*Capítulo 8*

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Pensé que se iba a ir por una servilleta pero me equivoqué...

**Narra Valentina**

--No quise hacerlo, perdón.-- dije alejándome de él.

《¡¿Cómo se me ocurre quitarle la salsa con mi lengua?! Que vergüenza.》

Iba a ir a la biblioteca, pero Richard me detuvo.

Me toma de mi muñeca, me gira.

-- ¿Por qué lo hiciste?

Intente ocultar mi cara.

Recordé que él, es un criminal, un prófugo, que sólo se quedaría un tiempo y que luego se iría. No quería estar atada a él.

Tenía muchas reacciones y sentidos diferentes al mismo tiempo; tenía vergüenza, nervios, tristeza, enojo de mi misma, etc.

Él seguía hablándome pero no escuchaba su voz, mi mirada solo se colocó en sus labios. No había manera de despegar mi mirada de ellos, él sonríe y yo inconciente también lo hago.

Su voz por fin llegó a mi canal auditivo...

-- Besame, ya que tanto miras mis labios.

Mis ojos se abren grande ante lo que dijo.

Mis mejillas de seguro están rojas.

Él al ver que no hago nada, me empuja contra una pared cercana y antes de reaccionar ante el dolor de mi cabeza, él ya me estaba presionando sus labios con los míos.

Sus labios son suaves, algo gruesos y tenían el sabor de la salsa.

Una lágrima resfalaba por mi mejilla, pero no pude soportarlo y lo besé.

Me olvide de todo por un momento.

Nuestros movimientos eran lentos, mis manos buscaban algo que tocar.

Subí mis manos; una a su nuca y la otra a su camiseta, así lo pegaba más a mí.

Él rie sobre mis labios, me quita la camisa a cuadros que llevaba puesta.

Pone su mano en mi pierna izquierda y la sube un poco.

Ambos buscábamos fricción era muy evidente.

Lo lleve hasta el sillón mientras lo besaba y me despojaba de su ropa, a lo que él también hacia.

Llegamos al sillón y lo empuje. Me senté sobre él y lo seguí besando.

Sonreí al sentir un bulto en su entrepierna.

《Esta situación me la imagino con Christopher...》

Richard me iba a quitar la remera pero lo detuve.

-- No tengas pena.-- habla él con su respiración algo agitada.

-- No... es eso..-- dije entre gemidos.--Mhh... Christopher.-- Me di cuenta de lo que dije y él solo se detiene de inmediato.

No puedo hacer nada con él mientras pienso en Christopher.

No dije nada mas y me fui de allí, cubriendome la cara.

Fui al segundo piso.

En el camino pateaba todo a mi paso, está enojada conmigo misma.

Mi corazón seguía agitado, mi respiración se estaba recuperando poco a poco.

-- Mierda.--Me repetía.-- No puedo estar así.

Es la primera vez que se me cruza por la mente su estúpido nombre, hace más de una semana que ni pienso en él, y ahora "aparece" en el mejor momento de mi día de "libertad".

Escondeme // Richard Camacho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora