El día había acabado con un atardecer bellísimo, pintando el cielo de ligeros tonos naranjas y rojos. Ahora la noche se abría paso por el despejado cielo de estrellas, dejando ver el extenso trillo de luces en el gran manto de la oscuridad.
Milo se encontraba en su recámara mientras sostenía una vieja fotografía, contemplándola en silencio pero con miles de sentimientos floreciendo en su interior. Siendo totalmente ajeno a sus pensamientos Camus estaba en el cuarto de lavado, sin saber de la gran mortificación que aún el rubio albergaba en su interior.
—No le mientas al punto que la verdad sea inaceptable.— recordó con tristeza las palabras de Dohko
Lo sabía más que sobra, no era ningún tonto que se conformaba con crear su propio mundo de mentira y vivir ahí encerrado, engañándose a él mismo, y a todas la personas que pasaban por su vida. Incluso Milo, él no merecía estar con alguien que le mentía.
Y por eso mismo, cada día sin contarle la verdad, le dolía. Porque ni si quiera sabía si su amado lo iba a aceptar así como era, o al contrario de eso, tendría las propias agallas para cazarlo.
Con solo darle una oportunidad a esa idea, le aterraba.
—Debo decirle ahora mismo— suspiró con desgano mientras tomaba la canasta y subía a la recámara. Estaba totalmente decidido a contarle la verdad tormentosa que le seguía a cualquier parte. Se estaba arriesgando a perderlo, pero ya no podía seguir con la mentira.
Acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja y tomó la perilla de la puerta mientras entraba a la habitación.
—Milo aquí están las sábanas...—inquirió.
—Camus...— musitó.
El rubio se vió brevemente interrumpido por la presencia de su pareja. Por lo que limpió su rostro casi al instante, sin dejar rastro de las lágrimas que había dejado que rodaran por sus blandas mejillas hacía unos minutos atrás.
—¿Qué pasa? —preguntó Camus— ¿Qué tienes?— insitió al mirarlo.
Milo tenía sus ojos azules completamente rojizos, con una mirada que le partió el corazón a Camus. Era una mirada ida, llena de dolor escondido y pensamientos ahogados en un mar de emociones como los que sentía en ese momento. Su mirada de tristeza estaba clavada en un rincón del cuarto, sus manos estaban gélidas y pálidas—, ¿M-Milo?— tartamudeó su nombre con preocupación. No era algo normal y comenzaba a asustarse.
—¿Dónde están los tuyos Cam?— preguntó con un nudo en la garganta— Los míos no están más.
El chico se acercó a él, le miró con desconcierto, no sabía de qué estaba hablando.
—¿A-A qué te refieres?— el pobre estaba asustado, jamás lo había visto así. No era un comportamiento usual—. Cariño, me estás asustando— se sentó frente a él.
— M-Mi madre...—empezó, pero conforme pensaba las palabras necesarias, su estómago se hacía un nudo, sus pulmones exigían aire y su corazón quería salirse. Aunque todo aquello pasó hace años, los recuerdos parecían no querer abandonarlo, incluso le amenazaban con perseguirlo por toda la eternidad. Respiró profundo y siguió— Ella fue violada.— concluyó, a lo que Camus se llevó una mano a sus labios—, Tuvo que ser hospitalizada por días porque no se sabía con certeza si viviría o no, las enfermeras le daban muy poco porcentaje de vida— por más que odiara llorar, su vista se nubló por las lágrimas que amenazaban con salir de nuevo— Fue tratada por muchas enfermedades venéreas que le hacían llorar todos los días, el dolor no lo soportaba y aún así ella luchó hasta el final..., Hasta que logró ser tratada a tiempo por el embarazo— su respiración se entrecortó y su corazón quería desbordarse por la boca.
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En Tiempos De Divergencia
FanficCamus Voiler y Milo Zabat Se encuentran en los lados opuestos de la moneda. ¿Que sucederá cuando sepan realmente quién es quién? Advertencias : 💢Ooc en algunos personajes. 💢 Parejas principales: [~DohkoxShion~] [~MiloxCamus] 💢Universo alterno