CAPÍTULO XXII

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Dante's POVS

Un fugaz recuerdo inundó mi mente; el primer pensamiento que tuve sobre Ciara.

—Que bonitos ojos tiene— Admití ante Meghan. —Desde el primer momento en que vi sus ojos, supe que no encontraría ninguna mirada más hermosa y sincera que la suya— Recordé. —Los años pasaron, y con cada travesura que hacía sus ojos me fulminaban, con cada payasada, su mirada me irradiaba felicidad. Las tonterías que hice siempre fueron acompañadas de una mirada de desaprobación y un regaño de su parte. Creo que por eso siempre la molestaba, me encontraba continuamente tratando de llamar su atención para que sus preciosos ojos solo tuvieran lugar para mí y no para otro hombre— Me sinceré. —Pero creo que fallé— Admití triste al voltear mi mirada hacia Ciara y encontrarla con Enrique. La terapia había terminado y mi amigo había pasado a recogerla. Hoy no la llevaría a casa, hoy no aclararía mis sentimientos, hoy no arreglaríamos las cosas.

※ ※ ※

Conduje hasta casa molesto. Las sensaciones que percibía en este instante no se comparaban con nada antes visto. Ahora mismo tenía un revoltijo de sensaciones diferentes acumuladas en mi interior, me causaba cierto desagrado tener que imaginarme a Ciara con otro hombre. La ira y la tristeza se hacían notar en mi rostro al solo pensar en verlos juntos.

Al llegar abrí la puerta del departamento y encontré a Lula acostada en el sillón leyendo un libro.

—Hey!-— Saludé. —Qué lees?.

—Una novela romántica— Contestó sin mucha importancia. Seguía sumida en su lectura.

—De qué va?.

—Shhh ya casi acabo el décimo capítulo.

—Bien, supongo que tendré que esperar— Alcé mis manos en señal de rendición. Mientras ella continuaba concentrada decidí ir a por una bebida del refrigerador. Me quité mis zapatos y abrigo para quedar algo más a gusto conmigo mismo. Una vez me sentí cómodo me eché al sofá junto a la rubia.

—Eh! Cuidado fortachón!— Advirtió. —Dónde que manches, arrugues o toques este libro, me las pagas— Amenazó.

—Uy! Lo siento ratón de biblioteca!— Me disculpé.

—Me ha costado un pulmón!— Se quejó. —Esto es mucho para alguien que está acostumbrada al PDF.

—PD qué?.

—PDF— Repitió. —Cómo se nota que no lees— Rodó los ojos para luego volverlos hacia el libro.

—Hey! Ahí dice capítulo once. Dijiste que acabarías el diez!— Esta vez fui yo quien protestó.

—Solo un capítulo más— Rogó.

—No! Ya podrás leer cuando no esté, ahora hazme compañía.

—Bien— Rodó los ojos mientras cerraba el libro y se acomodan en el sofá donde antes estuvo tumbada. —Y ahora qué traes?.

—Lo mismo de siempre; Decepción.

—Déjame adivinar, otra vez tiene algo que ver con Clara no?.

—Tanto se nota?.

—Dante— Tomó mi hombro y me miró fijamente. —Solo ella logra ponerte de esa manera.

—De qué forma?— Pregunté, puesto que ni yo mismo sabía como me sentía.

—Feliz y triste, enojado pero calmado, decepcionado y a la vez esperanzado.

—Eso es imposible— Argumenté. —No puedo estar en dos emociones completamente opuestas a la vez. No soy bipolar— Aclaré.

—Y no necesitas serlo. Cuando una persona llega y te enamora, automáticamente cambia todo dentro de ti. Controla tus emociones, habita en tus pensamientos y renace en tus recuerdos. Cuando te enamoras, dejas de ser tú y te conviertes en un nosotros— Explicó.

—Creo que leer libros te ha enseñado mucho.

—Lo sé. Me encanta aplicar frases de libros en mi vida cotidiana, siento que me hace un poco mas ficticia e irreal, siento que me transforma en un personaje de libros y me deja escribir mi propia novela donde yo soy la protagonista y elijo cual es mi final.

—Y cómo quieres que sea tu cuento?.

—Perfecto.

—Y cómo sabrás que lo es?.

—Porque mi corazón me lo dirá— Sus ojos se alumbraron como los de un niño cuando ve un regalo. —Todo cuento necesita problemas, sin ellos jamás habría una trama y por ende un final. Un cuento no es un cuento sin problemas— Recalcó. —La cenicienta maltratada, Aurora hechizada, la Bella encerrada, todas esas son historias, y todas tienen problemas, pero no por eso dejan de ser perfectas.

—Pero no son problemas reales, son sencillos de resolver. Una varita mágica y bibidi babidi bu todo resuelto, todo perfecto— Me quejé.

—No es cierto. Si, tuvieron algo de ayuda de la magia, pero todo lo que consiguieron fue por ellas mismas. La cenicienta no enamoró al príncipe con una posión de amor, lo hizo con la bondad de su corazón. La bella consiguió a su Príncipe conquistando el corazón de una bestia. Aurora le mostró a Maléfica que el amor si existe y así su enemiga propia la despertó.

—Eres demasiado soñadora. No ves la realidad como es.

—Y acaso tú si? No hay una realidad concreta, solo distintas percepciones.

—Si, como digas, me levanté del sofá dispuesto a marcharme.

—Dante, acaso no has pensado en como quieres que sea tu historia?— Suspiré ante su pregunta.

—Si, anhelo un cuento original, en el que la bella princesa no se quede con el príncipe perfecto— Fui interrumpido.

—Está Sherk, frozen, la bella y la bestia, valiente— No la dejé continuar.

—Si, pero yo no quiero que la princesa se quede sola o con la mejor opción. Entre Gastón y la bestia quién era la mejor opción?.

—Hmmm la bestia— Respondió con una mirada algo inquieta sobre lo que quería decir.

—Sherk era mucho mejor que el príncipe, Mérida no tenía a nadie y Ana se quedó con el chico de buen corazón. Quizás no todos eran guapos o tenían el mejor caracter, pero siempre fueron la mejor opción.

—Eso...—Miró hacia el suelo para luego verme a mi. —Es cierto, me miró extrañada.

—Y entre Enrique y yo, quién crees que es la mejor opción?— La miré furioso dispuesto a marcharme mas su mano me detuvo.

—Eso depende de la percepción de cada uno— Me miró triste.

—Él es perfecto. Cómo competir contra eso?.

—La perfección es igual a la realidad, nadie pueda verla como realmente es, sino como quiere verla— Se acercó a mí. —Y para mí tu eres perfecto tal y como eres— Me abrazó.

—Pero tú no lo conoces.

—Y no necesito hacerlo si te tengo a ti— Alzó su mirada hacia mí. —Aveces es el cuento perfecto con los personajes equivocados. Haz pensado en cambiar de princesa?— Murmuró a mi oído. Antes de acercarse tímidamente y besarme con delicadeza sin estar segura de contar con mi aprobación, sin embargo seguí el beso y acaricié suavemente su espalda mientras pensaba; "Cambiar de princesa".

5 Pasos de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora