Capitulo IV : Atraidos

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Día siguiente

Dohko se encontraba en la Citadel con Milo, no quería aceptar que él debería lidiar con algo y el rubio no.

- Aun no entiendo porqué no te mandó a ti también - objetó Dohko mientras sujetaba su chaqueta .

- Deja ya de lloriquear - bufo Milo - ¿Estás listo?

- Nací listo para esto - contestó, para que Milo lanzará al suelo un frasco, quebrandose y creando una especie de portal. Dohko podía usar su magia para hacer uno, pero eso implicaría peligro, porque si había algún aliado de Thanatos, sentirían su presencia.

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- Ahhhh - gritó Dohko cuando cayó al otro lado - ¿donde estoy? - se preguntó el castaño, quien se ponía de pie y sacudía su pantalón ,no tenía ni la más mínima idea de donde se encontraba, solo lograba ver árboles por todos lados, tras de todo en ese momento empezó a sentirse mal , su cuerpo comenzó a sentirse pesado , intentó caminar un poco más, pero no avanzó más de doscientos metros y su mirada se torno borrosa cayendo al suelo sin poder hacer nada.

Veinticuatro horas después.

Su cuerpo se sentía como una pared , sentía como su cabeza se partía en dos con un dolor insoportable, parpadeo algunas veces logrando crear una ventila de luz para luego sumergirse en oscuridad de nuevo.

- ¿Donde estoy? - balbuceó mientras separaba un poco los párpados logrando ver a una mujer de edad mayor, quien lo ignoró y salió de la habitación - ¿E-entiende lo que le digo? - insistió entre sollozos mientras volvía a cerrar sus ojos.

- Esto es para usted Jóven - mencionó la anciana dejando unas toallas a la orilla de la cama - con permiso - musitó para desaparecer por la puerta.

Unos minutos después se levantó de la cama y se dirigió a asearse un poco , luego de esto salió del cuarto de baño y caminó hacía la ventana de la habitación solamente con una toalla tapando su cuerpo, sin darse cuenta los ojos ajenos que se posaban sobre él.

El castaño estaba apunto de dejar caer la toalla cuando un ruido lo alertó, haciendo que girará de inmediato logrando a ver a un chico en un solo bulto de nervios.

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Camus se encontraba recostado en la tina de baño , su largo cabello rojo resaltaba desde la profundidad de la misma.

Flashback

-¿ Quieres acompañarme ?

- ¿Qué te está pasando camus? - se preguntaba con los ojos cerrados.

_ Me gustas .
_ Eres diferente

No podía dejar de pensar en las palabras de Milo. - Basta - dijo saliendo de la tina de un salto - no puede ser - dijo mientras caminaba hacía el armario - estoy volviéndome loco, es imposible que sienta estas cosas - dijo poniendose su camisa manga larga - Milo , Milo eres tan...intrigante, tan atractivo - pensó - ¿Por qué todo me pinta tan oscuro? ¿Por qué maldita sea?
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-¿Qué haces ahí parado? - preguntó Dohko haciéndose el ofendido, aunque vamos que se iba a onfeder nada - voltéate.

El tipo obedeció al instante, se volteó mientras Dohko se ponía su pantalón.

- Esto es tuyo - dijo con seriedad dándole la bolsa a Dohko.

Este lo tomó y sacó un frasco con una sustancia verduzca la cual se tomó.

- ¿Por qué estoy aquí? - preguntó .

- Estabas tiradote - dijo - ¿tú dime que pasó?.

- Bueno salté en el portal que Milo abrió - dijo rascando su cabeza - luego me sentí mal y no se más . - cerró sus ojos, sonriendo.

El chico pensó unos segundos - es probable que haya sido por el portal - Dohko lo miró fijamente - Usaste un portal, pero no dejó secuelas , aparte de tí, en mi casa - volvió a pensar -¿ alquimia? - el castaño asintió y luego se acercó a él galantemente, quedando tan cerca que el chico sentía su respiración. Éste se sonrojo , ya que Dohko aún estaba sin camisa y ante sus ojos el castaño era bastante atractivo.

- ¿Por qué tienes esos puntos ahí? - preguntó tocando la frente del jóven de cabellos verde claro.

- Eso que te importa - musitó molesto - pensé que dirías algo importante- frunció el ceño y salió de la habitación, confundiendo a Dohko.

- Que molesto es - frunció el ceño - pero al césar lo que es del césar, realmente lo hacen ver encantador - dijo buscando en el bolsillo de su pantalón, el papel que Shaka le había dado - Maldita sea, como pretende Shaka que encuentre a este tal shion.

Luego de que Dohko se terminara de vestir y tomara el desayuno que ls anciana de antes le había llevado, decidió que era hora de buscar a ese hombre que tanto aclamaban en la Citadel, así qué tomó sus cosas y salió de la habitación. Llevaba las manos en el bolsillo, iba a girar hacia el pasillo que estaba a su derecha cuando alguien chocó con él.

- ¡OYE ! - dijo el de cabellos verdes - ATRAVESADO ¿no ves que llevo el trigo?

- NO ME CULPES cara de borrego , fuiste tú - dijo sacando inmediatamente las manos de sus bolsillos para limpiar su ropa, al mismo tiempo que renegaba por lo bajo. Después de unos segundos Dohko dirigió la mirada a el jóven a quien por alguna razón, las palabras que le había dicho le habían lastimado

- ¿Por qué pones cara de niñita ?- chilló mirándolo de reojo- tú empezaste.

- Eres un idiota sabías - dijo molesto antes de comenzar a caminar

- Hey espera, debo irme ya ! - musitó acercándose a él - Gracias por todo, excepto por lo del trigo - sonrió antes de darle un fugaz beso en los labios, dejando al de cabellos lima perplejo, sin pronunciar palabra alguna. Dohko le dió la espalda enseguida- A propósito mi nombre es Dohko - gritó desde la puerta ladeando su mano sin girar su cuerpo.

- O-ye - gritó el jóven- E-esperaa!! - insistió mientras miraba como se iba el hombre más apuesto que había conocido, deseando tanto poder verlo de nuevo alguna vez.

En Tiempos De DivergenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora