Runaways

Capítulo VII: Atravesando la ciudad del caos - parte 1

Lola corre para tomar impulso, pero el piso cedió, su mirada estaba fija en los hierros retorcidos que estaban a punto de atravesar su cuerpo. Ante la muerte inminente, solo cerró los ojos aguardando su fatal destino, el grito ahogado de Jade, el desconcierto de Twister y Ben girando el rostro para no ser testigo de la tragedia, desde el edificio de a lado, sin poder hacer nada.

De pronto, un tirón en el tobillo derecho de la Capitana les devolvió el aliento. Salvador (haciendo honor a su nombre), la tomó justo a tiempo, mientras esté sostenía su cuerpo en lo que quedaba del piso. Se mantuvieron inmóviles un par de minutos, hasta que los traficantes (Que gracias al ruido, tenian sus ojos fijos en su dirección, pero la tormenta aun les daba cierta cobertura) siguieron su ruta, y Twister le dio la señal para que suba a su hermana. Con una maniobra digna de trapecistas, Lola y Salvador estaban seguros.

En lenguaje de señas Lola le dice Twister que ella se buscará otro camino, lo que implica que deberá retroceder para avanzar; y que él deberá mantener la ruta, para llevar a todos dentro de la ciudad antes de que caiga el sol, momento en que la ciudad amurallada cierra sus puertas. Se deberán encontrar al día siguiente en la red de alcantarillas que dan al canal. Mediodía, ni más ni menos.
Twister miró fijo a su melliza, quería decirle que la amaba pero no hacía falta, ella lo sabía así que solo se limitó a sonreírle para quedarse tranquilo. A pesar de ser ya adultos, les cuesta estar mucho tiempo lejos el uno del otro; se diría que tienen una obsesión por saber que su otra mitad se encuentra bien.
Kat también se quedó mirando al buen teniente Guthrie y también quería decirle que lo amaba, solo que no como un hermano. "¡Kat, no te olvides de que él sigue estando casado!" Se decía a sí misma, para volver a la realidad y ponerse fuerte ya que habían varios edificios por atravesar aun.
Lola y Salvador, aprovechando cada vez que los traficantes miraban a otro lado, les lanzan sus mochilas antes de que ambos grupos siguieran sus respectivos caminos.

Twister, Ben y Kat se adentran al edificio a reunir al equipo. Al bajar un par de pisos se encuentran con Jade y Julien.

- Tío - llama la jovencita - ¿Qué fue todo ese ruido? ¿En dónde está mamá?
- Cariño... - dijo tratando de no perder la calma - El piso del otro edificio colapsó antes de que tu madre salte. Ella... Ella y Guthrie nos encontrarán mañana en la ciudad.
- Pero...
- Tu madre sabe lo que hace, así que no perdamos mas tiempo, que aun falta para llegar a la ciudad.

(A partir de ahora llamaremos "Confesionario" al dúo de Lola y Salvador; y "Guardería" al grupo a cargo de Twister).

Guardería:

Al dejar a sus dos compañeros, el grupo siguió su ruta sigilosamente, pasando con éxito dos edificios más, cuando de pronto.

- Capitán - llamó a él, Tony - ¿podríamos detenernos un momento? Sé que no es el mejor lugar, pero Ben necesita recuperar energías.
- El tiempo se nos agota, teniente y cada minuto cuenta.
- Y también debe tomar analgésicos - insiste el mayor de los Blake - Luego continuaremos hasta estar dentro de la ciudad.
- 5 minutos, aprovechen todos para comer algo e hidratarse. Yo haré una ronda por el piso.

Twister se va a inspeccionar, mientras los demás se alimentan con crackers, barras energéticas y bebida con electrolitos. A pesar de cargar con mas comida del campamento de Brinkerhof, debían mantenerse ligeros, para lo que les quedaba por andar.

En un costado se hallaban los hermanos Drew, engullendo lo mas rápido posible su comida.

- Kat, ¿no has vuelto a hablar con Nate?
- No, no creo que deba hacerlo.
- Me cuesta entender porqué lo dejaste. Él aun te ama y está esperando a que lo reconsideres.
- ¿Reconsiderar qué?... No puede ser, ¿Quiere que volvamos? Creí que había sido bastante clara. Yo no puedo volver con él, simplemente no lo amo.
- Quizá solo estés confundida.
- ¿Por quién me tratas, JJ? Yo estoy muy segura de mis sentimientos; y creo firmemente que no estoy obligada a amarlo solo porque él aun no superó lo nuestro o porque solo sea un buen partido, que de seguro es lo que papá piensa. Lo lamento, pero no les voy a dar el gusto; es mi vida y punto.
- No te alteres, Kat. No era mi intención.
- Entonces dejen de tratarme como si no razonara bien.
- Está bien, lo siento.
- Muy bien - dice el capitán Dalla Noce, apareciendo por la entrada de ese piso - hora de irnos.