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Catalina observaba desde el costado del escenario como Bon Jovi dejaba el alma en cada canción. Cantó, bailó y gritó como cualquier otra fanática, pero todo lo hizo con una vista preferencial.

-Él está muy feliz, ¿sabes? –Comentó Matt cuando llegó al lado de la chica- Llevo años sin verlo así. No sé qué pasará entre ustedes dos, pero al menos quiero agradecerte por devolverle a mi hermano eso que había perdido.

La morocha no supo que responder, se encontró sorprendida al principio y luego enternecida por tan bellas palabras. Le sonrió al menor de los Bongiovi con afecto y le dio un suave apretón en el brazo. A veces las palabras sobraban, y ella estaba segura de que él entendía todo lo que significaba que le dijera aquello.

Cata no pensaba en el futuro, simplemente quería limitarse a disfrutar el presente. Jamás imaginó que llegaría a tanto con Jon durante el viaje, pero ahora tenía esto e iba a aprovecharlo. Luego verían en que deparaba esta extraña relación.

Ella también se sentía feliz y plena, si bien siempre fue una fantasía el estar con Jon Bon Jovi, descubrir al hombre detrás del ídolo le generaba ciertas cosquillas en la panza difíciles de ignorar. Esto que le pasaba no era por el rockstar, sino por el brillante y carismático caballero que estaba conociendo.

[...]

Algunas horas después, Jon y la joven mujer se encontraban en el ascensor del hotel rumbo a la habitación del músico. Los demás miembros de Bon Jovi habían insistido para que los dos los acompañaran a comer, pero Jon se excuso diciendo que necesitaban arreglar unos asuntos en privado primero. Las bromas con doble sentido no se hicieron esperar, y a pesar de que Catalina se sonrojó un poco al principio, no tardó en hacer uso de todo ese sentido del humor picante que poseía para salir airosa de la situación. Bongiovi no pudo sentirse más orgulloso al notar esa linda cualidad que su chica ostentaba.

Mientras caminaban por el pasillo jamás soltó la mano de su compañera. Poco le importó que alguien pudiera verlos. Las inseguridades habían quedado en el pasado. De todos modos llegaron al cuarto sin interrupciones.

Una vez dentro y con la puerta cerrada, el cantante terminó la distancia entre ambos y besó a la morocha como había deseado desde que se encontraron solos en el auto al salir del estadio. Catalina le correspondió sin poder borrar la sonrisa que se le formó en los labios.

-Dijiste que debía ganarme tu perdón... -Le dijo él con sus bocas todavía pegadas- Y aunque soy extremadamente bueno con las palabras, tengo una cualidad mucho mejor que te hará olvidar todo lo que pasó ayer –Comentó divertido a la vez que la cargaba en sus brazos al estilo nupcial.

Ella rió y permitió que la llevara a la cama. Una vez allí, el peliplata la dejó sentada sobre el colchón con sumo cuidado. Se puso en cuclillas y, ante la atenta mirada de ella, le quitó los zapatos para después recorrerle lentamente las piernas con una de sus manos.

Catalina mordió su labio inferior cuando vio la mano de Jon perderse bajo la corta falda del vestido. Apenas sintió como la rozaba sobre la ropa interior, pero se dejó caer hacia atrás con el corazón dándole tumbos.

El cantante fue subiendo por el cuerpo femenino dejando un camino de besos que iba desde el empeine hasta el cuello de la mujer. Jon finalmente llegó hasta a la mejilla, luego de eso se incorporó lo suficiente como para verla a la cara.

Y ahí estaban esos ojos oscuros que lo volvían loco, que le recordaban el deseo de poder tener toda la eternidad a su alcance para contemplarlos. Mientras eso pasaba, Cata apenas respiraba, nuevamente habían llegado a ese punto donde todo se había ido al carajo la vez anterior.

The Perfect Gift (Jon Bon Jovi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora