CAPÍTULO XXIX

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Dante's POVS

No me molesté en preguntarle a Ciara si necesitaba que pasara por ella para ir a la terapia. Aunque estuviese enojado con ella, igual pasaría a verla. Sabía que sus posibilidades de transporte eran escasas, la mayoría de personas estaban ocupadas a estas horas de la tarde y el transporte público nunca fue su favorito, a tal punto que prefería caminar a tomar un bus o coger el metro, decía experimentar una especie de claustrofobia dentro de ellos, algo así como un crayon en una caja llena de estos.

Sin embargo, cuando pasé a recogerla no se encontraba en casa. Llamé para preguntarle donde estaba, mas no me contestó el teléfono. Una extraña preocupación recorrió mi cuerpo; Y si le pasó algo? No podría perdonarmelo. En estos momentos, considero que el motivo de haberme enojado con ella fue realmente estúpido. Enrique es su novio, confía en él. Yo soy su amigo, confía en mí. Todo se basaba en una simple ecuación.
Buena relación = confianza
Confianza = No secretos
No secretos = Buena relación

Decidí ir a la terapia y averiguar si se encontraba allí, si no lo estaba...No sé como reaccionaría. Encendí el coche una vez más y tome la autopista rumbo al centro, cuando llegué habían varios autos estacionados, por lo que entendí que probablemente la terapia ya había comenzado e iba tarde. Estacioné y bajé del coche para verificar si mis sospechas eran ciertas y Ciara se encontraba allí.

Al observar una cabellera castaña junto con la habitual rubia y Amy mis nervios cesaron, se encontraba bien. Tomé asiento junto a sus respectivas parejas quienes las observaban confundidos.

—Hola— Saludé, mas fui ignorado. —El gusto es mío también— Escupí con sarcasmo mientras tomaba una silla y la acomodada para sentarme junto a ellos quienes ni si quiera habían volteado a mirarme.

—Hola— Saludó un pequeño niño de unos 5 o 6 años de edad.

—Hey!— Lo saludé también. —Cómo te llamas?— Tomé su pequeña manito y la agité en señal de saludo. Adoro a los niños pequeños.

—Hugo— Sus ojos estaban fijos en mí mientras sostenía un juguete con uno de sus brazos.

—Bien Hugo, y qué haces aquí?.

—Vinimos a compañar a mi papá— Interrumpió otro niño que al parecer era su hermano. Calculaba que tenia de entre 10 y 9 años. —Yo soy Carlos—  Me ofreció su mano para que la estrechara.

—Dante— Asenti en señal de presentación mientras estrechan su mano. —Y quién es su padre?.

—Él— Señaló el pequeño Hugo a Carl.

—Hmmm ya veo, también los ignora eh?.

—Si viejo, ya sabes como se vuelven cuando están cerca de mujeres— Habló el chico más grande.

—Acabas de llamarme viejo?.

—Es solo una expresión— Explicó el pequeño.

—No te lo tomes tan enserio. Así que...Quieres jugar algo o planas quedarte embobado por mujeres también.

—Ah yo...—Alcé mi vista hacia Ciara sin embargo ella parecía estar muy concentrada hablando con su escuadrón que ni si quiera había notado mi presencia en la sala. —No, para nada. Adelante campeón que propones jugar?— Golpee su hombro a manera de juego. —Lanzar la pelota? Hacer bailar al robot?.

—No— Me miró serio. —Yo pensaba en algo más útil— Observó al pequeño Hugo quien entendía a la perfección sus planes.

—Entonces...— Lo miré esperando una respuesta.

—Cartas— Abrió la baraja con una sola mano. —Para hacerlo más interesante añadiremos apuestas— Reí ante su comentario, pero paré al notar que no estaba bromeando.

5 Pasos de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora