Que te quedes

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[Ultimo día]


No tuvo tiempo de reprocharse mentalmente, porque Jon la haló hacía el interior de la habitación. Cerró la puerta detrás de ella con más fuerza de la necesaria. Y antes de que alguno de los dos cayera en lo que estaba pasando, Bongiovi la acorraló entre su cuerpo y la pared para lanzarse sobre la suave boca femenina de forma hambrienta.

¿Cuántas veces había soñado con esto? Las manos de Jon la recorrían hábilmente mientras sus labios la devoraban. Una mano masculina subió hasta uno de sus senos y lo apretó con fuerza, haciéndola gemir. El cantante usó eso para profundizar aún más el beso.

Las manos de ella se afirmaron en los hombros desnudos de él para así sostenerse, no confiaba en que sus piernas temblorosas pudieran aguantar mucho más. Él sonrió con suficiencia sobre la boca de ella antes de cortar el beso.

-¿Recuerdas cuando hablé de quitarte este precioso vestido, cariño? -Le susurró sobre el cuello. Como respuesta obtuvo un pequeño jadeo- Lo decía en serio.

En un ágil movimiento, Jon la hizo voltear dejándola de frente a la pared.

-Oh, Jon... -Gimió echando la cabeza hacia atrás, apoyándola sobre el hombro del cantante, mientras este volvía a recorrerle el cuello con los labios dejando un rastro húmedo a su paso.

Bongiovi no tardó en dar con el cierre del vestido. Lentamente fue tirando de este hacia abajo mientras que Catalina deslizaba los tirantes por los hombros. Fue cuestión de segundos para que la prenda terminara en el suelo.

Una vez más, Jon la hizo girar para contemplarla de frente. Si la imagen de ella enfundada en ese vestido le robaba el aliento, contemplarla luciendo aquel conjunto de encaje negro directamente le paralizaba el corazón.

La sujetó por los muslos y ella captó la invitación. Un pequeño salto y se encontró con sus piernas envueltas alrededor de la cadera del músico.

No se resistió y con sus labios se apoderó de la boca masculina. Sus dedos se perdieron entre los cabellos plateados para posteriormente tirar de ellos logrando así que Jon gruñera de excitación.

A su vez, él la llevó entre sus fuertes brazos hasta la cama. La dejó caer con delicadeza, obligándolos a romper el dulce contacto. Sin embargo se mantuvo cerca, suspendido sobre el cuerpo de ella.

Con una mano comenzó a repartir pequeñas caricias sobre el abdomen y la cintura de ella a la vez que inclinaba su rostro para besarla de manera profunda en el cuello. Un fuerte gemido de placer escapó de los lindos labios de su compañera mientras arqueaba el cuerpo de manera involuntaria hacia él.

Complacido, Jon elevó la cabeza para besarla en la mejilla y luego rozar su nariz con la de ella. Fue entonces cuando él se fijó en los ojos de Catalina. Estos parecían tan profundos y hermosos como un cielo sin luna. Jon no dejaba de pensar en lo afortunado que sería al despertar y encontrarse con ellos cada mañana.

Y ese pensamiento hizo sonar una fuerte alarma dentro de su ser.

Fue ahí cuando ella lo vio... vio el momento exacto en el que las facciones de Jon se tensaban y los ojos se le oscurecían ante la consternación que reflejaba en el rostro. Cata tragó saliva a la vez que el nerviosismo la invadía.

Temerosa, llevó una mano a la mejilla del hombre. Eso pareció hacerlo reaccionar, pero contrariamente a lo que deseaba lograr, él se apartó y se sentó al borde de la cama, con los codos apoyados en los muslos y la cara escondida entre las manos.

Todavía afectada, se incorporó lo suficiente como para gatear hasta llegar junto al cantante. Cerró sus dedos sobre el hombro desnudo de él antes de llamarlo en un susurro.

The Perfect Gift (Jon Bon Jovi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora