Simplemente los Dos

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Después de quedarnos hasta tarde Alexander y yo ya que si teníamos muchos pendientes, bueno eso no evitó que hubiera besos. Pero sé nota que Alexander ya no aguanta las ganas de estar conmigo por la forma en que me mira, pero bueno el trabajo es lo primero para el.

Nos dirigimos al estacionamiento, ya eran pasadas de las 10 pero en todo la tarde fue  acosado de llamadas que estoy segura que eran de Charlotte hasta que al momento de quedarnos solos apagó su teléfono.

-Me encantaría acompañarte al departamento- menciona Alexander atrás de mi.

-Eres tu el que no me acompaña - le dije mientras colocaba mi bolso en el auto - Tu eres el malo - hice puchero y lo bese - Para que no me olvides.

-Eso seria imposible para cualquier hombre- me acorrala en el auto y con su cuerpo impidiéndole el paso, con nosotros solos en la oscuridad del estacionamiento no tiene porqué preocuparse -  ¿Nos vemos mañana?

-No estarás ocupado con tu esposa, será su primer fin de semana juntos - le dije cínica

-Te prometí algo, no- Me  me acaricia  mi mejilla- Necesito estar contigo. Por favor
-Esta bien - subo mis brazos a su cuello- ¿A qué hora llegas?.

-Temprano y vamos a almorzar y de paso te doy una sorpresa - Automáticamente me brillaron los ojos

-En serio que es -comencé a brincar

-Es sorpresa- Sonríe -No seas infantil

-Eso te encanta, me haces sufrir -cruzo los brazos

-Como tu a mi-

-No es mi culpa que nos  interrumpieron - Metí mi mano bajo de su camisa, baje lentamente- Pero no sabes lo bien que nos la hubiéramos pasado -Hable despacio.

El gruño.
-Llegaré antes- ahora solté una carcajada - Ponte ese camisón.

Desperté temprano, ya que sabría que Alexander llegaría y yo automáticamente sonreí, me duche y después de secarme el pelo, y colocarme crema en mi cuerpo, saque un camisón nuevo que tenía para el de color _____ con encaje que es su favorito
Me acomode el cabello y me maquille ligeramente, cuando escuche el timbre y sonríe me puse rápidamente perfume y tome mí bata. Al bajar las escaleras me la fui acomodando, al llegar al recibir acomode mi escote y me acerque  topandome con un ramo gigante de rosas que incluso dentro del elevador.

-Buenos días, Srita. Viana- Era la voz del portero de mi edificio, incluso no se veía su cuerpo- Le trajeron esto

-Pase, déjelas aquí - le señale la mesa del recibidor - ¿Quien las trajo ?

- Fue de una florería

- Ok gracias - cerré la puerta y sonreí está vez Alexander se superó.

Tome la tarjeta, y la leí:

Victoria, no puedo contener la felicidad para nuestra cita de hoy, nos vemos en la noche.
                             Ernesto.

Volteo los ojos, ashh no quiero que él se vuelva una piedra en el zapato y le cuente la verdad de nuestra relación a Alexander.

Rápidamente rompo la nota y la tiró en el bote de la cocina. No quiero que Alexander sepa que lo voy a ver en la noche. Quito el ramo que pesa demasiado y pienso a donde llevarlo; el tipo de arreglo floral que es no es para decoración. Así que lo llevo rápidamente a la habitación vacia, cierro con llave y escucho el elevador abrirse y pasos.

-Victoria- me habla Alexander-
Yo salgo y lo veo desde el barandal de cristal del segundo piso

-Aqui estoy - puse pose sexy- Te estaba esperando.

Seducción (Sin Editar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora