CAPITULO XXVI

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Dante's POVS

Observé a Ciara algo perdida entre sus pensamientos. No tenía ni la mínima idea de lo que estaba hablando.

—Ciara, Estás prestando atención a lo que digo?.

—Si, por su puesto, me parece una brillante idea.

—Así que vas a dejar a Enrique para salir conmigo?— Le tomé el pelo. No estaba hablando de eso realmente.

—Qué? No, no, por su puesto que no!.

—Lo ves? No te interesa lo que acabo de decir— Me quejé.

—Lo siento, es solo que este proyecto de Pablo Neruda me trae muy estresada— Se explicó. —De verdad quiero impresionar al jefe y mostrarle que no se equivocó al confiar tan gran resposabilidad en mí.

—Lo vas a lograr, pero dime, sabes cual es la mejor herramienta de un publicista?.

—La creatividad— Contestó sin duda alguna.

—Exacto, y la creatividad y el estrés no van de la mano.

—A qué quieres llegar con esto?.

—Relajate un poco y deja que las ideas fluyan por si solas.

—No...no puedo.

—Claro que si, si yo puedo hacerlo, estoy seguro de que tu también.

—Dante, soy diferente, somos completamente opuestos por lo que nuestras maneras de trabajo también.

—Has oído eso de que los opuestos se atraen? Pues en algún punto tenemos que coincidir, y por lo visto, es nuestro trabajo— Dije aproximándome peligrosamente hacia ella. Mientras ella solo me miraba fijamente sin poder evitar incomodarse ante tanta proximidad.

—Pues no siempre es el caso— Interrumpió Enrique. —Los enemigos son completamente diferentes, tienen un objetivo en común, pero no por eso utilizan los mismos medios para llegar a él— Tomó la mano de Ciara y la apretó fuerte.

—Tengo la solución a tu problema amor. Estuve trabajando en ello toda la noche, porque sé lo importante que es para ti.

La chica de ojos castaños se levantó de su asiento para posicionarse junto a mi amigo y ahora principal rival.

—No tenías que hacerlo— Lo miró avergonzada mientras tocaba las bolsas para sus ojos. —A cambio haré una bonita mascarilla para ti— Sonrió de manera dulce provocando que él lo hiciera también.
Aclaré mi garganta para recordarles que me encontraba allí todavía.

—Si no les molesta, me gustaría ver que ha construido mi brillante amigo.

—Claro— Respondió por ella.

Nos acercamos hasta el salón de exposiciones. No estaba ocupado, sin embargo era una de las habitaciones más grandes de todo el edificio, por lo mismo que a la vez era utilizado como bodega para guardar los materiales y diseños de las presentaciones.

Se acercó a uno de los muebles y abrió los cajones que este contenía. De allí sacó algunos bocetos y algunas palabras en plasticadas. Acaso eran tatuajes?.

—Aveces las palabras y emociones no salen de nuestros labios, pero se encuentran impregnadas en nuestra piel— Habló con la mirada fija en Ciara, como si sus palabras tuvieran un doble sentido.

Enrique era simplemente brillante, un adversario digno para competir por el corazón de una mujer. Era noble, y sé que a pesar de haber notado algo entre Ciara y yo, no iba a armarse una escena de celos o a terminar nuestra amistad, iba a resolverlo como un verddero hombre. Era un caballero ante cualquier circunstancia y era algo que envidia a mucho de él.

5 Pasos de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora