CAPÍTULO 3 *Trato*

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*Narra Ana*

Estaba a media cuadra del restaurante cuando vi a la chica con la que me había chocado antes siendo asfixiada por un tipo que seguramente iba drogado. Sin pensarlo mucho tiré al suelo mis cosas, agarré una de las armas que traía y corrí hacia ellos.

Al llegar a su lado puse el arma en el cuello del hombre por lo que instintivamente soltó a la chica. Lo empujé a un lado y él salió corriendo.

-¿Estás bien?

La chica se tomó un momento para recuperar el aire que le faltaba a sus pulmones.

-Creo… Que si… Gracias

Me giré para ir en busca de mis cosas; las levanté del suelo y volví a dónde estaba la chica.

-¿Porque tienes un arma?- preguntó; fue ahí que caí en cuenta de que le había enseñado mi arma.

-Emm…- no sabía qué responder, estaba por entrar en pánico porque esto podría arruinarlo todo.

Entonces hice lo primero que se vino a mi mente: agarré el arma y la apunte a la cabeza de la chica.

-No puedo decírtelo sin matarte… o hacerte parte del equipo para una misión en la que de seguro morirás- respondí segura de que la chica me iba a contestar que no y no la volvería a ver en mi vida, la chica me miró asustada

- Bueno- respondió - entonces…¿Por qué tienes armas?.

-¡¿Qué?! - dije con expresión desencajada -¿Ahora qué hago?- pensé.

- Ya me oíste ¿Y bien? ¿Por qué tienes un arma?...

-Bueno…-En ese momento, ví a lo lejos un par de tipos con trajes grises que nos miraban, y que en cuanto los ví, apartaron la vista. Supe lo que pasaba.

-Tenemos que irnos. Rápido- le dije nerviosa.

Agarré mis cosas y comencé a caminar. -Actúa normal; nos vienen siguiendo.

-No quiero - escuché a mis espaldas.

-¿Qué?

-Dije que no quiero irme; no hasta que me digas todo lo que tengas que decir- dijo como si no le importara en lo absoluto la situación.

-Esto tiene que ser una broma- pensé- ¡¿Por qué me pasa a mí?!

-Mira; esto no está a discusión ¿De acuerdo?- comenzaba a exasperarme-  Si quieres que te diga algo me vas a acompañar. Aquí no puedo decirte nada porque nos vigilan.

-No me importa; no voy a moverme- parecía como si hablara con una niña encaprichada, no creía que no comprendiera la situación.

La gente nos empezaba a mirar extrañados.

Agarré a la chica del brazo y comencé a arrastrarla.

-¡Suéltame!

-¡No! - esto ya me había superado- ¿Por qué no me fuí corriendo sin explicar nada?- pensé.

-¡Si!

-¡Bien! ¡¿Qué quieres para irnos?!

Su rostro cambió completamente. Pasó de estar encaprichada a tener una sonrisa maliciosa.

-¿Tienes música?

-Solo esto - saqué un MP3 de mi bolsillo.

-¿Pero de qué época vienes?- era entendible que reaccionara así ante tecnología tan antigua.

-Me gusta lo viejo y además es imposible que rastreen uno de estos.

-Ah, ok- se notaba que no le importaba en lo más mínimo.

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