Prólogo

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Nada viaja a mayor velocidad que la luz con la excepción de las malas noticias, las cuales obedecen a sus propias leyes

Adam Douglas

De: Sebastián Graves conde de Bedford

Para: Lady Diane Graves

Querida hermana

Madre me ha comentado que no deseas asistir a las veladas de esta temporada, pero esta podría ser tu oportunidad.
Diane eres una jovencita encantadora, lo que pasa es que no ha llegado el hombre correcto a tu vida.
Charlotte y yo creemos que solo es cuestión de tiempo para que alguien se de cuenta de lo hermosa y valiosa que eres. No eres una mujer que se rinde con facilidad así que como tu hermano te pido que asistas.

Sabes que siempre deseo lo mejor para tí y en verdad espero que durante mi ausencia te diviertas en las veladas. Volveremos después de unos meses y no quiero saber que te encerraste en casa sin darte una oportunidad.
Te la mereces.

Con cariño
Sebastián.

Diane dobló la carta antes de guardarla con cuidado en el pequeño cajón junto a las demás. Para Sebastián era fácil decirlo, él ya tenía una familia con una esposa y una hija muy dulce.
Los tres habían decidido salir de viaje por unos meses a Italia para “distraerse” un poco, aunque en su opinión solo querían más privacidad de la que podían obtener con ella rondando por la casa.

Eran un matrimonio joven, llevaban solo dos años de casados y aún estaban en esa época donde todo era amor y felicidad. Su hermano era muy afectuoso con su esposa y quizás ese era el problema. A ella no le molestaba que ellos tuvieran sus momentos románticos, pero Sebastián y Charlotte creían que sí.

Su hermano pensaba que Diane se sentiría mal si los veía siendo muy cariñosos cuando ella no tenía a nadie a su lado, pero era todo lo contrario.
La dama ya se había hecho a la idea de ser una solterona de por vida, incluso durante su última temporada estuvo pensando seriamente en entrar a un convento. Al menos de esa forma dejaría de ser una molestia para su hermano y su cuñada.

Los quería mucho y no deseaba que se estuvieran privando de disfrutar su matrimonio solo porque la hermana solterona no se casaba.
Charlotte incluso la llevaba con ella cuando se reunía con sus amigas y aunque apreciaba su preocupación; la verdad es que tampoco le agradaba estar rodeada de mujeres que apenas conocía.
Su única amiga había sido Lady Angelique Relish, quién para variar también se casó la temporada pasada con un guapo marqués. Un noble que supo conquistar el corazón de acero de su amiga.

Desde ese día para Diane los bailes perdieron su gracia. Antes iba únicamente por Angelique; le gustaba pasar tiempo con ella y enterarse de algún chisme nuevo, pero ahora su amiga prefería estar en compañía de su esposo y no podía culparla.

Perdido en otro sigloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora