La Gran Fiesta del Olimpo

Contratiempos

Maldita sea Jasón, no podías mantenerte callado un maldito día, no claro que no.

Después que Jasón le dijo a Piper sobre la propuesta, no tardaron las demás en saberlo, y con demás me refiero a Rachel, Reyna, Calipso, Hazel, Clarisse (que se veía emocionada), Thalía y Enebro.

Ha pasado una semana y las chicas no han dejado de atosigarme con las preguntas frecuentes, además de que si ellas iban a ser las damas de honor y de quien sería la madrina de nuestro primer hijo.

— ¿Podemos ser Jasón y yo ser los padrinos del primer bebé? –me pregunto Piper un día

— Ni de broma –dijo Thalía- seré yo

—El primogénito necesita de un gran adiestramiento romano, y no hay nadie más capacitada que yo- dijo Reyna

Dioses...no nos hemos ni casado y ya nos urgen a que tengamos hijos.

Y no solo me han atosigado a mí, en más de una ocasión Annabeth llegaba a mi cabaña confundida.

—¿Sabes que les pasa a las chicas? –me pregunto después del almuerzo

—¿Por qué debería saber?

—Han estado actuando muy raras

—¿Más raras de lo normal?

—Mucho mas

No sé de qué hablan con ella, pero es más que seguro que discretas no son.

He tratado de distraerla, como llevarla a visitar a su padre y hermanos...y madrastra ¡Mala idea!, si las chicas eran chismosas, en la casa de los Chase la cosa fue a peor, su padre creía que ya me le había propuesto, así que lo primero que hizo fue abrazarnos y felicitarnos mientras yo negaba energéticamente con la cabeza, su madrastra se portó más amable de lo normal, algo que la extraño, su hermano menor, fue el único en captar la indirecta, que luego le conto a su gemelo para contarles a sus padres, quienes se sintieron muy avergonzados por estar a punto de destruir la sorpresa.

Después trate de llevarla a mi casa para que pasara tiempo con mi hermana, nada malo paso en el transcurso, excepto cuando salimos, nos atacaron dos perros del infierno, una de las gorgonas y media docena de arpías hambrientas.

Vaya, no ha sido mi semana.

Hasta hoy, sábado. Me despierta un ruido en mi ventana, alzo la vista y veo un cuervo picoteando el cristal de mi ventana, cuando la abrí logre divisar un sobre que reposaba bajo sus patas, el cuervo me mira algunos segundos y alza el vuelo.

Abro el sobre y encuentra una carta.

Una carta de Magnus Chase

Percy

Te escribo esto el viernes en la noche, no sé cuánto tiempo necesita el cuervo para viajar hasta Nueva York y por eso te doy la fecha, en fin, da igual.

Blitzen tiene el anillo, yo mismo lo vi y opino que es una pasada, a la diosa esa del amor también le ha gustado y ha quedado satisfecha, de hecho, el anillo estaba listo al día siguiente de que te fuiste, pero todo se fastidio cuando Afrodita supo que Blitz era un sastre, no ha parado de trabajar desde entonces, un par de sorpresitas y regalos por allá, me dijo una vez después de preguntarle porque tenía a Blitz trabajando como esclavo negro (¿mal chiste verdad?).

Según ella todo está listo, esta misma noche me dijo que habló con su hija y los dioses y que todo está listo, solo falta que confirmes.

Alex está ansiosa (es una chica, al menos mientras estoy escribiendo esto), tan ansiosa que me ha matado tres veces en este día (no estoy bromeando).

La emoción dentro de mi es tan grande que no pienso en ningún momento sobre los regalos de afrodita, pasan de largo mientras corro hacia la casa.

Quirón se mostraba igual de ansioso que yo por saber cuando estaría listo el anillo, entro estruendosamente en la casa y le platico sobre el anillo, le digo que nos mande de misión mañana temprano y me sonríe

—Mi querido muchacho –me dice aun con su sonrisa- no tienes que decírmelo dos veces.