Un paseo matutino, con tu perro.
No hay nada mas refrescante que una caminata con tu perro, en la mañana.
Digamos que Lizzy tiene que salir a despejarse y para que haga algo de ejercicio, si no fuera así mi departamento estuviera completamente rasguñado, mordido y destruido.
Igual que todos nosotros, debemos salir y relajarnos, para no hacer un caos.
Me senté en una banca del parque, estaba exhausta pero al parecer mi mascota no.
Era sábado, con la misma rutina.
•Caminata matutina con Lizzy.
•Desayunar.
•Lavar la ropa.
•Limpiar la casa.
•Almorzar.
•Terminar de limpiar la casa.
•Darme un baño.
•Tomar el té en la Cafetería Beckson y ver a Harry.
Y finalmente,
•Cenar en la casa de mi padre.
Si, mi vida era tan aburrida.
Me di cuenta que no estaba sola, al apreciar la presencia de un perro dálmata viéndome fijamente.
Dio tanta ternura ver sus grandes ojos viéndome tan detenidamente, que mi primer impulso fue acariciarlo.
Escuche unos rápidos pasos acercarse.
- ¡Axel, por fin te encuentro!- dijo una femenina voz.
El perro voltio al oír que ella lo llamaba.
Ella se incoó para abrazar su cuello, - ¡Por Dios, Axel! Me tenias preocupada-
Al parecer la chica sintió mi presencia en su feliz escena.
-Hola, soy Miranda- dijo ella sonriéndome amablemente.
Era una chica alta demasiado pálida, llevaba el cabello por debajo de los hombros, teñido pelirrojo que combinaba muy bien con su negro vestido floreado con margaritas.
-Hola, soy Emilia- dije moviendo mi mano en forma de saludo.
Al mantener contacto visual con ella pude notar sus brillantes ojos grisáceos.
-¿Vienes aquí todos los días?- pregunto enganchando la correa con el collar de Axel.
-Solo por las mañanas-
-Yo también, a esta horas el parque esta solo-
Iba a decir algo mas pero el tono musical de un celular empezó a sonar.
Me quede esperándola a que ella contestara, pero ella me miro con cara de "¿no vas a contestar?". Entonces me di cuenta que era mi celular.
-¿Emi?- dijo la relajada voz de mi padre.
-¡Papá! ¿Cómo has estado?- hacía mucho que mi papá no me llamaba. Lo extrañaba demasiado.
-Muy bien, mi princesa. ¿Y tú?-
Así estuvimos hablando sobre lo que había pasado en estos días, tanto, que Miranda se despidió de mi a señas, sin antes dejarme su numero de teléfono.
La relación de padre e hija entre nosotros era tan cercana, él era mi mejor amigo.
Nuestra platica se mantuvo alegre, hasta cierta persona se involucro en mis expectativas de tener una convivencia normal con mi padre.
-¡Pero papá! ¿Acaso ella no está en Londres?- le pregunté un poco desesperada.
-No, ella esta aquí-, Dios, no se suponía que nunca la volvería a ver, - dice que quiere otra oportunidad para ser una buena hermana-
Como siempre, Sherrie mintiendo para agradarle a todo el mundo; y al parecer en su concepto de "todo el mundo" no estaba yo incluida.
-Ya es la milésima vez que pide eso, ¿cuándo vas a dejar de creerle?-
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cartas a ella | h.s.
FanfictionQue pasaría si te enamoras de un chico que ni si quisiera sabes su nombre y a la ves te estás enamorando de las cartas de tu admirador secreto. A quién elegirías?