🐺Capítulo V🐺

47 7 0
                                    


Ahora esta narrativa cambia, desde la perspectiva de alguien que mejor que nadie, sabía que era sufrir, pero bueno, cambia un poco las cosas, solo aclaro aun no sé qué pasara bien, es mi historia loca, y ya se me está bajando el coraje, así que ya veremos cómo cambian las cosas.

〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰

La vida es cruel, más en este mundo, lo aprendí bien de mi madre y del viejo, pero aún así, en el fondo quería creer que había algo mejor, que una mísera vida en este lugar, rodeado de la peor escoria, pero también de gente que sufríamos, sin poder saber cómo era ser libre, o que se sentía estar arriba.

Nunca perdí la esperanza de que había algo mejor.

No importaba cuan duro fuese la vida, ni a las personas que debía robar o matar, para poder sobrevivir.

Así era yo, en el fondo tenía una gran esperanza, en el momento que fuese libre de este lugar, seria libre.

Más tarde conocí a mis mejores amigos, aquellos que consideraba mis hermanos, debía protegerlos, porque esa era mi misión, o la que me impuse a mí mismo, porque no quería perderlos, aún tenía en la mente la muerte de mi madre, y el abandono de ese viejo, pero de nada sirvió, tome mis decisiones, al cumplir esa misión, todo por sentir una libertad que no existía, no mientras estuviésemos dentro de estos malditos muros.

Lo entendí gracias a ese tipo, al mismo que debía matar, pero al final no lo hice, porque decidí que lo mejor sería seguirlo, debía saber qué es lo que veía, pero lo entendí a mi manera. La gente solo se conformaba en estar cómodo, a su manera, sintiéndose a salvo dentro de esas paredes, y sabía que era lo mismo que estar en ese hoyo, nada era distinto.

La libertad no existía, y nosotros, los que estábamos en la legión queríamos ser libres, sentir de verdad que era ser libre, aun a pesar de la muerte de compañeros, ellos luchaban por algo, lo respetábamos, pero sabía cómo era de cruel del mundo.

Me cerré y preferí mantener una distancia prudente, para que encariñarme, si al final terminarían muertos.

O eso pensé.

Me equivoque, sé que lo hice.

Pero esos chicos, aquellos que llegaron, mis primeros subordinados, al ascender a capitán, eran como perritos fieles, pero no sabía cómo confiar, y siempre me demostraron lo que valían.

No solo ellos, si no también ese idiota que tenía como subordinado, ese chico que tenía esa capacidad, igual que la de un Titán, su determinación, sus sueño, su manera de asimilar su situación, aparte de ser algo sensible, lo entendía, pero al final mis subordinados murieron, sobreviviendo él solamente.

No era de extrañarse, pero la situación era diferente,

Gracias a ello, descubrimos los sucios secretos detrás de estas paredes, también que había gente con la capacidad de convertirse en un titán, algo que fascino a la loca, y al idiota que tenía como comandante, le dio una oportunidad, más de esperanza de obtener esa libertad.

Tenía un nuevo equipo, unos mocosos, pero hasta ahora habían sobrevivido, y a su manera, sobrellevaban, todo ese dolor, y su determinación, era algo que admiraba, me dio la confianza para creer de nuevo, aunque también descubrí que una cadete, de esos mocosos, una chica molesta, y sobreprotectora, era mi familia.

La única que me quedaba, pero los dos sabíamos, que no era así.

No éramos familia, porque nunca lo seríamos.

Una vez más, perdimos a muchos soldados al recuperar el muro principal, entre ellos, mi comandante, pudo haberlo salvado, pero se merecía acabar su sufrimiento, ya estaba cansado, como algunos de nosotros, y salve a ese cadete, porque al final sabia que confiaba en él, y tome mi decisión, una de la que no me arrepiento.

Y aun así supimos la verdad.

Del porque nos atacaron y porque era importante.

Una mentira más.

No había libertad.

Nunca la hubo, solo eran ilusiones nuestras.

Una guerra, una maldición, eso es lo que había.

El mundo era nuestro enemigo, lo sabía bien y debíamos acabar de laguna manera con ella, pero no de la manera en que paso.

Aun me duele saber que ese idiota se haya dejado llevar, pero que ya no sea el mismo, no era ese chico lleno de determinación, ni tampoco el cadete que se ganó mi respeto, mi confianza, ya no era nada de ello, era alguien atormentado por sus recuerdos, por saber una verdad que lo carcomía día tras día, alguien lamentable.

Aun cuando fuimos a salvarlo, verlo en ese estado, me decepciono, aunque haya sido parte de un plan a medias, aun cuando dejo una estúpida carta, ya ni siquiera quedaba nada de lo que fue ese chico, mi cadete al que respetaba, solo era un cadáver, una persona que perdió totalmente la esperanza, y ahora se designaba a esperar su muerte.

Lo encerramos en una celda esperando su juicio, y el dictamen que dieran, ninguno lo iba a salvar, ni yo lo haría.

Pero me equivoque en algo, y eso fue en no haber visto lo que seguía, lo que vino después, fue la guerra, una que al final termino cobrando más vidas, y entre ellas, la de él.

Murió y dejo unas cartas, que leímos todos, pero si esa era la verdad, nunca la escuchamos de su boca, solo de unas cartas, que ya ni valían la pena, lo hecho, hecho estaba, y nada regresaría.

Su cuerpo simplemente lo quemamos, y mientras las llames lo consumian pude notar en lo alto de ese acantilado, cerca del mar, la vista de un cielo azul despejado, y por primera vez vi ello, lo que toda mi vida estuve buscando: la libertad.

Al final en este mundo, la única manera de tenerla, era muriendo, dejando todo atrás.

Y aun así porque sentía que había cosas que aclarar, cosas que nunca pude aclarar, y en mi mano sostenía esa llave, la llave de ese maldito mocoso, que ahora era libre, por fin, y en cambio yo aún tenía atorado en mi garganta esas palabras, palabras que nunca le pude decir.

Realmente deseo verlo de nuevo, para decirle algunas cosas que pensaba de él, pero espero que pueda tener una vida diferente, ahora solo me queda irme y vivir lo que me queda de mi vida patética.

Aún cuando se alcen esas alas, al fin entendí las palabras de ese idiota cejon, la libertad tenía un alto costo, y él lo sabía, cada sacrificio fue por esto, pero las perdidas eran esenciales, que ironía tan grande, y el idiota del viejo, tenía razón en muchas cosas, los sentimientos te hacen dudar, y a veces es necesario hacer lo que sea, para sobrevivir.

Y ahora estoy nostálgico, pero tomando las riendas de mi corcel, le acarició su hocico, y antes envuelvo la llave, en mi pañuelo, mismo que una vez fue de mi madre, y ella al final estaría orgullosa de mi, o estaría decepcionada, al ver que su propio hijo termino siendo como el resto de la familia, ni ya sé, porque pienso cosas sin sentido.

Solo monto mi corcel y entiende que es hora de irnos, para no volver.

Es difícil no mirar atrás, pero debo seguir solo ahora.

Yo ya cumplí con mi deber, ahora no soy necesario más en este lugar.

______________________________________________

Y ahí está la actualización, con los pensamientos profundos de alguien que lograrán saber, de quien se trata.

Y así amig@s, los dejo que disfruten de esta lectura.

Recuerdos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora