Capítulo 12 - ¿Quién es Anaki?

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            Todo está oscuro, sólo el brillo de la piel de Ceo y Eme les da algo de luz. Nadie a aparecido hasta el momento. Los únicos que merodean el lugar son los Hanaclón, los guardias del lugar son de la misma especie que Akazú.

Eme no deja de dar vueltas en la jaula. Camina de un lado a otro rascándose la cabeza, intentando idear un plan que los sacara de allí, pero todo se le hacía demasiado difícil. Las paredes eran de un cristal bastante grueso que bloqueaban absolutamente todos los poderes de cada uno de ellos. Intentar usarlos era un acto muy inútil que sólo desgastaría la energía de los tres.

—Siéntate —ordenó Ceo con una voz calma.

—No haremos nada cruzados de brazos —respondió Eme a la orden de Ceo.

—Tampoco hacer nada cuando te mueves. Siéntate —volvió a ordenar.

—¡No lo haré! No tengo por qué seguir tus tontas órdenes. Crees saberlo todo, pero de ser así no estarías aquí ¿no crees? —preguntó Eme sarcásticamente.

El ambiente comenzaba a tornarse pesado. Eme estaba demasiado inquieto y enojada. Estar encerrado sin poder usar sus mágicos poderes, no le hacía mucha gracia. Era la situación perfecta para descargar su furia en alguien.

—¡Eme! —gritó Destiny levantándose del suelo —sé que estás nervioso, pero no tienes porque desquitarte con Ceo —dijo sosteniendo sus hombros —aquí la única culpable soy yo y aún así no es momento de reclamarnos nada porque si lo olvidas, y si vamos directo al grano, estamos aquí porque ustedes me secuestraron.

Se produjo un silencio de aproximadamente 10 segundos, en donde todos, menos Destiny agacharon la mirada.

Unos aplausos se escuchan cada vez más cerca interrumpiendo el momento incómodo que se había generado. Ceo y Akazú se pusieron de pie rápidamente y todos rodearon a Destiny, formando un escudo en su defensa.

—¡Bravo, magnífico, atrapante! Muy bien Destiny —se oyó una voz entre la oscuridad —has acertado correctamente pequeña. Tu llevas las de ganar, siempre, pero ¿sabes que es curioso? —se oía cada vez más cerca una voz ronca y potente —la manera amorosa que tienes de confiar ciegamente en criaturas extrañas, que te han apartado de tu mundo, de tu familia, tu mascota, tus amigos ¿Qué más podríamos agregar? Claro, la universidad en la que acababas de entrar hacía unos pocos meses. Eres de admirar.

Todos estaban demasiado nerviosos, se podía oler y sentir en el aire el miedo de los cuatro.

—Dejar ir a todos, yo quedarme, yo ser culpable —apeló Ceo.

—C8, mi querida C8 —dijo acercándose al cristal, dejando así al descubierto su identidad.

—Anaki —respondió Ceo bajando la mirada.

Al ver que Anaki se encontraba delante de ellos, la debilidad de sus piernas los invadió a todos. La poca energía que les quedaba se la consumió ese momento.

Anaki era un hombre grande, corpulento, de cabello largo hasta los hombros y un poco más, de color castaño claro y ojos azules. Tenía bastante cabello en su rostro, pero no dejaba de ser una barba muy prolija.

Su presencia era más que suficiente para imponer respeto ante él.

—En el otro mundo aprendí que te traiciona quien menos piensas que lo hará y es triste admitirlo, es triste saber que es verdad —dijo Anaki con sus manos por detrás de su espalda, mirando fijamente a Ceo —al igual que la señorita Parker yo también confié en ti ciegamente —repuso formando una sonrisa irónica —que injusta es la vida ¿no? pero no hay nada que un castigo no pueda arreglar.

Anaki tocó el cristal y una pantalla apareció flotando justo delante de él. Se movió de arriba abajo escaneando su figura.

—Acceso concebido —se escuchó la voz de una mujer dentro del cristal.

El atravesó por el cristal quedando delante de los 4, mientras 3 guardias estaban detrás de él fuera de la jaula.

Comenzó a dar vueltas en círculos alrededor de Destiny, observándola sin quitar su mirada de encima. Todos estaban con la mirada puesta en el suelo menos ella, no lo conocía no sabía quién era, no tenía porque actuar del mismo modo que los demás.

—¿Quién eres? ¿Qué quieres? —preguntó Destiny desafiando a Anaki.

—Veo que no me reconoce señorita Parker. Debo decir que he hecho un buen trabajo entonces. Cabe destacar que es la primera humana que conoce mi rostro como tal.

—Su voz se me es familiar ¿Quién es? —preguntó Destiny nuevamente con un tono más elevado.

—No, no, no, no —negó Anaki con la cabeza muy calmadamente —el tono elevado no es bienvenido en mis oídos, las cosas habladas con tranquilidad son de mayor utilidad y hace que el respeto nazca entre dos individuos ¿no le parece señorita Parker? —preguntó Anaki dándole la espalda a Destiny —es un pequeño, pero a la vez gran detalle el que acaba de decirme. Gracias a usted he descubierto un error, una falla en mi sistema. La voz. Es decir... —reparó Anaki llevando su mano a su rostro generando una expresión pensativa —nunca lo había pensado en realidad, porque nunca esperé llegar a este punto con alguien, pero, me ha descubierto señorita Parker.

Todos ocupaban el silencio de la mejor manera que podían hacerlo, pero ninguno se quitaba la idea de la cabeza de defender a Destiny, en caso de que algo sucediera.

Destiny observo fijamente a Anaki, quien comenzaba a tomar una forma extraña, su cabello mágicamente se acortaba, su tamaño disminuyó unos 30 centímetros aproximadamente, su barba desaparecía. Ya no era de la especie de Ceo, era una persona, una figura humana, pero, Destiny no supo quien era, hasta que Anaki se dio la vuelta.

"... no podía creerlo, mi mente estaba en un bucle de confusión, no podía ser él ¿Cómo era posible? Debía de haber un error..."

Viaje en una cartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora