— lo siento... yo...— el cuerpo del omega temblaba ligeramente, a minutos de haber recobrado la consciencia una ola de imágenes del último acontecimiento invadió su cerebro trayendo consigo un amargo sentimiento de vergüenza y arrepentimiento.
— Tranquilo...— como si de un animalito herido se tratase, Tony acariciaba suavemente las hebras rubias mientras le susurraba palabras tranquilizadoras.
"No podías evitarlo..." "Hiciste lo necesario, protegiste a nuestro cachorro..."
Permanecieron largos minutos así, poco a poco el cuerpo de Steve detenía su involuntario movimiento, las manos de Tony seguían dando confortantes caricias en su espalda y nuca.
— Steve...— su voz salió más seria de lo que quería, había disfrutado del dominio de su pareja pero no podía sacar una duda de su mente.
Steve sabía de qué quería hablar el Alfa, había llegado el momento decisivo que marcaría un inicio o resultaría en un adiós. Todo dependía del valor que en ese momento no sentía y la comprensión que, esperaba, tenga el castaño.
— Steve...— volvió a llamar más suave— lo sé todo.
Los azules ojos se abrieron con sorpresa, su cuerpo se tensó bajo las manos del alfa que se habían detenido sobre la marca incompleta en el cuello del Omega.
— Sé que tu verdadero deseo es ser un alfa completo... Y yo— le costaba asimilar sus propias palabras— quiero... Necesito una respuesta, saber por qué.
Un suspiro, dos, ambos suspiraron. El aliento cálido choco en el pecho del castaño, sobre el reactor que iluminaba de azul el rostro de Steve, sus ojos cerrados, parecía dormir. Sin embargo no lo estaba y probablemente no lograría dormir ninguna noche más si no aclaraba de una vez sus sentimientos.
— ¿Por qué crees tú que es eso lo que deseo?— su voz calmada se oyó luego de desesperante minutos de silencio. Era un murmullo apenas, un susurro que no hubiese abandonado la boca del Omega antes.
— Hay algo que buscas borrar, y me aterra imaginar que puede ser— reinicio las caricias en la cabeza rubia buscando organizar sus pensamientos, sus dudas, sabía que Steve no respondería a menos que haga las preguntas correctas— pero sin importar que tan malo sea, quiero saberlo, es egoísta de mi parte insistir en saber tu pasado.— suspiro— Como dije antes, quiero estar a tu lado el resto de mi vida y para ello debo conocer cada aspecto de tí, como tú de mí, si quiero que esto funcione debo aprender a luchar a tu lado— le sonrío esperando transmitir algo de confianza.
*Me rindo... Podría volver a dormir 70 años si eso me permite ver siempre esa sonrisa* con una mano acaricio el lado derecho del rostro del alfa, desde la coronilla hasta su mandíbula, la mano subió y bajo lentamente registrando cada marca o arruga que los pliegues de piel formaban cuando una sonrisa estaba presente.
— Soy un cobarde—inicio, tras unos segundos más observando ese perfecto rostro desvió la mirada del alfa hacia la ventana. La luna filtraba su luz a través de las cortinas.
— No digas...— un dedo sobre su boca lo obligó a callar. Asintió esperando que el otro continúe.
— Tuve un alfa— confesó dudoso— en mi adolescencia— los recuerdos golpearon su mente pero se recompuso, por Tony.
Los ojos de Tony se abrieron por la sorpresa, le costó controlar su instinto alfa que quería hacer un escándalo por la confesión del Omega, fue un duro golpe para su ego. Respiró profundo para controlar su aroma y que el rubio no se dé cuenta de su molestia. No quería asustarlo.
— Antes de morir, mi madre busco comprometerme, supongo que sabía o intuía que su fin estaba cerca y siendo yo un omega, débil... defectuoso— amargas lágrimas escaparon de sus ojos, se alejo del confortante abrazo del castaño para limpiarlas.
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¿Omega o Alfa?
FanfictionSteve y Tony llevan un par de meses en una relación prohibida: una relación entre Alfas. Detalle que a ninguno le molesta pues es una relación a base de placer y nada más. Todo iba bien hasta que el genio descubre el mayor secreto del rubio: que est...