behind the mask |BTS| 3

Capítulo 1

Al día siguiente, decidí llamar a Juliet, quien accedió a acompañarme a un lugar, nos encontramos a las afueras del edificio, las dos ingresamos, una ves en el interior de este, en el ascensor, recargue mi cuerpo en la pared, mientras subíamos hasta el quinto piso.

—¿Trajiste la llave? — me pregunto Juliet.

—Si, esta en mi bolso.

—Bien...

No sabia que más hablar con ella, estaba más que segura que si intentaba hablar algo, terminaria llorando, y tal vez ella también, me ardían los ojos por eso. El ascensor se detuvo, las puertas se abrieron y una vez que salimos buscamos la puerta, saque las llaves de mi cartera y lo abri, las dos ingresamos al departamento de Jackson, el cual habia sido habitado por los últimos meses por él y mi hermana, mis padres vendrían dentro de una hora para ayudarme a llevar las cosas de mi hermana.

—Perdona...—Juliet se fue al baño, tal vez a llorar, yo también lo estoy considerando, podía ver algunas fotos en su sala de ellos, tome una de estas, la que me gustaba más, miraba detenidamente aquella sonrisa que habia en sus rostros, queria grabarme muy bien esta foto en mis retinas, al punto de que pueda verla al cerrar los ojos y no me la olvide por mucho, pero mucho tiempo.

—¿April? — escuche la voz de Juliet, había salido del baño, en sus manos traía un poco de papel, y sus ojos se notaban ligeramente rosados, lo adivine. — ¿Qué es eso?

—Míralo...

Se lo entregue en sus manos, mientras seguía paseándome por su sala, encontré sobre el sofá la chalina favorita de Carol, una de color roja tejida por ella misma, la tome entre mis manos y la acerque a mi rostro, respire hondo, aun olía a su perfume favorito. Me la coloque en el cuello, y trataba de imaginarme como si recibiera un abrazo de la misma Carol.

—April, ¿tú crees que pueda llevarme una foto?

—Claro...— dije sin dudarlo.

Escuche una puerta abrirse y un tintineo, provenía de la habitación de ellos, camine rápidamente y en el pasillo me encontré con algo que no creía que seria posible.

—¿Qué paso?

—Es un gato...— murmure, me acerque lentamente hacia el pequeño minino que me miraba con un rostro de miedo al ver a alguien desconocido en su casa. —Tranquilo...—me agache y lo tome, le hice caricias en su cabeza mientras lo sostenía y lo alzaba, lo cargue entre mis brazos y me di la vuelta. —Mira lo que me encontré Juliet...

—¿Un gato? ¿Qué hace aquí?

—Al parecer era de ellos...

—¿Era? — pregunto Juliet algo confundida.

—Si, mi hermana insistió últimamente que quería que viniera a su casa ya que había algo que me quería mostrar, ahora creo comprender que es.

Mire en su cuello, tenia un collar con una plata, aparte un poco su peludo pelaje y pude ver mejor la placa, su nombre era...

—¿Snow? —murmure.

Creo saber quien fue la causante de este nombre, era la misma Carol, ya que siempre le ha gustado los días nevados, ya que habían más motivos para quedarse en casa con los demás que ella apreciaba. Suena cursi ahora lo se, pero aquellos días cuando la oía a Carol decir esas cosas solo trataba que no me viera reírme, ahora quisiera poder verla y abrazarla fuertemente. Lo llevare a casa, a partir de ahora, yo cuidare de ti Snow, espero ser muy buena madre, y tal vez mejor que Carol. Desde ahora seremos tu y yo Snow...

—¿Copo de nieve? — escuche la voz de Juliet, eso me desconcertada mis pensamientos.

—¿Ah?

—Copo de nieve podríamos llamarlo, es un gatito muy bonito. —Juliet se acerco más hacia mi y le acaricio suavemente en su cabeza.

A los minutos mis padres llegaron, Juliet tuvo que irse, fue muy doloroso para los tres permanecer en ese lugar, en el cual habia muchos recuerdos de Carol, de mi hermana, de una gran hija, de una valiente chica, y de una valiosa amiga.

***

A los dos días, senti la necesidad de hablar con Juliet nuevamente, quería contarle algo, nos reunimos en un café, creo que este era el lugar en donde Juliet trabaja, ya que la chica que nos atendió se hablaba con ella.

—Perdona a mi compañera. —Juliet no dejaba de sonreír. —Lo que pasa es que Elizabeth me pidió que la reemplace unos días ya que se ira a visitar a alguien a otro estado.

—Ah... —así que la chica se llama Elizabeth. —Bueno...—de mi bolso saque un sobre, en el cual contenía algunas fotos de Carol y Jackson, se lo entregue a Juliet, ella se quedo un poco confundida, lo abrió y vi como su rostro, aquella expresión fue cambiando. —Perdona que te de esto, pero...

—¿Por qué me lo das? Esto deberías de conservarlo tu.

—Eso es la mitad de lo que yo tengo ahora en casa, por favor acéptalo, no queria tirarlo, pero necesito compartir esto con alguien y creo que tu eres una de ellas, Carol fue tu...

—Fue más que una amiga para mi. — ella asintió con la cabeza. —Comprendo, entiendo que esto puede ser una carga muy pesada para ti. Y si necesitas ayuda, aquí estaré...

Sinceramente deseo llorar en estos momentos, pero no quiero derrumbarme en este lugar, no quiero malograrles el momento a estas personas que vienen aquí a pasar un buen rato, no quiero preocuparlos.

—Elizabeth...—Juliet llamo a su compañera, ella se acerco de inmediato. —Por favor, nuestro pedido para llevar.

—Ah, si claro.

—¿Juliet?

—Hay que salir de aquí mejor...— al parecer ella se habia dado cuenta de como me sentia.

A los minutos nos entregaron nuestro pedido, un par de vasos de te helado y unos bocadillos dulces para llevar. Las dos salimos de la cafetería y fuimos caminando unas calles hasta que vi a la distancia un parque, le jale a Juliet y nos sentamos en una de sus bancas.

—Si sientes la necesidad de llorar, puedes hacerlo, aquí nadie te juzgara. — murmuro ella, yo aun seguía con la cabeza agachada, jugando con mis manos, de lo nerviosa que estaba. Hasta que senti una caricia, en mi cabeza. La cual me hizo entrar en nostalgia, ya que tuve la misma sensación de cuando Carol me acariciaba.

—¡Tengo algo que confesarte Juliet! —tenia que hacerlo, no podía guardar más este secreto, me había puesto la meta de que se lo iba a decir hoy.

—Di-dime...

—Yo se que tu eres Kápua.

—Ah... Carol me dijo de que tu sabias que ella era Ari.

—S-si, pero... ¿también que Ari desde un inicio iba a ser yo?

—Espera... ¡¿Qué?!