1. Prohibido

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— Ahh, Steve...— Tony gemía al sentir como los dedos del rubio se habrían paso en su interior, con movimientos de tijera lo preparaban para recibirlo.

La lengua del rubio jugaba con uno de los pezones del castaño, mordiendolo, jalando, chupando a gusto. Tony se retorcía de placer ante las atenciones del más alto. Bajo por su vientre hasta la entrepierna del castaño dejando un rastro de saliva, tomó la punta del pene de Tony con sus labios, un roze superficial solo para torturar al más bajo.

Steve— lo llamo usando su voz de Alfa, provocando que el mencionado detenga sus actos y lo mire serio— no es necesario que seas tan delicado conmigo.

¿Quieres que te trate mal?— preguntó seductor usando también su voz de Alfa logrando que genio se estremesca intimidado, comparando, su fuerza era menor a la de Steve aunque los dos sean Alfas de clase alta.

— Solo hazlo rápido, ngh...— la repentina intromisión del miembro del rubio le saco un par de lágrimas, Tony había obtenido justo lo que estaba buscando: ser tomado con fuerza por el lado animal del Cap.

Se abrazo a la espalda de Steve mientras este empezaba con las embestidas, primero lento para que el dolor pase, siguiendo con unas más fuertes y desenfrenadas. El rubio, aunque Tony no se lo pida, siempre era muy cuidadoso con él, bueno, casi siempre.

El sonido de piel contra piel regalaba una armonía casi macabra, dos cuerpos biológicamente incompatibles unidos en un desenfrenado acto de satisfacción sexual. Las penetraciones eran rápidas, salvajes, sexo duro en otras palabras. Gemidos y sudor, una mezcla extraña que enloquecía a ambos, su lado animal en todo su esplendor.

Siguieron así hasta que el nudo comenzó a formarse; al castaño ya no le molestaba que Steve lo anude, la primera vez fue doloroso, no lo negaría, pero él, como todo un masoquista, encontró placer en ese dolor. Lo enloquecía esa sensación de estar lleno con la esencia de ese poderoso Alfa. Ambos terminaron con un sonoro gemido de satisfacción. El nudo duro unos minutos, Steve mordió el hombro de Tony dejando una marca rojiza, mientras este arañaba la espalda del rubio dejando su propia marca. Cuando el nudo desapareció el más alto salio del castaño y se recostó a su lado tratando de normalizar su respiración

— ¿Otra ronda?— pregunto seductor el genio.

— ¿Aguantas?— fue la respuesta cargada de ironía a su duda.

— No...— se resignó, tener sexo con otro Alfa era muy agotador, además ya lo habían hecho cinco veces esa mañana.

— Tony me ausentaré por cinco días, ¿seguro que no quieres repetir?— bromeó con lo último.

— Y ahora lo hemos hecho cinco veces para reemplazar esos cinco días— inquirió algo molesto, su celo alfa estaba próximo y  el esperaba pasarlo con el rubio— vete, no te extrañare, pero me lo compensaras apenas regreses, no me importa si estás herido.

— Así será— se levantó y acarició la cabeza del más bajo. Se metió al baño a tomar una ducha.

Llevo sus manos a su cabeza, al lugar que había tocado Steve, se sonrojo, en ocasiones creía que el rubio lo trataba como un Omega, mas eso en lugar de molestarlo le gustaba, significaba que el Cap se preocupaba por él.

Sintió un dulce aroma en el ambiente, el aroma de un Omega, sacudió su cabeza con fuerza, era imposible. En su manada no había ni un solo Omega, eran ellos los únicos Alfas y el resto del equipo todos Betas.

Seguro que el pasar tanto tiempo saboreando el aroma de Steve estaba provocando que su olfato falle.

— Ya puedes entrar— salio secando su cabello con una toalla, otra rodeaba su cintura.

¿Omega o Alfa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora