Capítulo 1: Nace, crece, vive y muere... (Investigación)

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Mis piernas comenzaron a temblar hasta tal punto de que mis rodillas cedieron hasta golpear el suelo. Una sacudida de fuertes y negativas emociones recorría mi cuerpo y no me dejaba mover.

Mis ojos no podían apartarse del cuerpo sin vida de Kaira lleno de cortadas que bañaban su cuerpo en ese líquido vital que también la rodeaba.

―¿Aoyama que ha sido ese...? ―Liam se auto interrumpió al ver la escena presente ante él.

Todos entraron detrás del anterior nombrado mirando la cruel y terrible realidad que se presentaba ante nosotros.

Alguien había asesinado, asesinado a aquella chica.

Le habían arrebatado la vida cruelmente por un deseo egoísta.

Ding Dong Dang Ding.

―Un cuerpo ha sido descubierto, dentro de un rato tendrá lugar el juicio escolar.

―¿Esta muerta? ―los ojos de Adriana estaban abiertos de par en par mostrando el terror que sacudía su cuerpo.

Tomoko se acercó al cadáver y se dejó caer mientras las lágrimas bajaban sin consuelo por su blanco rostro, Naomi se acercó y se agachó a su lado para intentar consolarla, aunque en su cara también podía notarse que sus lágrimas querían salir.

―¡AHH! ―Zenere cayó al suelo y sus pupilas se dilataron―. Esta muerta no puede ser, no puede ser cierto―comenzó a balbucear preocupando a los que estaban a su alrededor.

―Zenere respira e intenta calmarte ―el psiquiatra se puso a su altura.

―¡No me digas lo que tengo que hacer idiota! ―se levantó del suelo y abandonó el lugar a la velocidad del rayo.

―Iré tras ella no puedo dejarla sola en el estado en el que está ―nos dijo Ryukku antes de ir tras ella.

―Katsu te acompaño ―habló Kasaki decidido a acompañar a su amigo.

―Tranquilo estaré bien harás más falta aquí ―el explorador chasqueó la lengua, pero no insistió más y el chico de pelo bicolor salió de la pista.

―Esto no puede estar pasando... ―murmuraba JungDae una y otra vez.

―Pues claro que esta pasando ―esa molesta voz chillona llego a nuestros oídos.

―Creo que no es el mejor momento para tus estupideces oso ―la mirada de Kyung estaba cargada de furia y si no fuera por las reglas estaba más que segura que se habría lanzado contra él.

El oso bicolor se puso frente a mí y sonrió complacido.

―No habéis tardado mucho en matar, si lo hubiera sabido habría dicho mucho antes el incentivo, upupupupu ―Monokuma se acercó a mi―. ¿A dónde han ido tus esperanzas Himeko? ¿No eras tu la que decías que nadie mataría? ―este sonreía con burla.

―Quieres dejar a Aoyama en paz maldito oso ―gruñó entre dientes el Taekwondista.

―Déjalo Kyung ―le hice un gesto con la mano para que se detuviera―. No tiene caso ―conseguí ponerme en pie bajo la mirada curiosa del oso.

―Eso déjala, ahora se deprimirá y se irá llorando, upupupupu.

Las palabras de Monokuma estaban comenzando a molestarme y por ello mis puños se cerraron con fuerza.

―Tienes razón estaba equivocada cuando dije que nadie mataría ―hice una dolorosa pausa, aunque me doliese admitirlo había un asesino entre nosotros, el asesino de Kaira―. Pero estas equivocado en algo, no huiré, encontraré al asesino de Kaira ―unas gotas comenzaron a bajar por mi rostro―. Porque sé que ella lo haría ―apreté mis puños con más fuerza―. Así que si solo has venido a burlarte de nosotros será mejor que te vayas por donde viniste.

Danganronpa: Hope vs Despair (Cerrado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora