El resto del día fue normal como todos, a excepción de Harry, él se portaba amable y caballeroso, como siempre lo soñé.
Iba de camino a mi casa, me estaba muriendo hambre. Mariposas en el estomago más que hambre, se siente como una revolución en el vientre.
Las calles de Liverpool eran tranquilas y silenciosas, siempre está nublado y con un clima templado. La gente de aquí es muy amable, bueno hay sus excepciones, como ella.
Sherrie, mi irritante hermanastra. Se mudó a mi casa cuando mi padre se caso con Janet Amadeus una amable pero arrogante cajera de la tienda Banana Republic, ambas eran suizas y naturalmente rubias.
Al momento en el que conocí a Sherrie, ella se había mostrado tan presumida y creída cuando ella no tenia nada de que creerse, mi padre las había sacado de la miseria. El tiempo iba pasando, Janet se había adaptado y se portaba como una madre hacia mi, pero Sherrie siempre se portó tan distante y grosera.
Habíamos crecido y aun así seguía teniendo su mismo comportamiento, ella se había vuelto la popular de mi secundaria mientras yo era la nerd antisocial que sus únicos amigos eran libros. Todo ese tiempo esperaba el día en el que me fuera de esa casa y estudiar lo que amaba. Sherrie siempre soñaba en ser modelo, pues claro ella tenia un cuerpo envidiable, así que empezó a estudiar modelaje en Londres.
~
Llegué a la cafetería para sentarme donde siempre y preguntarme, ¿qué haría ahora? Él, ósea Harry, ya sabia de mi existencia y afortunadamente me había hablado. ¿Qué mas podía desear? Buena claro que había otras cosas que deseaba que me pasaran con él pero esas ya eran fantasías.
Lo único que me quedaba era el admirador secreto.
Sentí la presencia de alguien y para mi gran sorpresa era el perfecto Harry que se había sentado enfrente mío.
-Hola, Emilia- dijo con esa radiante sonrisa.
-Hola Harry, no es que no quiera que te sientes conmigo, pero ¿por qué te sentaste aquí?- maldita sea había hablado de mas.
Él se vio algo ofendido y a la vez halago como si el estuviera esperando esa respuesta de su acto.
Me dio una de sus verdes miradas encantadoras, - Es que te vi y quise acompañarte, hasta nos pedí unas bebidas y unos croissants, si es que no te molesta- dijo algo adorablemente nervioso.
- Esta bien, gracias- dije sonriendo para relajarlo.
Un incomodo silencio se apodero de nosotros, pero el decidió romperlo.
-Y cuéntame de ti, pareces una persona muy interesante- dijo sonriendo provocando otra revolución en mi estómago.
¿Interesante? Puedo ser cualquier cosa menos interesante. Digamos que era la típica chica de familia mezclada, con un pasado desgarrador.
-Bueno soy de aquí, tengo 20 años, siempre me a gustado la literatura y la música, se tocar guitarra y piano. Mis bandas favoritas son Queen, Thirty Seconds to Mars, y Gun's n' Roses,- dije mirándolo alegremente, - no me considero una persona interesante.
El me vio sorprendido para luego darme una mirada retadora.
-Debes de tener algo interesante-
-Bueno, mira,- dije pensando razones para mostrarle- ¿qué te provoca el chocolate?-
-Me despierta y me da energía- dijo algo obvio.
-Pues aunque no lo creas, a mi me provoca sueño-
Abrió sus ojos como platos y me vio extrañado y confuso,- ¡Enserio te da sueño el chocolate!- dijo elevando su tono de voz.
-Si, y eso no es lo único raro de mi-
-Que mas, chica rara- dijo algo divertido.
-El café por la mañana también me provoca sueño- dije riéndome al ver lo tierno que se veía confundido.
-¡Por Dios! Eres la chica mas rara que he conocido- dijo exaltado.
No se por que me lo tome tan personal, pero eso me ofendió un poco al saber que el me veía como un bicho raro.
Al parecer noto mi preocupación y se acerco.
-Y sabes algo-, menciono sonriéndome,-lo raro me gusta- dijo pintando mis mejillas.Después de ese comentario, la ofensa se convirtió en halago.
El silencio incomodo volvió aparecer, provocando nerviosismo entre nosotros.
Pude notar que Barbara venia hacia nuestra mesa con una charola humeante.
-Aquí les traigo su pedido chicos- dijo sirviendo nuestros calientes tés y croissants.
Ella se detuvo un momento y nos miro o mas bien nos contemplo.
-Se ven tan lindos juntos,- dijo mirándonos como una madre orgullosa.
Nuestras mejillas se tornaron rosas, y pude oír a Harry susurrar, -gracias-.
Barbara se nos quedo viendo por un pequeño rato que parecía eterno pero se detuvo cuando puso un semblante como si estuviera recordando algo.
-Oh Em, ya se me olvidaba-, dijo sacando algo de su bolsillo, -Toma,- me dio un sobre blanco similar al de ayer, - la carta diaria de tu admirador secreto-.
Y volvió a lo mismo, pero recordé que en la universidad ya me había dado la carta y según Barbara me dijo que era una por día.
-¡Wow! No sabia que tenias un admirador- dijo Harry sonriente.-Ni yo lo sabia, ayer me di cuenta- dije mirando a la carta.
-Bueno, hago mal trío aquí, adiós- dijo Barbara alejándose.
-¿No la vas a abrir?-preguntó tomando un sorbo de té.
-Si, claro-
La belleza es algo diminuto comparado contigo, eres tan única. Las estrellas desean ser tan brillantes como tus ojos. Eres tan perfecta, que no se necesita conocerte para enamorase, con solo una mirada robaste mi corazón y cordura. Es muy tonto enamorarte sin conocer, pero es mas tonto enamorarse de alguien que aparenta ser conocido. Con abrazos yo quisiera, silenciar tus miedos. Se que eres valiente, pero miedos los tenemos todos. Perderte, mi gran miedo es. No eres mía, lo sé, pero siento pertenecer a ti aunque tu no me pertenezcas. He amado, pero mi amor por ti es incomparable. Puedes no amarme, lo acepto, nadie quiere a un loco obsesionado, claro está, que si tu lo fueras mi amor por ti sería el mismo. No podré tener un lugar en tu corazón, pero tu siempre tendrás uno especial en el mío. Espero algún día que conozcas a este loco enamorado. Aunque ya lo hayas conocido en otra faceta.
Sueño besarte, Tu Admirador Secreto.
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cartas a ella | h.s.
FanfictionQue pasaría si te enamoras de un chico que ni si quisiera sabes su nombre y a la ves te estás enamorando de las cartas de tu admirador secreto. A quién elegirías?