1

4.4K 683 122
                                    

¿Qué se siente despertar en medio de un jardín solo y con la única certeza de que si estuvieras muerto lo más probable es que no tuvieras pulso?

Esa era una pregunta que Dereck Evans nunca hubiese tenido interés de averiguar hasta el día de hoy.

Lo último que recordaba es haber visitado una relojería y retirar un reloj antiguo de su padre para luego subirse a su auto con dirección a la casa de Rita, donde se encontraría con ella y con Daniel, uno de sus viejos amigos, que por primera vez en mucho tiempo logró hacerse un hueco en su apretada agenda de médico y pasarían la tarde juntos.

Y de allí...nada.

Dereck sentía que su cabeza daba vueltas y que todo su cuerpo estaba tenso como si hubiese corrido una maratón, cuando solo estaba allí acostado en el césped en medio de un jardín con arbustos bien podados y bajo una intensa luna llena que parecía burlarse de su desgracia.

¿Cómo había llegado allí?

No tenía ni la más mínima idea.

Lo que sí tenía idea es que nada le resultaba conocido y para rematar no tenía señal. Su celular prácticamente le recalcaba una y otra vez que estaba fuera de servicio.

¿Cómo diablos llamaría a alguien para que le viniera a ver sino tenía señal?

Tendría que caminar, pero no sabía ni siquiera en qué lugar estaba.

Se incorporó del césped donde había pasado aproximadamente 20 minutos en los que intentó descifrar que rayos estaba pasando y empezó a buscar a alguien para preguntarle en qué sitio se encontraba.
Sería más fácil si al menos descubría dónde estaba.

Salió de los arbustos y empezó a moverse en dirección a la música que se escuchaba a lo lejos sin dejar de mirar su teléfono en espera de que éste reaccionara. Nunca lo hizo.

Cuando la música se tornó más fuerte, él pudo distinguir una casona en la distancia y sin pensarlo mucho se acercó corriendo a ella antes de percatarse de la persona que se encontraba a centímetros de esa gigantesca mansión.

Era...¿Rita?.

No podía equivocarse, era ella. Delgada, cabello castaño casi rojizo suelto y vestida con ¿estilo?

¿Qué rayos estaba utilizando?

Era el peor vestido que le había visto usar en su vida, pero no importaba, era ella.

—Rita.—gritó llamando su atención y cuando sus miradas se encontraron. No lo pensó más y se lanzó a abrazarla.—Menos mal, eres tú.

***

Diane se quedó en shock al notar que un caballero la abrazaba de ese modo, rompiendo con todas las reglas que ella fielmente había seguido a lo largo de los años.

—¡Suélteme!.—susurró mientras se dejaba embriagar por ese perfume que estaba segura jamás en su vida olvidaría.

—Rita.—insistió el hombre y muy en el fondo Diane sintió envidia de la tal Rita por levantar tales deseos en un caballero, mientras ella a duras penas era visible.

Seguramente era algún libertino que buscaba a su amante y ella claramente no tenía pinta de ser una.

—¡Suélteme!.—chilló con más fuerza hasta que el caballero aflojó su agarre y sus miradas se encontraron.

Unos grandes ojos café oscuro se encontraron con los suyos y su respiración se entrecortó.
Era la primera vez que se encontraba así, a centímetros de un caballero y no sabía que hacer.

Perdido en otro sigloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora