdiciada entre cuatro paredes, por lo que siempre trataba de llevarme a algún antro o cualquier lugar exótico cuando podía, por lo que ese día no era la excepción.
Me llevó a una discoteca a las afueras de la ciudad. La noche comenzó tranquila, fue despues de unos tragos que mi rostro empezó a acalorarse y las sonrisa afloraban de mi con mayor facilidad. Bailé como loca sin darme cuenta de que eso atraería la atención de varios hombres, incluyendo la suya— Mis cejas se unen en un ceño fruncido a través de la confusión. A la mirada de quién se refiere?. —Me encaminé a la barra en busca de un vaso de agua, estaba sudando, es allí donde sentí su extraña presencia y el calor de sus manos rozar mi piel. Giré sobre mis talones a la espera de una respuesta topándome con el dorado intenso de su mirada. Era un hombre bastante atractivo, pero algo mayor para mi edad, sin embargo el aroma que transmitía, su carácter dominante y la delicadeza de sus tratos hacia mi, hizo que cayera rápida y profundamente en sus redes sin saber que me estaba metiendo en la boca de un lobo.

5 Pasos de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora