CAPÍTULO V

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Y fue así como llegué aquí. De la desesperación, agonía, incertidumbre y de no saber a quién acudir he llegado a la casa de un chico de mi edad que estudia psicología, hombre de ciencia, para que me hipnotice. Si mi mamá me viera seguro me arrastraría por el cabello a la casa diciéndome que no me meta con cosas del diablo.

Según Evelyn él me quiere ayudar. Sí claro, quiere ayudar a esta pobre chica que cree que su yo del pasado quiere comunicarse con ella. Al ingresar a su casa lo primero que me dice es que no me preocupe, que estoy en buenas manos y que no me considera una demente.

—He escuchado de este tipo de casos —dice Joseph—. Bueno, siempre los he visto en televisión no en la realidad.

—¿Y cómo es que una persona que cree en la ciencia también cree en este tipo de cosas? —trato de bromear.

—No solo debemos depender de las ciencias, porque a veces ellas mismas no nos pueden dar respuestas. Las personas acuden a la medicina natural cuando la química no funciona o incluso creen en los milagros —responde muy serio.

Al parecer él está de mi lado y me agrada saber que poco a poco son más los de mi bando. Me pide que me recueste sobre su mueble, luego saca un talismán, solicita que ponga mi mente en blanco y mire fijamente. Cuando mi mente entra en trance cierro los ojos, me tranquilizo y dejo que mi alma viaje a través del tiempo.

Joseph me hace preguntas como qué veo, qué hay, qué me dicen y entre otras.

Lo primero que veo es a mucha gente, demasiada diría yo. No es la época de Marieta porque las personas lucen diferentes, y no me refiero a que tienen un aspecto físico raro, sino a la forma de vestir; es más actual. La muchedumbre es tanta que incluso hay personas en el suelo, y las que están de pie llevan sacos de comida, electrodomésticos, abarcan lo que más pueden.

Abro mis ojos con rapidez. Es extraño lo que he visto, no me basta lo suficiente con tener sueños del pasado que ahora tengo que lidiar con los del futuro y para colmo no sé lo que vi. Puede ser una guerra por sobrevivir, una peste mundial, una crisis económica, etc.

—Es increíble. Al parecer eres una viajera en el tiempo a través de tus sueños —comenta Evelyn.

—Evelyn, ¿esto te parece increíble? —replico indignada—. Resulta que ahora debo descubrir qué es todo eso que vi.

Para mis amigas e incluso el psicólogo estudiante todo esto es una aventura de las que se ven en las películas de fantasía. Pues claro, todo eso está libreteado y los protagonistas tienen un final feliz. Sin embargo, en la realidad tienes que estar pendiente de cada decisión que tomes y si cometes un error no tendrás un final feliz.

Antes de regresar a casa, Joseph y yo intercambiamos números de celular para ponernos de acuerdo para nuestra próxima consulta.

La semana de exámenes ha llegado y significaba que tengo más tiempo para organizar mis ideas. Aunque a organizarlas me refiero a escribir todo lo que he visto en mis sueños y en las sesiones de hipnosis. Primero el último sueño del pasado que tuve fue mi muerte, es decir, la de Marieta. Ella estaba llegando de un viaje y se encontraba enferma a lo que la gente alrededor llamaba paludismo, recostada sobre la cama vi como la vida de ella o la mía se apagaba.

Ahora hay ocasiones en que ella se presenta ante mí para repetirme la misma frase.

Segundo, los viajes astrales solo me muestran acciones del futuro, un futuro no muy lejano donde hay caos, muerte, escases y personas llorando. Al principio pensé que se referían a una invasión zombie tipo "Dead Set", me había dejado influenciar por las series que ve Alberto, otro de mis amigos. Pero al ponerme a pensar en mis visiones nunca he visto un zombie, entonces estoy en un error.

MÁS ALLÁ DE MIS SUEÑOS  «TERMINADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora