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Domingo, después del partido y firmar algunas camisetas Lautaro llegaba a su departamento cansado, con la idea de que ella no se haya olvidado la invitación de él

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Domingo, después del partido y firmar algunas camisetas Lautaro llegaba a su departamento cansado, con la idea de que ella no se haya olvidado la invitación de él.

Eran pasado las nueve cuando salió de darse una ducha y el tiembre nunca sonó, miró su celular mientras que secaba su pelo con una toalla y tampoco no había ninguna llamada ni mensaje de Dolores, pensó en la idea de que ella tal vez no iba a venir por el tiempo, ya que estaba feo y el fresco por fin había vuelto a la ciudad.

Cuando se resistió, diez de la noche y nada, ella no iba a ir, se levantó de su cama para ver que iba a prepararse de comer, aunque tampoco tenía ganas de cocinar, así que pidió delivery, mientras fue a prender la televisión de la sala y esperar el pedido.

Cinco minutos después el timbré sonó y Lautaro se levantó para abrir.

—La propina no hace falta.

Lo primero que hizo él fue reírse, Dolores estaba en la puerta con la caja de pizza en sus manos.

—¿Que haces? —preguntó tentado.

—Te traje tu pedido. —la chica sonrió.

—Veni... —el la tomó de la mano para hacerla entrar, con su mano libre cerró la puerta y después llevó a la cintura de la chica para besarla.

—Lautaro la caja. —se río en el beso, él entendió se alejó y agarró la caja.

—¿Que haces con esto? —pregunto curioso mientras ella se sacaba su campera negra.

—Encontré al chico de delivery abajo preguntó al portero por tu nombre y le dije que yo podía traerte.

—¿Le pagaste? —preguntó, lola asintió y el fue en busca de su billetera la pieza, antes dejando la pizza en la mesa ratona.

—No hace falta. —le dijo la chica quién lo siguió a la pieza.

Lautaro asintió sin hacerle caso y saco 100 para tenderle.

—¿La pizza es de oro? —la chica río y agarró la plata pero volvió a ponerla en la mesita de luz.

—Lola en serio, agarrá.

Nights | Lautaro Martínez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora